Parábola quizás de por qué los dioses necesitan a los ateos e iconoclastas |
Y la divinidad, como muestra esta película de JOHN BOORMAN, que es, pese a su enmarañada, estética, psicodélica y “de arte y ensayo” apariencia, una
interesante reflexión religiosa víctima de la New Wave que sacudía los albores de Década 70, remanente de los
últimos y convulsos años de Década 60, plagados de profundas transformaciones
sociales. Hoy día, sin embargo, la sibarita crítica femirulista la calificaría de ofensiva exaltación de la violencia y
el machismo gratuito, nefasto ejemplo para la juventud.
De inefable
suelen describir Zardoz. Cierto:
cuesta cogerle cariño, y se hace también arduo defenderla ante títulos
más convencionales, acaso menos profundos, que pudieran versar sobre lo mismo.
En esta historia apoqueclíptica, un exterminador, con algo más de chispa en el
cacumen que sus demás compañeros, entra en una zona reservada, hogar de presuntos
dioses de un mundo arrasado por la guerra (la termonuclear, posiblemente), y las
atroces secuelas que arrastra tal desastre Nivel MAX, y donde los fríos y
nublados páramos circundantes los pueblan los exterminadores (la elite elegida por Zardoz) y los brutales, residuo de nuestra
Civilización, reducida a la esclavitud, la ignorancia, pobreza, a satisfacer
los desvaríos asesinos de los exterminadores.
Zardoz, a través de la intricada tramoya de
planos complicados y filosofías ‘sesudas’
que parecen obra de la ingesta de LSD u otra hierba del diablo, es empero parábola
sobre Dios y los cultos, la manipulación que del Hombre puede hacerse desde el
‘plano etérico’ de lo “sobrenatural”, y el querer obtener respuestas del
Individuo cuando algo que puede macular el dogma empieza a arrojar dudas,
preguntas, cuestiones inquietantes.
Parte del Alto Panteón que rige los páramos desangelados al otro lado de su aura protectora impenetrable. Patanes suicidas, hastiados de sí mismos y sus semejantes |
Los “dioses” (que recuerdan a los de LOS
PÓRTICOS DE LA CREACIÓN, ese borrador en Reverso Tenebroso de
los ÉTICOS
de la saga de EL
MUNDO DEL RÍO) son decantados “maravillosos” de la actual ingenética.
Casi inmortales, con conocimientos (que no sabiduría) en principio superiores,
han descubierto que su extrema longevidad no es un don, sino una irónica
maldición que les condena a tener que llenar sus vidas como sea. Tan inmortales
son que, cuando uno muere, su backup empieza
a gestarse en una sala llena de plásticos casi al momento. Una IA construida en
un cristal ayuda a mantener una máscara de orden, regularidad, al esquema, comunicándose
a través de los anillos que todos portan.
Con estas pintas se dominan los yermos del futuro, aunque... |
Aunque la situación empieza a ser
insostenible para cuando el bravío SEAN
CONNERY (en otro esfuerzo, pienso, de desmarcarse del atildado
sádico espía BOND, JAMES BOND) irrumpe vehemente en ese microcosmos que pretende
dominar el macrocosmos.
Una refinada, virulenta, insidiosa locura, como la
devastadora desidia, va apoderándose de los semidioses, de apariencia délfica,
fría, estilizada, cruel. El exterminador-Connery fue, poco antes, embromado
hasta unas ruinas donde “el paráclito” le reveló la verdad sobre el poderoso
Zardoz, mito pétreo volador que surtía de consignas y armas.
...es una moda que hace escuela. La comparación no admite dudas |
Todo se desplomó. Credo. Mito. Fe. Lo
incuestionable: se hace cuestionable. La certeza que arroja tener un dios con
respuestas a todos los enigmas, se desvanece. Queda en su lugar una ansiedad
iconoclasta, ácrata, la curiosidad extrema de saber POR QUÉ te han manipulado
así. Dios Padre, ¿talmente obra con nosotros, Sus ofuscadas criaturas? Este
planteamiento propone Boorman al espectador, confiando… no sé. ¿Cuestionemos
nuestras religiones y sus fundamentos?
Zardoz es un retorcido juego. Un
experimento sociológico diseñado por los semidioses para poner fin a su misma
existencia. Sabiendo esto, reconsideras esas obras de PHILIP JOSÉ FARMER (donde
aparece la simiente de Zardoz, me
atrevo a observar), pues los elegidos para asaltar la Torre de las Nieblas son
peones, manipulados por un Ético, a su modo, aburrido. Y las criaturas creadas
por los SEÑORES se asemejan, mucho también, a los brutales y exterminadores que
Zardoz ha puesto “sobre la Tierra”. Así visto, parece cerrarse un curioso
círculo similar al URÓBOROS, entre literatura y cine.