viernes, 12 de noviembre de 2021

GRAN GOLPE EN LA PEQUEÑA CHINA — COMO DICE JACK BURTON…

 

Colorido afiche de DREW
STRUZAN (¡aclamad al
autor!) para una película que
no creo critique los clichés
del héroe imperialista
bianco
tóxico macho alfa (al decir
de los tontainas de hoy día),
sino que mejor lo humaniza

Entre las singularidades de esta comedia fantástica de acción de JOHN CARPENTER está que los biancos son la minoría; al menos, en pantalla de plata. Jack Burton, el personaje de KURT RUSSELL, es a momentos un simplón secuaz de su camarada chino, quien emprende audaz el rescate de su novia raptada por los TORMENTA, sicarios inspirados en los SEÑORES DE LA MUERTE de EL ASESINO DEL SHOGUN.

Es algún momento de mediados de Década 80 (que, conforme avanza esta segunda del Tercer Milenio, más prodigiosa y mágica se hace, no sólo por la otoñal nostalgia que sus supervivientes demostremos, sino porque REALMENTE las cosas están adquiriendo un pernicioso cariz “zoociocultural”) y las producciones de este tipo obtienen luz verde para existir. Una más afortunadas o inspiradas que otras. Es como si, en Hollywood, hubiesen oteado el horizonte advirtiendo algo que les hizo gritar: ¡Hey hey, gente! ¡Hay inmensa cantidad de peña allá al fondo HAMBRIENTA de buenas diversiones, de ocio, de historias fantabulosas que disparen todavía más su imaginación! ¡Hey hey! Démoselas.

Luego dependía del talento de cada cual para que lo que consumíamos fuesen aceptable, deleznable o despreciable. Por cada JAMES CAMERON, o Carpenter, había cuarenta Fulanitos de Tal mediocres, o nulos. Ocurre hoy, aunque parece que eso está más tapado.

Muy recuperados de su enfrentamiento a ITTO
OGAMI, los "sobrenaturales" sicarios se disponen
a darle el día a BURTON y su amigo chino

Lo importante es que entonces había ciertos dinosaurios, los productores, con instinto para una sola cosa: money. Eran fumadores de puros con papada y algunas otras feas costumbres. Empero tenían un admirable ojo clínico para los negocio$ y sabían, por haberle tomado el pulso, qué afiebraba al personal. Esa gente, de basto aspecto grosero, fueron los que, en la música, apadrinaron a QUEEN o POLICE, los músicos que pusieron al planeta a bailar durante Década 80. (Hoy día ignoro quién lo hace. Lo que veo en TV son mindundis estéticamente metrosexuales con “tenue” sesgo afeminado, o matones negruzcos cuyos movimientos semejan amenazas según riman.)

Hoy esos dinosaurios son petróleo. O van camino de convertirse en hidrocarburos. Les sustituyen atildados graduados de Harvard, muy esmerilados en todo, metrosexuales veganos gimnasiasta-maquillados, comprometidos con cuantas causas piensan están en IN. Y, como bastardos de la Generación de Cristal, esa aberración indescriptible zoociocultural, hacen sólo lo que a ellos les gusta, pues entienden es el criterio global. Su producción inserta numerosa cantidad de variedad étnica, género LVDRA+ y, sobre todo, feminista. De qué vaya la historia, no importa. Vital: la representación coral+.

¡Misión conseguida! Empero salir de la fortaleza
del dragón (chino) con las princesas prometidas,
va a ser más complicado que rescatarlas...

Pues Gran golpe en la Pequeña China manifiesta que antes “del Cristal” existía gente con sensibilidad capaz de dar relevancia a las minorías, transformando a la mayoría en la minoría. Además, criticando sus supuestas virtudes. Burton a duras penas da en el clavo, ni de chamba. En un combate crucial, se autonoquea disparando al techo. Los cascotes le golpean, tumbándole. Todo el heroísmo surge de los aparentemente secundarios. Hay tres caucásicos, si he contado bien, en la trama. El resto: asiáticos que satirizan con astucia el cine de hostias de Hong Kong-BRUCE LEE. Para culminar su victoria final precisan que Burton les saque de la guarida del Mal en su camión. Es lo más trascendental, piensas, que Jack (otro ejemplo de “masculinidad tóxica”) hace por todos, aparte de mostrar solidaridad inquebrantable con su camarada en problemas.

Desde el más allá, LO PAN pretende regresar a la
carne y sus problemas y demás ambiciones

Es paradigma del buen cine que utiliza para realizarse los tópicos del “tóxico imperialismobianco” como ahora definen esos mequetrefes “nuestro” cine. No importa que el caucásico la cague o triunfe el asiático. Comprendes que todas las razas tienen héroes y villanos. Ocurre que mientras Carpenter hace una exhibición de sagacidad y espectáculo, los de ahora lo convierten todo en un estrafalario “panfleto pro-minorías”, todo muy rosa y lila, millone$ volcados a una estéril fantochada políticamente correcta. Por desgracia, hasta el próximo RIDDICK redentor, queda dura travesía aún por delante por mor de esos ácidos mequetrefes de cristal. Cuántas gilipolleces por conocer…