Alocado afiche policromo que introduce en un vasto Universo no falto de humor |
Aunque lo más llamativo de esta divertida y
en algún momento exagerada película sea la potente pirotecnia de los SFX, cosa
por otra parte más que obligada dada su cósmica y desmesurada factura, subyace
un interesante mensaje entremezclado con todos esos píxeles de colores
llamativos que se las apaña para destacar en la mente del espectador.
Problema: es un tema un tanto
manido/recurrente que también consigue hacerse olvidar aprisa, so pretexto de
que: Ah. Bah. Excusa para que le caiga bien a la sibarita crítica, que
consideren tiene algo profundo que
contar más allá de la pirotecnia de los SFX y la locura de diálogos tipo SEINFELD. Dándoselas de comprometidos para afirmar que esto es mucho más que gratificante evasión comercial
que nos alivie de este mundo presente que desde los telediarios nos flagela con
noticias atroces, escándalos de politicastras con ínfulas de cultas trabucando
fechas y nombres e infames corrupciones indiscriminadas.
Ese elemento es la familia. Debido a la naturaleza de la cinta, y conforme al grupo
que compone estos Guardianes de la Galaxia (hosca gente desarraigada con
fuertes instintos individualistas), es importante remarcar este aspecto.
Ciertamente ellos, por sus diferentes orígenes y atmósferas, imposible sean
consanguíneos. Pero en cada uno late un intenso deseo ensordecido de constante
pertenencia a la unidad que empero procuran disimular, por parecer debilidad,
empleando la rudeza cínica habitual de los tipos duros capaces de arrostrar los
más grandes/graves peligros o ejércitos sobreviviendo encima.
Bajo esa piel coriácea de engendros capaces de asaltar el Infierno con un cuchillo mellado, lo que buscan en realidad es constituir una familia o ser parte de ella |
Mueren por ser algo, pertenecer a esa unidad, el parentesco ansiado que surge de saberse
solos, no taciturnos individualistas cabezotas o garrulos de Manual, sin más
afán que vivir día-a-día, sin embargo envidiando a las personas más prosaicas
que conocen fuera del habitual hábitat de violencia por donde trapichean.
La generosa dosis de humor, parodia y
autorreferencia está de puta madre magistral. Hace que el resultado sea más
grato que las obras wagnerianas que Warner
Bros. estrena impregnadas de los más históricos iconos de DC Comics. Si comparas LA LIGA DE LA JUSTICIA con estos
Guardianes 2, éstos últimos ganan por mucho (cien millones largos más). Es más
amplia, tiene un trepidante sentido del ritmo, los personajes son más agradables,
extrañamente… creíbles. Es, incluso, más cromática, según muestran los
numerosos planos de irisadas nebulosas que impregnan la película.
¡Hey hey! SNAKE PLISSKEN, quién te ha visto y quién te ve. De contestatario de distopías a especie de dios estelar |
Mas descuella ese afán de querencia. De
pertenencia. De ser parte de algo
mayor. En la cuestión insisten. Aun los piratas espaciales (al menos, los que manifiestan
conciencia y corazón) ansían la oportunidad de estar insertos en algo que brinde calor y generosidad, diferente
a la inhóspita cotidianeidad donde laboran.
¿Prueba que demuestra esta apreciación? El
final. Los saqueadores estelares honran la pérdida del camarada otrora renegado
expresando un sentimiento de amistad que emula la auténtica hermandad de
sangre. Todos quieren tener a alguien, si no con quien llegar “a mayores”
(románticos, sexuales), sí a quien confesar alguna intimidad estilo: “Empecé
esto con mucho entusiasmo, aunque ahora veo que está lleno de mierda, y el
sacrificio de llevar una vida más sencilla, mas llena de otro tipo de éxitos, familiares, no ha merecido la pena.
Porque ¿qué tengo?”.
Rollo romántico aparte propio de estas historias, y momento Kodak de Manual, ¿veis como lo que persiguen es una comunión más que espiritual? |
Cicatrices. Batallas. Huidas desesperadas.
Cazarrecompensas tras mi sombra acechada constantemente. ¿Valía la pena tanto
vacío? No, parece ser la respuesta.
En una era en que la familia está denostada,
desvirtuada, donde han permitido señalarla fuente de males sin fin-sin fin (conforme;
hay unidades familiares que vaya VAYA sujetos) y (franquista) heteromachismo (hasta que llegó la
crisis económica; ¿a quién se recurrió, entonces?), se hace notable reclamen la
trascendencia de la familia, sobre todo estos tan dispares sujetos espaciales.
El resultado final de todo es buen cine… de familia.