Portada de SIMON BISLEY. Todo a la vista; no podemos alegar engaño luego |
Los nebulosos talentos aunados de SIMON
BISLEY y KEVIN EASTMAN (el de las TORTUGAS
NINJA, aquél fenómeno mediático que intenta resucitar a duras penas, con
indecible éxito) ofrecen una historieta cuyos básicos soportes son el erotismo
manifiesto de la protagonista, una masiva maciza SIN NOMBRE, y un despliegue de
casquería puesto sobre el mantel con el único propósito de servirse a sí mismo.
Por
un puñado de sangre (título
torpe: la sangre, ¿se recoge a cubos, o a puñados? Ya, ya, estábamos “de
homenaje” con el rompedor western-spaguetti
de SERGIO LEONE) no ofrece más novedad que la que pueda ofrecer Bisley en
las viñetas, y el esfuerzo por combinar elementos, a priori, tan dispares, como el western con el tebeo gore/de terror
repleto de zombis putrefactos y vampiros tópicos que emplean revólveres para
dirimir su cuestión territorial: quién es el engendro más alfa del OK Corral; un “anticipo dibujado” de VAN HELSING, si nos ponemos.
Esta neumática cowgirl pondrá en su sitio a la morralla monstruosa que la amenaza |
Es premisa dirigida, obviamente, a
lectores de fácil paladar; se contentan con cualquier cosa “que les echen”
mientras esté servida de una manera convincente; en este caso, el grafismo unbound de Bisley, gran baza de estas
planchas. Pues el guión de Eastman sugiere que fue construido a base de
improvisaciones caprichosas, condimentado a la sazón por Bisley, que aportaba
nuevas ocurrencias según trataban de seguir el patrón impuesto por el
realizador italiano, mucho más que por lo expuesto en los fotogramas de YOJIMBO.
Sugiere novedad ingeniosa la
planificación de la splash page inicial,
donde el inglés ha dado un efecto curvo a la imagen para, pienso, simbolizar
que estamos entrando en una esfera, mínima-nimia, y autocontenida, donde todo
cuanto sucede, por estrambótico o aberrante que pueda parecernos, tiene su
lógica interna, y a ella debemos ajustarnos.
Gente tan malcarada como ésta, que olvidaron su lugar en Boot Hill |
Construye un mundo “cerrado” que permite
cierta osmosis con lo que consideraríamos “nuestra realidad”, como la aparición
de Sin Nombre, espectacular en su desnudez, o los distintos turistas erráticos,
de gusto tan zombi como algunos de los habitantes de este poblado fronterizo
desértico, hábitat decadente que guarda ciertos paralelismos con el Jericho de EL ÚLTIMO HOMBRE, otra manifestación, filmada,
del manuscrito de DASHIEL HAMMET COSECHA
ROJA, de donde todo esto termina saliendo en un formato y otro.
Toda novedad, imaginación, aspiración, expira
en la splash-page citada. Lo que sigue
es un despliegue pirotécnico nitroexplosivo, consecuente con esa lógica propia
aludida antes, violencia que se recrea en sus excesos como toda meta. Sin
Nombre libera sus instintos pistoleros y se encarga de eliminar ora a zombis,
ora a vampiros, persiguiendo un blanco que nos desvelan al final y nos hace
sentir estúpidos, pues Bisley y Eastman sugieren que iban algo cortos de
material, y a uno de ellos se le ocurrió, de golpe y porrazo, esta salida.
SIN NOMBRE, la prota, recibe asedios por todos lados |
¿Un OVNI enterrado en las afueras de esta
decadente población-automundo, y cuyo ocupante es el verdadero objetivo de Sin
Nombre? Conforme, la historieta debía terminar de alguna forma, pero ¿esta?
Entonces sobreviene la impresión de tomadura de pelo por parte de los autores,
que bordea el grosero corte de mangas. No mereces un final refinado, chaval,
pretenden decirnos. Te pusimos a la tía buena con las 32FF, los macabros
monstruos de relleno para los tiroteos, y alguna gracieta comentada por el
fulano de las gafas. ¿Qué más quieres? ¿Que nos lo curremos, como los
profesionales reputados que somos? Anda ya; esto es un tebeo HEAVY METAL.
De los que puede salir victoriosa |
Queda cada vez más claro que no había
auténtica intención profesional al emprender la realización de este cómic,
vendido a los mandamases de Heavy Metal
en atención a no sé qué créditos. Imagino que al potente tirón que supone Simon
Bisley, que siempre encontrará incautos, disfrazados de admiradores, que
adquieran su material para admirar su manejo del lápiz y la anatomía… femenina.
Porque cada vez estoy más convencido de
que Eastman es un mediocre que una vez tuvo un golpe de suerte y de él seguirá viviendo
in saecula saeculorum, sin necesidad
alguna de “apretarse los machos” y generar una historia que le permita dejar un
legado digno de admiración que haga eco de su nombre para generaciones futuras.
Eso, Bisley, al menos lo ha conseguido.
El cómic, falto de esqueleto, al menos puede presumir de "lindos" tiroteos |
Y hojeando estas planchas, he sufrido el
recuerdo de lo que se sugiere una “intentona” patria por emularlo, el inefable BULL DAMN CITY ZOMBIES, donde también
imperaba el mismo aire de matanza-por-la-matanza, adornado con algunas ristras
de tripas y un chistecillo de humor mínimo-nimio cosido, cuan MONSTRUO DE
FRANKENSTEIN, por un compendio de dibujantes españoles, afectos a DOLMEN, que aportaban su material
esperando obtener un redondo final satisfactorio.
Fallaron; demostró ser un capricho
absurdo y doloroso sacrificio de árboles; al menos, Por un puñado de sangre tiene una dinámica activa y una honesta
intención (pura evasión, sin mayores pretensiones), a la cual debemos ceñirnos sin pedir más.
Vuestro Scriptor.