Uno de los tantos afiches exhibidos |
Star
Wars Rogue One, pese a ser
un "añadido", es muy
superior al Episodio VII,
supuestamente el no-va-más. (Aun así, procuraré visionarla de nuevo, a ver si
le encuentro más virtudes que las que le aprecié ahora —pocas tiene de momento;
ha conseguido, ¡al loro!, que aumente mi interés por FURY ROAD, que me desconcertó un tanto—, por aquello que decía el
cornudo: No sabes lo que te pierdes,
muchacho. —Empero creo nada me pierdo. Todo lo vi diáfano. Y era
mínimo-nimio—.)
Su atractivo, aunque tenga cierto regusto a
MALDITOS BASTARDOS (o un mucho),
reposa en que encontramos más rostros familiares (no me refiero ni a la
"rejuvenecida/resucitada" CARRIE FISHER o al también resucitado PETER
CUSHING) que en la otra cinta citada, donde la presencia del trapero HAN SOLO
no salva el desastre del Stormtrooper
desertor, o el nieto de la careta, así como que, Rogue One, muestra el Reverso Tenebroso de la Alianza Rebelde.
Hasta ahora, a ésta la presentaban como un
idealizado grupo de comandos lanzados bravos a la liza contra el
malvado/extendido Imperio Galáctico con galante conducta. Aquí vemos que, en
nombre de la libertad, los rebeldes no dudan en situarse al nivel de los
imperiales, tanto en tácticas como proceder moral.
Hay que ganar la guerra. En el amor y la
guerra, todo vale, cita el adagio. Pero si nosotros, los buenos, actuamos como
los malos, ¿en qué posición nos deja eso? ¡No derivamos como ellos! ¡Somos
mejores! Es el sustento de nuestra lucha contra ellos.
Otro más que resumen el contenido del filme. Se echa de menos la maestría de DREW STRUZAN, por cierto |
Pero ese negativo proceder luego pueden
disimularlo afirmando que eran “indispensables sacrificios” y que un piélago de
remordimientos corroe a estos rebeldes por su poco moral proceder. Sin embargo,
pagar mal con mal, ¿es la ética de los buenos? Nos educan afirmando lo
contrario.
Otra cosa apreciable (aparte del minuto
excepcional de DARTH VADER durante el asalto a la nave) es qué gigantesco y
bien pertrechado estaba el Imperio. El de Lucas, por obvias limitaciones
económicas y de medios, ni permitía suponer tal colosal maquinaria.
Espero que el Episodio VIII aprenda esta lección y remiende los harapos del VII.
Querer recontar/reconstruir, para los jóvenes espectadores del siglo XXI, el
clásico EPISODIO IV, ha conseguido un
resultado desalentador. Lo escribí cierta vez: estas continuaciones conseguirán
hacer buenos los ahora denostados Episodios
I a III.
Tanto vi del Episodio VII.