¿Qué me cuenta esta portada? Una profunda capacidad de observación del cómic en general del autor |
Empecemos felicitando al núcleo
responsable de ambas publicaciones: JUANMA CASTILLO, SERGIO GONZÁLEZ y
ALEJANDRO BARBA, por haber alcanzado este punto evitando desfallecer, pese a
las tribulaciones, u obstáculos, o “bajonas”, que por el trayecto hayan surgido.
Para explicar vuestro “fenómeno”, de nuevo debemos apelar a la tan socorrida
fábula de la tortuga y la liebre.
La liebre (lo comento desde la autoridad
que me otorga haberlo vivido) resultó ser un bólido. Tan raudo, que se consumió
tras el segundo intento. En cierto modo, una pena, y un reproche. Esta
“liebre”, compuesta por un grupo de estudiantes de Bellas Artes, gozó siempre
de una facilidad y abundancia de medios que otros, ubicados en la modestia, por
no decir la necesidad, a la caza de algún compasivo mecenas, trabajando a la
desesperada, jamás poseímos. Por eso de nobleza
obliga, esencialmente, ellos debieron proseguir. Derrocharon una
oportunidad que muchos anhelaban poseer. (Y, fijo, habrían respondido a la
confianza depositada.)
La liebre prometió merendarse el mundo
según a zancadas corría hacia la meta. Ya digo: al segundo intento, algo la
indigestó, quedando en la cuneta. Panza arriba.
Cubierta obra de una de las tantas firmas colaboradoras con ALUZINE |
El caso de quienes nos ocupa es el de la
tortura. Pacientemente, llegan desde la pasión y la reserva, la comprensión de
sus facultades. El que nuestro país no sea nada amable ni caritativo con
iniciativas culturales “extrainstitucionales”, es un freno constante. No sólo
para los nombres citados, sino para la expansión del resto del (inmenso)
colectivo.
Debemos inmolar valiosas horas de trabajo
destinadas a perfeccionar ora nuestro dibujo, ora nuestro instinto narrativo,
en labores ramplonas. Aun desalentadoras. Llega el momento de la prueba. La
encrucijada. ¿Desistir, o continuar? ¿Ceñirse a un horario de oficina para
luego recordar, con vaga nostalgia, qué tiempos (juveniles, despreocupados,
¡aventureros!) eran los del fanzine,
o sacrificar (una constante de esta
vida) ocio y atención a la familia para perpetuar esta pasión?
Esfuerzo que puede tener, como única
recompensa, recuperar el dinero invertido en la autopublicación, o una laudable
reseña que quizás ayude a la máxima difusión.
Y alusiones a nuestros mejores clásicos, ¡que no falten! |
Es a ese esfuerzo, resignado y tenaz,
principalmente, al que dedico la reseña. Prefiero dejar al lector interesado en
conocer una ficción ‘paralela’ al mainstream,
o el MORTADELO ritual, que descubra
los entresijos narrativos, sea en prosa, o en viñetas, de estos fanzines.
Ya, ya. Puedo insistir en lo de “debéis cuidar la anatomía, muchachos, que el
guión lo exige, más que merecerlo”. Empero debemos considerar que el estilo
se ajusta a los divertidos disparates relatados. Es un mundo de cómicos
absurdos donde personajes caricaturescos y más bien extremos, por su
extravagante situación y razonar, protagonizan situaciones bastante paródicas.
Sí. Es mejor reseñar qué constante y
callada pasión evidencian todas estas andanzas, algunas con lúcido sentido
crítico del volátil fandom. Estos personajes,
sea EL CAPITÁN TORRE DEL ORO, o ROMERO EL CAMIONERO, son hijos
incorpóreos, apócrifos. Se les tiene gran cariño (a la vista está: ¡celebran el
quince aniversario!). Se les mima cuanto se puede (no cuanto sus creadores
quisieran, por mor de los elementos prácticos antes referidos) y se procura “sacarlos
a pasear” en cubiertas policromas con cuanta regularidad las obligaciones de la
vida adulta permite.
Esta galería compendia lo esencial de la producción de este trío de autores |
Hay muchos/as empeñados/as en desdeñar
este esfuerzo. La pasión adolescente que subyace bajo esta actividad. Qué fe tenemos
en los personajes que hemos creado y vamos criando en las viñetas. Con ofensiva
frecuencia, se permiten despreciar toda esta gama de esperanzas y empeños,
amparados en no sé qué calcomanías ‘culturales’, o pajaritos en la cabeza, o
esnobismos insustanciales.
Deseo encomiar el amor que lleva a
mantener a este trío fiel-y-constante al compromiso adquirido voluntariamente
con su producción, con su elenco protagonista. Es más bien obligado tanto
resaltarlo como recabar respeto por su esfuerzo. Toma incontables horas de
dedicación con el magro beneficio esbozado.
Quince años han dado para esto. De contar con un apoyo decente, seguro que sería el triple |
Llegas a amar (u odiar, como CONAN DOYLE
detestaba a SHERLOCK HOLMES) a estas criaturas siempre dispuestas a darlo TODO
por ti. Tan generosos son. Sí. En serio. Suena exagerado. Empero es así. Si
logran gran ¡aclamación!, la ceden al creador sin problemas. Se contentan con
poder continuar existiendo en las viñetas (o los nuevos formatos digitales de
ocio), porque su cometido por haber tenido la oportunidad de vivir es devolver
con creces el favor.
Otro deseo que consigno es que el
triunvirato Castillo/López/Barba mantenga la constancia. Me gustaría que todo
este esfuerzo que llevo señalando durante todas estas palabras tenga una
recompensa mayor que una reseña favorable.
Sois, sin saberlo, sin proponéroslo
siguiera, la prueba viviente de que es posible hacerlo. Os habéis ganado el
título de decanos del fanzine local
por mérito propio y todo derecho. Evidenciáis que quizás la gran GRAN meta, no
obstante deseable, no sea el prestigioso sello editorial donde publicar. Sino
perdurar. Sin decaer. Como clara muestra de fe en lo que realizáis.