Impresionante afiche cataclismico del filme, plenamente setentero |
Según oí la noticia, esta película de ROBERT RODRÍGUEZ fue saludada en Cannes con abucheos. Normal: allí suelen estar los más selectos del cine plúmbeo y melindroso que entretiene a las elites intelectuales con filmes/piezas de colección que, ¡ay de ti, hereje!, mal acabarás como se te ocurra o pasar de verla o criticarla. Los dioses del celuloide te echarán encima una maldición que ni la de TUTTANKAMON.
Sí, me sorprendió que Machete se estrenara en un festival con tal glamour; la cinta no disimula en absoluto su condición de “cine de palomitas” y añejo regusto a cine de verano, con el olor del Zotal de los aseos impregnando el aire hasta la decimoséptima fila. Su mismo comienzo está “rayado”, como si la película la hubieran pasado mil veces por viejos proyectores o quedado en manos de proyeccionistas torpes. Sus colores son fuertes, violentos, con una fotografía de textura bizarra que hace mucho más incómodo cuanto exhibe: el lugar polvoriento y reseco, los malandrines sudorosos con barbas de días, los cochambrosos edificios, los coches abollados, modelos de Detroit que ya son Prehistoria. Es firme la intención de no ser sutiles, de evitar hacer algo de arte y ensayo, de academia escrupulosa; querían crear un producto todoterreno que durante noventa o cien minutos disipara de la mente del espectador los problemas que le agobiaran.
Esta cartelera que reivindica el origen de tebeo de MACHETE |
Rodríguez ya ha cometido el primer pecado cardinal: entretener. Un piélago de críticos se alzará contra él vituperándole por ser tan honesto y no pretender nada más. Estas personas entienden que el cine, como la novela, o aun el comic, posee una función sublime que no debe ser mancillada por los incultos u oportunistas, y mucho menos, por quienes no acabaron sus correspondientes estudios. (Rodríguez no ingresó en la escuela de cine –creo que STEVEN SPIELBERG tampoco-; lo que sabe lo aprendió por sí solo y fijándose mucho en todo, sacando enseñanzas de sus errores, al estilo de su peculiar camarada, QUENTIN TARANTINO.)
No obstante, juzgar inmediatamente Machete de subexplotationsex o como puñetas sea (cuando empezamos a etiquetar y ubicar en las estanterías, surgen los problemas) y, a continuación, indicarle al espectador que pase de ella y vea algo más elegante, algo del cine español, ¡por ejemplo!, fíjese usted en esta nueva película que trata de un tema escasamente tocado por nuestros cineastas: la Guerra Civil, es aconsejar con maldad, porque por asombroso que parezca, este filme contiene un mensaje, y no baladí, por cierto, y lo más llamativo: contradictorio.
Machete habla de la inmigración (legal o ilegal) y de que esas personas están entre nosotros y cuanto sabemos de ellas es que… hablan raro, tienen la piel más oscura, y venden pañuelos de papel en los semáforos. Pero, en realidad, ¿qué sabemos de ellos? En los telediarios los vemos asaltar nuestras costas a bordo de precarias embarcaciones en condiciones lamentables, con los ojos llenos del susto de haber compartido travesía con la Muerte, y ahora, miran la terra firma con la sensación de haber penetrado en el Paraíso… aunque nosotros, los residentes de tan privilegiado lugar, les podríamos decir lo rutilante que es en verdad el Edén. Igual se lo piensan antes de arriesgarse a venir.
LINDSAY LOHAN haciendo guarrerias con su arma. Queda claro el mensaje, ¿verdad? |
Rodríguez (y su hermano coguionista) primero denuncia que los del segundo, o tercer mundo, tienen derecho a gozar de los privilegios que disfrutan los del primero: colesterol, TVs de plasma, coches potentes (que los ocurrentes del Gobierno han castrado con límites de velocidad dignos de las diligencias de WELLS-FARGO –¿o será por promocionar los tiempos y la actividad de JOSÉ MARÍA EL TEMPRANILLO?-) y todo cuanto la pantalla de plata de sus depauperados lares les ha mostrado. Se trata del viejo discurso de la redistribución de la riqueza, la justa promoción de los capaces, independientemente de su origen o color de piel, y todo eso que estamos perdiendo por mor de esta devastadora crisis.
JESSICA ALBA, alias SARTANA, y los milagros del photoshop. Toda ella no sera de pega, ¿eh? Hay chicha en sus curvas, espero. No solo bits |
Pero, a continuación, Rodríguez nos muestra que toda esa gente puede estar enlazada por un mítico contacto, tal la RED, y que, a un toque de clarín, saldrán de sus pellejos de tercermundistas cuya existencia ignoramos (uno de los sicarios que aparecen en el filme así lo constata) y volverse una tropa que, con la fiereza que alimenta la necesidad, se apodere de nuestros privilegios, que creemos sagrados e intocables debido a una estructura intelectual frágil y una propaganda sin fundamento, y nos subyugue.
Me lo parece, ¿o es un extraño mensaje racista? Algo como “Cuídate del extranjero…”
Los tipos como Rodríguez o Tarantino necesitan, para contar algo serio e importante, agujerearlo con varias balas, pues de lo contrario sienten que el mensaje carece de fuerza o puridad. Por supuesto, corren el riesgo de que al hacerlo así lo que predican sea etiquetado sin remedio de serie B, algo vulgar, y se resignan a reventar taquillas y que el espectador absorba los remanentes de ese discurso resentido por los estampidos de las armas. Seguro que quienes vieron en Cannes la película y la abuchearon cuanto se limitaron a grabar en sus puristas sesos fue la efusión de hemorragias, los tiroteos salvajes e incontrolados, los desnudos explícitos, negando la denuncia sobre los sujetos de doble moral como tiene el personaje que encarna ROBERT DE NIRO (a quien, tras aparecer en esta película, le habrán hecho la cruz, fijo). Y con incomodidad acaso, más tarde, empezarían a reflexionar sobre si esos negros de los semáforos no serán de una ‘quinta columna’ infiltrada y durmiente, que aguarda el propicio sigul para rebotarse y aniquilarnos. Pero bien pronto se desprenderían de esa sensación. Rodríguez no podía haber hecho algo TAN profundo. Qué va.
MICHELLE RODRIGUEZ encarna el mito semihumano de la revolucionaria contra la opresion de los ricos |
Puntualizado esto, nos queda la película en sí, y no es materia banal, por cierto. Admito que me ha desconcertado que Rodríguez, con la experiencia que ya tiene, no haya pulido su labor más. Encontró una forma narrativa eficaz y, en vez de usarla de base para experimentar con otros enfoques, se ha encastrado en ella dispuesto a morir en sus entrañas. Y potencial tiene. Pero es como un autor pulp al que nunca le pedirían que escribiera la secuela de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ o BEN-HUR pese ser capaz de hacerlo. No le veo haciendo un hipotético CAPÍTULO VII de STAR WARS, sobrándole talento para la tarea.
Y Machete, con su repertorio de “viejas glorias” (es otra cosa que me ha llamado la atención: la madurez de casi todo el elenco, tan luminosamente complementado con JESSICA ALBA o MICHELLE RODRIGUEZ -¡amazonas al poder!-), tiene otro defecto impropio de Rodríguez, o su experiencia, mejor dicho: de entrada, Machete tiene todas las papeletas para ser un THE PUNISHER hispano (con un acento fuerte y bastante original, muy en la línea de GARTH ENNIS –‘su’ FRANK CASTLE sí hubiera usado las tripas de un rival para balancearse hasta una ventana-) pero vemos a DANNY TREJO “alquilándose” como peón albañil, o friegaplatos, o jardinero, sin ninguna intención de vengar la muerte de su familia. No está infiltrado recabando datos de los asesinos: vive de eso, esperando llegar a mañana. Sólo por accidente se pone en la pista que le lleva hasta los criminales.
DANNY Machete TREJO (no BLADE, ni NAVAJAS de DESPERADO). Seria el CONAN crepuscular sobre el que yo escribiria |
Acerca de la factura de tebeo de Machete quiero recordar que el personaje nació en un fanzine que Rodríguez dibujaba en el instituto, y que ahora ha logrado llevar a la gran pantalla como parte de PLANET TERROR, o el conjunto del proyecto GRINDHOUSE, lo cual debe serle bastante reconfortante. Del papel y la tinta, de una tirada modesta y autofinanciada, Machete adquiere voz, cuerpo, fuerza, y nos arroja los chorros de sangre de las decapitaciones y mutilaciones varias que el hierático personaje causa abriéndose paso hasta el canalla que le dejó con tan tremendas secuelas en este mundo.
Vuestro Scriptor.