Dos cubiertas: del tebeo reseñado y lo que ¿parece una continuación, o portada alternativa? |
¡Otra ronda pagada por SIMON BISLEY! Mensurado
el conjunto de la historieta reseñada, tiene lógica que aquél que antaño aupara
a “mito” a Lobo, le diera honrosa
sepultura. Porque de esto se trata: dar un buen sepelio al ÚLTIMO CZARNIANO,
que acabó masacrado por mor de sacarlo en tantas colecciones, y a la vez, que
produjo hastío, hartazgo, desdibujaron su línea.
Para nutrir cartuchos de texto y
bocadillos de palabras que más o menos justifiquen este JINGLE HELL, KEITH GIFFFEN y ALAN GRANT claramente se abocan empero
a levantar la fama de unos advenedizos recién llegados a la Historia de la
Historieta, estos tales The Authority,
piña de abigarrados con problemas emocionales y traumas infantiles multicolores
que suplen así el valor esencial del tebeo: entretener.
THE AUTHORITY estos viajan en esta nave tan aparatosa |
Vale, debe existir variedad. También
tebeos “intelectuales”. Pero plomos, no. Y cada vez veo menos amistosamente el
que, otrora, ALAN MOORE revolucionase el cómic con WATCHMEN, porque todo quisque con EGB terminada se lanza tanto a la emulación de esa obra como a
barrenarnos con las angustias existenciales de tipos superpoderosos que están
ahí para salvar el mundo. ¿O no? ¿Qué maldición arrastramos? ¿Debemos, podemos,
queremos…? Todo así, hasta el fin del cuaderno. Y ¿qué te han contado?
La excusa para hacer electrizantes a The Authority es que son mendas con
sexualidad ambigua o pasiones parafílicas más o menos soterradas, que acogotan
con su espesa erudición y vocabulario,
pretextos para escapar de los tratamientos simplistas del ayer. Son la
alternativa, la evolución, a ofrecer al lector con las arterias endurecidas por
las radiaciones Moore, emanadas de sus adultos conceptos, llenos de inmensas
zonas grises y matices exculpatorios.
Vale, empezamos a liarla |
Lo cierto es que autores como WARREN
ELLIS, padre de The Authority, faltos
de sentido del dinamismo y la acción, lo suplen con un fárrago pretensioso de
mundos y sujetos alienados que logran disimular, bajo arquitecturas
argumentales inextricables, sus carencias mencionadas. Desdeñan el agradecido
papel de esparcimiento que ofrece el cómic para convertirlo en suerte de
catedral de la cultura para culturetas
que se pirran por la novela gráfica, a la que llegan, y de la que hablan, como
verdaderos entendidos de las viñetas, ¡cuando ayer mismo las descubrieron!
Jingle
Hell es presunta secuela
de aquél Lobo PARAMILITARY en que,
por encargo del CONEJO DE PASCUA, mató a SANTA CLAUS, un matón esclavista
afincado en su fortaleza polar. Por mor de una chiquillada (jamás mejor dicho),
The Authority exige cuentas de su
nefaria proceder a Lobo, muy distante de su gloriosa irrupción en Década 90 en
el tebeo, cosa que articula a Giffen y Grant, con las pilas creativas agotadas,
a dar salida a este lamentable ‘argumento’, inexcusable masacre de árboles, por
ende.
¡El MAIN MAN por fin en acción! Pero, visto cómo acaba todo... ¿es de verdad aquél Main Man...? |
Estas planchas certifican tanto la
vacuidad del encargo, o lo que sea (pienso que darles el máximo relumbrón a The Authority a costa de la osamenta del
czaniano), como que cualquier gloria que Giffen y Grant disfrutaran una vez
quedó a años luz de distancia de ellos. Y podría ser que jamás vuelvan a
conocerla.
Sobre Lobo…, éste intenta parodiarse, aun
hacerse autocrítico, pero al querer encajar en el “nuevo modelo” (The Authority), se daña. Los tímidos
guiños a su leyenda urbana espolean vivamente la nostalgia por “aquél Lobo” del
matadestruyerraja del pasado. ¡Aflige
comprobar que lo han convertido en suerte de telonero de grupo relativamente
nuevo, situándose a un paso, pues, del olvido!
Es curioso, sin embargo, advertir que ha
sido fagocitado por su propio “mito” procaz, irreverente, iconoclasta,
provocador, “gestos” exacerbados en estas “nuevas generaciones” de “héroes”
(todavía más paganos y ácratas que él). De veras, duele comprobar que, carente
de pegada y empuje, una cría en plan SUMMER GLAU de SERENITY le propina una paliza mala y de verdad, y que un purrioso
cualquiera lo chantajea. ¡Lo noquean unos controvertidos que aturden merced a
sus tremendas palabrotas y facilidad para mostrar el culo, más que por sus
presuntos poderes!
¡Dale caña, tío! No sé quién es ese con trazas de BATMAN, ¡pero dale caña! |
Lobo, visto esto, parece haber quedado para
el asilo de las viejas glorias, donde aguarda que algún inspirado QUENTIN
TARANTINO del tebeo pueda rescatarlo de la decadencia, pues ahora mismo Lobo,
aquél que se enfrentó a SUPERMAN, surfea la estela del declive total, rumbo a
El Olvido.
Esta historieta, finalmente, ejemplifica
la extraña época que vive la industria del cómic. Orientada hacia el solaz de
esnobs que en él ven un arte abstracto, maleable, lleno de imposibles reales,
callejones sin salida con repentinas escapadas, méritos pluscuamperfectos
inverosímiles, se avergüenza de sus orígenes, más simples y aun pragmáticos. El
hacer dinero rápido ha matado el sencillo pero entretenido arte que inspirara
STAN LEE, por ejemplo, quien bien conocía lo peligroso de matar a la gallina de
los huevos de oro.
Esto hicieron con Lobo, despanzurrarlo, y ahora lo paga siendo felpudo de The Authority, a quienes él debería pisotear.
Vuestro Scriptor.
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