miércoles, 14 de junio de 2017

ROAD TO SOGUETTO — ENTREGA 1

¡Novedad! Los fragmentos que explican cómo GABRIEL T
llegó a Soguetto; lo ocurrido, por ejemplo, en Montreal
una historia de la frontera

Las maniobras evasivas de Dama de Picas: complican el tránsito por la trocha.

Despareja. Polvorienta. Tres de la mañana. Sobresalto durante el sueño: ¡rugieron las alarmas situadas en torno al perímetro del rancho! Nos arrancaron violentamente de la cama, del intento de reparar jornadas calurosas, esquivar las pesadillas atroces que padecía al recordar la espeluznante muerte de la joven Crepúsculo. Sacrificio humano, destinado a contentar a despiadados dioses de la Acracia.

El Relámpago Rojo: corta las polvaredas según alimenta nuevas con el apresurado, frenético ritmo, que imprimen sus anchas ruedas que asustan a las cacatúas al buga.

El pulso: a mil. Mi sangre galopa tan aprisa por mis arterias: que creo van a reventar. Saltará a chorro. Lo pringará todo. El habitáculo quedará como si un alien me saliese del pecho. Dejándolo rojo, lleno de harapos de carne, andrajos de piel. Miro sin cesar atrás. Al rectángulo negro causado por la ventanilla.

Naturalmente, otra fantabulosa producción recogida en
este no menos espectacular blog
Luces giratorias. ¡La pasma, el enemigo! Mercs de HomeCorp IG, con sus rotundas moles de asalto. Ranger, quizás. El perfil de un Hum-V recortado fugaz en el centelleo de los halógenos de una patrullera. Lanzada en nuestra persecución.

Hay suerte. Aún hay suerte. Una franja magra de ella, al menos. ¡No baten Truenos Azules el firmamento, sacudiendo todos los vientos que transitan el alto cielo con sus poderosas palas!

Bujías: comparte mi estado de ánimo. Mírale la cara. Pellejo tenso. Los pómulos van a asomar por debajo de la dermis rasgada. Sus ojos: pozos insondables. Parece que una repentina capa de canas recubre su ensortijada, revuelta cabellera.

—Están MUY ENCIMA de nosotros, Dama —supura apremiante.
—Hago cuanto puedo, Bujías. Tío. No me obsesiones.

Gracias, Mr. BISLEY, por proporcionar
un retrato de una importante actriz de
este
harbdoiled tribalpunk
Dama de Picas: Mistress del Universo al volante. Más: de un Relámpago Rojo. Los faros intuyen tanteando la carretera ante nosotros. Busca ávida una pista más llana. Por dónde evadirnos. Firme que no nos lance constantemente contra el techo. Haga chirriar así los amortiguadores. Castigados. Sin piedad.

No podemos mostrarla. Nuestras vidas: en juego. Por muy poco nos ha ido eludirlos. Han avanzado muy deprisa mercs y pasmas, el enemigo. Empero las alarmas han debido constituir una desagradable sorpresa: para ellos.

Esperarían pillarnos entre las sábanas, solos o acompañados, para meternos sus malditas armas hasta el cielo de la boca según nos maltrataban esposándonos. Pero el alarido y el vehemente color de los mecanismos de alerta: abortaron esa escena.

Vi sus perfiles abruptos recortados en esa especie de niebla luminosa de los faros de sus vehículos según Dama de Picas me empujaba/tiraba de mí por la manga de la camiseta de Public Enemy, trabado con la mochila llena con mi valioso equipo, llevando al aterrorizado gato siamés. Sus uñas: clavadas en la carne de mi pecho. Lo hacía sangrar.

Sin tregua perseguidos por los parajes más desolados...
Alojados dentro del deportivo. El SuperSport atravesó la línea de coches casi atropellando algún esbirro. Éstos dividieron su atención entre ellos y el edificio.

Seguí mirándolo, obsesivo, a través de ese fotograma del cristal trasero. El gato: parece algo más sosegado. Pero: husmea inquieto nuestras abrasivas emociones. Inundan el habitáculo. Espesan el aire que respir… ¡Ahí está! ¡Estallido! ¡El que tanto esperaba ver!