sábado, 20 de septiembre de 2014

SERENITY — ANTIPÁTICOS ROBOTS TÓPICOS

Afiche foráneo. Aunque se estrenara
en cine, esto no deja atrás, para nada,
sus raíces televisivas. Actúan así
Tengo entendido que este largometraje es colofón de FIREFLY, teleserie obra de JOSS WHEDON. En EE.UU., un fenómeno mediático y todo lo demás asociado por mor de la querencia, o respeto, estadounidense por la ciencia ficción. Aquí, nada, aunque la hubiesen estrenado. Sin novedad en el frente, pues. Comidilla del puñado habitual de seguidores y detractores que marginalmente comentaran sus pecados o virtudes en blogs o redes sociales. Sutil fiebre freakie de ciertos foros.

Por lo tanto, quien visiona Serenity lo hace acaparando la progresiva sensación de llegar casi al final del espectáculo. Le surten importantes acontecimientos acaecidos de forma incompleta, o tangencial, debiendo por tanto improvisar a golpe de imaginación para meterse en la trama, o llenar los huecos.

Esto convierte el filme en refinado incompleto. Whedon se esfuerza por intentar tenernos tan al corriente como posible es. Pero no lo logra del todo. Algunos matices permanecen en lo ignorado, y sospechas que, de conocerlos, el disfrute de Serenity sería más amplio.

Fotograma a lo STAR TREK que engloba a los
inefables 'héroes' de esta producción. Ninguno se salva
No me gusta Serenity. Me cuesta aún que me entretenga. Al extremo del aborrecimiento, no llega. Pero antepongo otros muchos títulos a ver, o tener, a este. Con gran sentido de la justicia, empero he intentado comprender qué me repele de Serenity. El último pase lo desveló con claridad incomparable.

El elenco.

Justamente. Su tripulación de abigarrados ‘héroes’ no es sino una colección de manidos y acartonados estereotipos A-TEAM por completo huecos. Funcionan por impulsos preestablecidos en la ficción desde épocas remotas. Son desecados robots de lo típico.

Éste es el único con interés. Los malos de su clase tienen
siempre algo dentro que les hace intrigantes
No aportan nada, carecen de “atractivos”, no generan empatía. Siempre aferrados a una pose chulesca. Componen el habitual apiñamiento de desperados antisistema con buen corazón en clave western (cósmico) enfrentados a un piélago de adversidades, ora lanzadas por el Poder, ora por el avatar del mundo (todos demasiado idénticos al nuestro, por cierto) donde sus aventuras les arrojan por cualquier motivo.

Luego, valoras lo siguiente: una moribunda Tierra arroja a la Humanidad a una diáspora galáctica en pos de recambios terráqueos que nos perpetúen. Inician un plan agresivo de terraformaciones. Conforme. ¿No pueden emplear tales tecnologías para sanar nuestro mundo?

La nave de nuestros 'heroes' con vago perfil equino, que
sirve oara sustentar su clara influencia de Oeste espacial
Porque Whedon infunde la idea de que, esparcida la simiente, ésta, ingratamente, decide no devolver millones de años de cobijo abandonando la Tierra a su total agotamiento y extinción. Como si los colonos sintieran vergüenza de sus orígenes plebeyos y actuasen como nuevos ricos, ignorando acomplejados sus raíces pueblerinas. Como si reconocer su procedencia terrestre les impulsase a repetir graves errores. Una condena de SÍSIFO insoslayable.

Imagino que esta Tierra/a/límite aún tiene qué decir. Pero Whedon nos dispara por los años luz de la tenaz resistencia bandolera de la tripulación de Serenity contra un Poder dictatorial que disfraza sus mañas autoritarias ofreciendo HI/TECH total y presuntos milagros médicos a sus leales.

Estando estos dos chulos (pero chulos en mal sentido)
juntos, la Galaxia peligra. Irritantes, estereotipados,
tópicos, arrogantes...
Producen planetas paradisíacos a cambio de una sumisión a lo ROLLERBALL del personal. Los disidentes quedan abocados a una (romántica) vida forajida, o poco favorecida, en Mundos exteriores, con el agravante de ser asaltados por antropófagos estelares similares a los FANTASMAS DE MARTE de JOHN CARPENTER.

También el argumento de Serenity flojea. Recuerda demasiado el de EL IMPERIO CONTRAATACA. Prioritario capturar cierto personaje con determinado potencial que, a merced del Poder, podría garantizar su dominio completo sobre los sistemas aún rebeldes. El que los poderes psíquicos de SUMMER GLAU la hayan podido poner en línea con enormes secretos de esta versión Whedon del Imperio es trama secundaria. Accesorio para lucimiento del sicario y comidilla de una historia bastante raquítica.

Pero al menos en este apartado barroco de naves y mundos
exóticos,
SERENITY se defiende con dignidad
Whedon únicamente está interesado en añadir al acervo étnico norteamericano otro capítulo de la eterna Conquista del Far West, la aplicación amplificada de su cultura (objetivo base de todo imperio) a las estrellas. Tiroteos y peleas de saloon, persecuciones frenéticas causadas por el sheriff o los bushwakers caníbales, un vago dibujo de “identidades” para demostrar que, en efecto, los de la Serenity tienen “emociones” dentro… ¿qué es? La opereta del Oeste de nuevo sobre la tarima.

De acuerdo: ofrece un espectáculo de cierta calidad con competentes FX puestos al servicio de nuestro ocio. Hasta ahí todo correcto y honesto. Jamás Whedon prometió salvar nuestras vidas, modificar nuestro credo por uno funcional de verdad, darnos el Secreto de la Vida. Sólo pretendió entretenernos.

Ah, sí, la chulería de la adolescente poseída superpoderosa
que arrasa con todos y no sé qué más. Poco visto está eso
Pero una vez despojas a Serenity de estas cualidades, cuanto queda es un estropajo amargo. Tópicos llevados a cabo por vesicantes fulanos desagradables harto vistos. Otros autores han ofrecido lo mismo, con idénticas pretensiones, y “han hecho Historia”. Puestos en faena, ¿tanto costaba pulir sus defectos para eliminarlos cuanto fuese posible? ¡El resultado podría ser épico!

Norteamérica siempre basculando entre una sana y cándida ingenuidad benefactora y la tenebrosa crueldad de las decisiones presidenciales capaces de generar genocidios. Y siempre buscando horizontes más Más MÁS lejanos para poner cuanta tierra sea posible entre su encomiable buen hacer y la sombra de sus peores errores.

Vuestro Scriptor.