A no tardar demasiado su publicación |
Ya conté que, durante tres años, estuve
diseñando, para la muy malograda EDICIONES
RARA AVIS, material “de copia” de GAMES
WORSHOP (algo que me sublevaba, pues se nos brindaba la oportunidad de
hacerlo nuevo, o lo bastante, para que pudieran considerarnos originales) y
todo ese embolado de WARHAMMER y
orcos y tonterías siniestras de aspecto desagradable que pone en órbita, sin
embargo, a una inmensa mayoría de aficionados al rol.
No me gustan los juegos; y menos, estos.
Pero era un empleo, oportunidad de darte a conocer de cara a otros proyectos,
más ambiciosos o personales (algo así como con 6-9) y poder progresar en una dirección más
prometedora que la de esos esparcimientos.
Era formativo, sobre todo, lo que obtenía
con ese trabajo.
Muestras de mi labor en la fenecida RARA AVIS que seguía la estela de GAMES WORKSHOP, o lo pretendía |
Y algo más, pues gran parte de ese
sustrato alimentó la simiente de El Ogro
de Hierro, proporcionando un gigantesco escenario de seres alucinantes
embutidos en barrocas armaduras que eran, a un tiempo, su prisión y lo que los
mantenía cohesionados. Rara Avis ha
legado, a esta serie, el poderoso aspecto visual, mientras que el potente aparato
figurativo, dioses, paladines, bandos…, proceden de la influencia narrativa de
MICHAEL MOORCOCK y STEPHEN KING.
Dispares, ¿eh? Pero es una historia de la frontera. Pasa así.
Mi contacto con la literatura de Moorcock
procede de un conocido que vivía a través de esas fábulas (encarnizándose en
las de CONAN y las sadomaso soft de GOR, todo lo que fuese de esa laya de musculosos bárbaros con grandes
mandobles y empinada ginefobia, le iba —¿captais la idea?—). Aquella era una
época bastante imberbe de mis nociones del Gran Mundo Literario. Empezaba, sin
embargo, a notar que la influencia de “los
clásicos” no era tan beneficiosa como siempre me dijeron; al menos, para lo
que quería escribir. (Está bien leerlos, conocer a los clásicos; no venerarlos,
como quieren.)
Ejemplos de las armaduras y ornamentos que visten a los villanos de mi novela |
Moorcock era como una autopista de muchos
carriles donde todos van disparados, en comparación con mansas/lentas y
tradicionales narraciones estilo EL SEÑOR
DE LOS ANILLOS, plúmbeo material al que PETER JACKSON le ha hecho el favor
de volverlo spaguetti-sorcery (eh, el
término acabo de acuñarlo) para que podamos deglutirlo con coherencia y sin los
tantos tropezones que ese caldo posee.
Conocer el MULTIVERSO y sus numerosas
posibilidades, las personalidades complejas y torturadas de ELRIC, o CORUM (muy
referentes, descubriréis, en El Ogro de
Hierro), los dioses que no seguían el convencional patrón judeocristiano en
que me habían educado… era una llamarada en medio de una viscosa penumbra de
arcaísmos del fantástico, perpetuados por otros y encastrados en el príncipe
azul invencible, la princesa/doncella casta, el trovador y el mago del
capirote, así como el dragón y el caballero negro, o parecido, oficiando de malvado
unidimensional.
Ya me ocuparé en otra entrada de los buenos; los malos, ya veis, resultan así de aparatosos |
Después, leí toda LA TORRE OSCURA, donde esos arcaísmos fantásticos terminaban de
romperse y hacerse astillas por fin. ¡Llévatelos, viento! ¡Bien lejos! Tanto
Moorcock como King, como me pasara con FARMER y LEIBER, me mostraban que puede
hacerse CON ÉXITO de otro modo, y a ese modo me he entregado en esta
narración.
No obstante, muy presuntuoso sería, por
mi parte, afirmar que estoy erigiendo un nuevo y revolucionario concepto, esto
del spaguetti-sorcery, cuando no es
lo que he pretendido. He sido, una vez más, fiel al precepto de SIR ARTHUR
CONAN DOYLE de dar un buen entretenimiento
al más amplio delta posible de lectores, confiando hacerlo tan bien que ansíen
leer la continuación, y su calidad tenga un creciente número de seguidores.
Sobre si he hecho o no un género, o
subgénero, o etiqueta-aparte, nuevo, son otros quienes deben decidirlo. De
momento, contentémonos con pasar ese buen rato ameno.
Vuestro Scriptor.
También en: http://spnkgirl.blogspot.com.es/