Afiche. Un desenfadado estudio del superespía bondiano trasladado al temerario poligonero megatatuado que no escapa de la influencia 007 |
No extrañaría saber que el guión original
de este filme protagonizado por un (entonces) cachas en alza, VIN DIESEL (que
así remachó su carrera, haciéndolo aún más estrella pujante) estaba ideado para
un BOND, JAMES BOND, y que fue rechazado por cualquier pijotería o acumulación
de originales que darle al famoso 007 con licencia para matar. El autor decidió
darle un repaso, sustituyendo a Bond, James Bond, por XANDER CAGE y, ¡hala!, a
vendérselo a algún estudio con instinto de negocio. Bueno, modificó más cosas,
acercándolo más al MENTIRAS ARRIESGADAS protagonizado por ARNOLD
SCHWARZENEGGER que a las andanzas del legendario agente secreto británico.
Comparte con la cinta de JAMES CAMERON el
desparpajo, la iconoclastia y un refrescado concepto del agente secreto
familiar, fuese 007 o sus más/menos desgraciadas o incompetentes copias.
Mientras que HARRY TASKER ya preconizaba la amenaza del terror islámico como
complicación para la vida estadounidense, desviándose de la norma de la
política de Bloques Este-Oeste, XXX la recupera, empero con novedoso
sesgo.
La elección de un enemigo clásico (rusos
despiadados y sus corpulentos matones) no es accidental en XXX; ya, a
priori, parece pensaron: ¿Por qué no? Funciona desde los sesenta, aun antes
quizás. ¿Por qué no perpetuar el estereotipo? No, es otra la intención. La
soviética Dictadura del Pueblo había construido un imperfecto monstruo de
gargantuescas dimensiones, engullendo naciones de su entorno tras la Segunda
Guerra Mundial, imponiendo el comunismo a la fuerza y, para mantener en marcha
semejante maquinaria de control y opresión, entrenó a generaciones de jóvenes
(o no tanto) con el suficiente esmero como para convertirlos en una amenaza a
posteriori para la seguridad del planeta.
Un remedo a SNAKE PLISSKEN es el trato que proponen al audaz XXX: curra para mí, o al trullo. SAMUEL L. JACKSON practicando para NICK FURY, ¿que no? |
Anarquía 99 es un codicioso resultado de la desintegración del monstruo comunista ruso (ahora, anda medio resucitado) y la necesidad de supervivencia de unos operativos que, ayer, tenían algo (por defectuoso que fuese), y mañana, nada. Un vacío en el que eran inútiles sus conocimientos bélicos, salvo que los derivaran al tráfico de drogas, robos de coches, proxenetismo, asesinatos por encargo.
La maraña ideológica que justifica su
apoqueclipse global es pura cortina de humo; el mismo jefe de Anarquía 99 debe
ser consciente de que ese sueño de una “libertad total” una vez hayan
desplomado los Gobiernos en un intercambio nuclear es una imbecilidad cósmica.
¿Quiénes disfrutarán su “libertad total”? ¿Los depauperados supervivientes de
un conflicto atómico? Recaemos en la irracionalidad intrínseca de V DE
VENDETTA: el paraíso ácrata que depende del compromiso del populux para
sostenerse. Como si la envidia, la codicia, la ansia de poder (la que, en el
fondo, ese tío persigue: liderar su ‘paraíso ácrata’), quedasen por entero
excluidos en la mente de todos en ese edén al instante de instalarse. Son
criminales sin entrañas: su sangre les empujará a la dictadura.
Xander Cage, el irreverente amante de los deportes de riesgo (algo que es también Bond, James Bond), tiene la ventaja de encajar, exageraciones aparte, con lo que en realidad es un agente secreto. El espionaje no lo emprenden apuestos y bien entrenados sicarios fanatizados en la fe absoluta al Gobierno que les financia, sino personas de anodino aire corriente, capaces de hacer más daño que un doble-cero, quien, como mucho, puede liquidar un (teatral) objetivo específico, mientras que un espía purrioso, fotografiando, radiando, puede situar un arma nuclear en el centro de una ciudad. Matar millones.
Por otra parte, creo que Nintendo
pagó esta película, promocionando su X-Box. ¿Qué significa “cage”,
sino caja (box)? ¿Cómo llaman a Xander? X… de X-Box.
Llamativo que SAMUEL L. JACKSON ya encarnara aquí a NICK FURY (que lo es, vaya), personaje que, en Mentiras Arriesgadas, CHARLTON HESTON caracterizó en toda su desnuda y patriótica crueldad.