Sólo un superhéroe olímpico hace estas exhibiciones indemne. Una imagen muy impropia de alguien que luchó contra la esclavitud de otro modo: con tesón y desde despachos |
Soslayo los detalles propios de la
producción per se, como que este
filme está basado en una novela homónima o que aun TIM BURTON está mezclado en
su producción, que fue relativamente rentable. Quiero ir más allá, hasta un aspecto
técnico que tiene enjundia.
CORRUPCIÓN
EN MIAMI se concibió para
un público aficionado a los videoclips de MTV,
empleando diversos recursos como la energía o la estética de los encuadres por
encima de la espesa urdimbre de relatos complejos o elaboradas personalidades
trágicas, con diversas matizaciones de sombras. Pretendían un resultado
resultón pensado para un avance en el concepto de crear evasión. Los autores de
la mítica serie eran conscientes de que la parrilla ofrecía producciones de
corte más serio/formal donde el espectador “sesudo” podía regocijarse. Había
empero ese delta de público al que podría enajenar un rígido academicismo, repudiando
una inversión realizada cara a obtener beneficios.
Paradigma de ese tipo de “sesuda
televisión” puede ser ALLY MCBEAL, la
cual recibió loas y alabanzas sin cuento, resultando posteriormente un
considerable bluff. ¿Quién recuerda,
hoy día, la serie de la escuálida abogada premenopáusica y demás paridas de la
norteamericana competitiva con los hombres y contra su sexo? No tantos como
quisieran sus sibaritas creadores. Y ¿Corrupción
en Miami? ¿Cuántos la recuerdan? Mogollón. ¿Causa? Su sencillez, que tocaba
rápida la fibra del espectador que procuraba obtener un rato de glamourosa evasión tras un frustrante
día laboral.
El joven leñador ABRAHAM LINCOLN con un amigo singular. Los nósferos de este filme son de la "Familia FORSON", pues pueden pasear al Sol sin problemas o demás taras vampíricas |
Y, encima, con potentes éxitos de los
Inmortales de Década 80.
Pues esta peculiar cinta, instalada en la
estela de algo de lo que, aunque no sea nuevo, ALAN MOORE “pone de moda” en lo
gráfico con LA LIGA DE LOS
EXTRAORDINARIOS CABALLEROS o el cine con VAN HELSING o EL SECRETO DE
LOS HERMANOS GRIMM, el revisionismo de ciertos personajes de ficción o
históricos adjudicándole roles fantasiosos, se embebe de ese espíritu de Miami VICE mas pecando de un grave
defecto: la excesiva exageración.
Desde que ILM empezó a aplicar los SFX
computarizados al metraje, las cosas han ido llevándose un poco más Más MÁS
lejos cada vez. Productores y directores apreciaron el potencial de la pantalla
verde y el pixelado de proezas que desafían toda coherencia o credibilidad.
JOHN WOO y su cine de tiroteos interminables también tiene culpa en este exceso
barroco que sin problemas penetra no ya en lo circense estilo LA JUNGLA DE CRISTAL, sino en tierras de lo inaudito y lo ilógico.
Mezclan elementos fantásticos con sucesos reales. La guerra civil norteamericana se libra tanto contra los esclavistas como los nósferos, que, desde tierras más viejas, quieren conquistar el Nuevo Mundo |
La gente ya no muere abatida de un tiro, cayendo al suelo de una forma más/menos teatral, estilo LA TRILOGÍA DEL DÓLAR. Ahora deben hacer una cabriola seguida de una pirueta y poner un rictus erectus de tormento que la pixelación resalta con detalle milimétrico. ¿De veras necesitamos tal/tanta exageración?
Advirtamos: hasta hace poco, un tiro, un choque
de coches, una pelea a hostias, podía impresionarnos más/menos en función al
talento del director o las tablas de los actores. EL GUERRERO DE LA CARRETERA hace escuela… sin pantalla verde o SFX
computarizados. ¿Hoy día?
¿El "Toque BURTON en un fotograma "a lo" BERNIE WRIGHTSON? |
No sabes si ves una película que debe
atraerte MÁS por los SFX que por las actuaciones, la trama, los diálogos,
etcétera. Son como un elaborado videojuego donde no priman los valores
artísticos intrínsecos de la obra o intérpretes. El director parece decirles:
Poned cara de circunstancias, que el programa NoSéQué luego os hará saltar sobre
los tejados como BATMAN y SPIDER-MAN combinados. Los malos son desastrosos
clichés y, como en este filme, aparecen para admirar cómo hacen la cabriola
brutal antes de diñarla.
BLADE marcó la diferencia con elegancia. Exageraba lo justo. Esto de Lincoln, desbarra sin parar. No veo al GRAN EMANCIPADOR matando nósferos a hachazos. ¿Este es el cine del futuro que queremos, o algo más humano, capaz de emocionarnos sin píxeles?