Entre las singularidades de esta comedia
fantástica de acción de JOHN CARPENTER está que los biancos son la minoría; al menos, en pantalla de plata. Jack
Burton, el personaje de KURT RUSSELL, es a momentos un simplón secuaz de su
camarada chino, quien emprende audaz el rescate de su novia raptada por los
TORMENTA, sicarios inspirados en los SEÑORES DE LA MUERTE de EL ASESINO DEL SHOGUN.
Es algún momento de mediados de Década 80
(que, conforme avanza esta segunda del Tercer Milenio, más prodigiosa y mágica
se hace, no sólo por la otoñal nostalgia que sus supervivientes demostremos,
sino porque REALMENTE las cosas están adquiriendo un pernicioso cariz “zoociocultural”)
y las producciones de este tipo obtienen luz verde para existir. Una más
afortunadas o inspiradas que otras. Es como si, en Hollywood, hubiesen oteado
el horizonte advirtiendo algo que les hizo gritar: ¡Hey hey, gente! ¡Hay
inmensa cantidad de peña allá al fondo HAMBRIENTA de buenas diversiones, de ocio, de historias fantabulosas que disparen todavía más su imaginación! ¡Hey hey! Démoselas.
Luego dependía del talento de cada cual
para que lo que consumíamos fuesen aceptable, deleznable o despreciable. Por cada JAMES CAMERON, o Carpenter,
había cuarenta Fulanitos de Tal mediocres, o nulos. Ocurre hoy, aunque
parece que eso está más tapado.
Muy recuperados de su enfrentamiento a ITTO OGAMI, los "sobrenaturales" sicarios se disponen a darle el día a BURTON y su amigo chino |
Lo importante es que entonces había ciertos dinosaurios, los productores, con instinto para una sola cosa: money. Eran fumadores de puros con papada y algunas otras feas costumbres. Empero tenían un admirable ojo clínico para los negocio$ y sabían, por haberle tomado el pulso, qué afiebraba al personal. Esa gente, de basto aspecto grosero, fueron los que, en la música, apadrinaron a QUEEN o POLICE, los músicos que pusieron al planeta a bailar durante Década 80. (Hoy día ignoro quién lo hace. Lo que veo en TV son mindundis estéticamente metrosexuales con “tenue” sesgo afeminado, o matones negruzcos cuyos movimientos semejan amenazas según riman.)
Hoy esos dinosaurios son petróleo. O van
camino de convertirse en hidrocarburos. Les sustituyen atildados graduados de
Harvard, muy esmerilados en todo, metrosexuales veganos gimnasiasta-maquillados,
comprometidos con cuantas causas piensan están en IN. Y, como bastardos de la
Generación de Cristal, esa aberración indescriptible zoociocultural, hacen sólo
lo que a ellos les gusta, pues entienden es el criterio global. Su producción inserta
numerosa cantidad de variedad étnica, género LVDRA+ y, sobre todo, feminista. De qué vaya la historia, no importa. Vital: la
representación coral+.
¡Misión conseguida! Empero salir de la fortaleza del dragón (chino) con las princesas prometidas, va a ser más complicado que rescatarlas... |
Pues Gran
golpe en la Pequeña China manifiesta que antes “del Cristal” existía gente con
sensibilidad capaz de dar relevancia a las minorías, transformando a la mayoría en la minoría. Además, criticando sus supuestas virtudes. Burton a duras
penas da en el clavo, ni de chamba. En un combate crucial, se autonoquea
disparando al techo. Los cascotes le golpean, tumbándole. Todo el heroísmo surge
de los aparentemente secundarios. Hay tres caucásicos, si he contado bien, en
la trama. El resto: asiáticos que satirizan con astucia el cine de hostias de
Hong Kong-BRUCE LEE. Para culminar su victoria final precisan que Burton les
saque de la guarida del Mal en su camión. Es lo más trascendental, piensas, que
Jack (otro ejemplo de “masculinidad tóxica”) hace por todos, aparte de mostrar
solidaridad inquebrantable con su camarada en problemas.
Desde el más allá, LO PAN pretende regresar a la carne y sus problemas y demás ambiciones |
Es paradigma del buen cine que utiliza para realizarse los tópicos del “tóxico imperialismobianco” como ahora definen esos mequetrefes “nuestro” cine. No importa que el caucásico la cague o triunfe el asiático. Comprendes que todas las razas tienen héroes y villanos. Ocurre que mientras Carpenter hace una exhibición de sagacidad y espectáculo, los de ahora lo convierten todo en un estrafalario “panfleto pro-minorías”, todo muy rosa y lila, millone$ volcados a una estéril fantochada políticamente correcta. Por desgracia, hasta el próximo RIDDICK redentor, queda dura travesía aún por delante por mor de esos ácidos mequetrefes de cristal. Cuántas gilipolleces por conocer…