GEORGE TUSKA ilustra el guión de DOUG
MOENCH que traslada a viñetas la cinta protagonizada pocos años antes por
CHARLTON HESTON y que dejaba esa desazón en el que la veía: en especial, si era
de los creacionistas acérrimos o de un intransigente fanatismo religioso. Ese
filme vulneraba la Primera Ley Bíblica emanada de la Voluntad de Dios, es decir:
El Hombre es Supremo y Gobernará supremo, aun a sus semejantes, con quienes no
compartirá la Creación, sino que los más poderosos permitirán por conveniencia dejar
algunas migajas a unos cuantos, quienes le sustentarán en el dominio a cambio.
Luego hay revoluciones, defenestraciones, Torres de Babel y demás Plagas,
empero la Primera Ley es nítida: Homo Super Ones.
Allí, el Hombre es atrasada especie parasitaria
vegetariana (lo dudo) que husmea el aire para captar con finura el aroma del
cuero y el lubricante de rifles para escapar a tiempo de… los Simios
preponderantes, que se entretienen diezmándolos para preservar sus cosechas o
los cazan, ergo deporte, ergo como cobayas, sin tener mayor escrúpulo que el
nuestro con las designadas “razas inferiores”. La Humanidad padece una extraña
regresión cavernaria, siendo incapaz de articular incluso monosílabos. Ese es
el golpe que en fotogramas ofrece El Planeta de los Simios, distopía
inédita donde los realizadores resaltan la aparente banalidad/fragilidad de
nuestras certezas o dominios.
El origen del marketing gráfico aludido; la verdad: esta ilustración es más devastadora y reveladora que la dinámica de Buscema |
Para un Marvel expansivo que rastreara
ingresos por doquier, era natural quisiera rentabilizar también en TBO lo que
primero fue una mediana novela de ciencia ficción. Sin embargo, estas
adaptaciones arrastran taras. No sé hasta qué punto el lector medio, que no
viera ninguna de las dos primeras partes, advirtiera dichas deficiencias, o si
las relativizó. Vuestro Scriptor adquirió este volumen (edición
limitada-numerada; algún día costará una pasta) recordando que, tras las
adaptaciones de las películas, El Planeta de los Simios adquirió aliento
propio; desarrollaron historias sobre ese material. Esos ramales: podrían
contener la sazón ausente en las adaptaciones. Era un intrigante territorio
virgen que merecía examinarse, difiriendo a medida que avanzaba de “lo
consagrado”, un campamento-base desde el cual enviar… expediciones exploradoras.
Problemas: Tuska no era el autor adecuado.
Cierto: era un ilustrador respetado y cuyo trabajo despertaba interés. Tenía
tirón. Aunque era un dibujante de superhéroes. En sus viñetas, el sarcástico,
cínico y descreído TAYLOR tiene toda la traza del HÉRCULES que esbozara en THE
CHAMPIONS. Una maciza figura que tiene la mala suerte de expeler los absurdos
diálogos que Moench le hace decir, vulnerando casi todos los parlamentos de las
películas. Se han tomado diversas licencias; en algunos casos, hasta desafortunadas.
Sobre NOVA… Bueno, sigue siendo el trivial bibelot de los filmes.
Ese Taylor debía estar más acomodado con el
rebelde aunque ‘ordinario’ Charlton Heston, hombre “en buena forma” pero incapaz
de derribar de un puñetazo un templo. Moench, que hiciera un excelente trabajo
con DOC SAVAGE, se deja llevar por no sé qué extraño carácter ricano-Marvel
de decir cosas como ¡Vaca Sagrada! ¡Apestoso esto, apestoso aquello!, frases que
jamás dices en la puñetera realidad sin parecer un capullo.
GEORGE TUSKA hace un gran trabajo... Problema: traduce a unas viñetas de reflexión filosófica- dramática los estándares del mainstream superheróico |
Para más inri, Tuska no encuentra los
mejores/dramáticos encuadres, y así, las planchas finales, las de la Estatua de
la Libertad semisepultada, las dibuja desde ángulo erróneo. Las priva del
dramatismo de la película. El ‘sustituto’, ALFREDO ALCALÁ, no mejora tampoco la
cosa, aunque su Taylor (idéntico en rasgos a su BRENT) bordea algo más el
concepto del hombre “en forma” aunque no Modelo RAMBO.
Toda la caterva de simios sigue siendo esa acartonada patulea aterradora de fractura
del canon bíblico, y pese a su aparente protagonismo, menudean por el escenario
como peculiares secundarios con momentos destacados por mor del contexto de la
historia narrada.
¿Es pérdida de dinero comprar este volumen? Tiene el atractivo de su curiosidad, desde luego; mas si la idea es leer qué pasó después, ese objetivo lo incumple. A gusto del lector queda.