Portada. El problema de ZOTHIQUE no es la novela en sí, que tiene su interés, sino quienes se han pasado recomendándola |
Por partes. Desde 1988 me vienen
recomendando/encomiando este recopilatorio de cuentos inspirados en LAS MIL Y UNA NOCHES con un intenso
toque poeiano y alguna influencia de las novedosas fantasías ideadas por los contemporáneos
H.P. LOVECRAFT o ROBERT E. HOWARD. Zothique
me ha defraudado, pero no tanto per se
como por haber “oído” tantos aplausos sobre el volumen. Cuando superé el
descontento que me produjo saber que Zothique
no encajaba con la sobredimensionada imagen formada durante estas décadas, mi
opinión fue mejorando… aunque con reservas.
Suele pasarme; me ¡exaltan! una obra y
después descubro que no reluce tanto. Acabas asumiendo que es cuestión de
gustos personales. Donde otros ven gloria bendita, no hay tanto para mí. Mas perdura
esa desagradable sensación de que te han estafado, aunque sin mala intención.
Otra cosa que concitó acritud fue descubrir
que Zothique no es novela de sword against sorcery; nunca llegaron a
comentármelo. Insistieron siempre en el vigoroso uso que CLARK ASHTON SMITH, de
la peña de WEIRD TALES o similares revistas
(esos autores que sin empacho hoy día llaman fachas e idiotas los ‘iluminados’
trans-feministos que se han apoderado de la ficción en general), hizo de la
paleta cromática. Cierto: salta al instante a la vista con qué
violentos/vívidos coloristas adjetivos describe paisajes los o elementos concurrentes
en los relatos, los que un pintor experto, por deformación profesional, incluiría
en su prosa consciente de qué efecto final producirían.
CLARK ASHTON SMITH con presencia juvenil. Otro de los tantos autodidactas que demuestran singular maestría |
Ningún CONAN protagoniza hazañas en Zothique, nombre del último continente de la Tierra (o su paralela) del Remoto Futuro Hechicero, que contempla, impotente, cómo todo deviene a su yermo Remoto Pasado Nigromante incapaz de impedir su propio declive. El firmamento asila a un agotado Sol y los países acaban convertidos en desiertos que avanzan, lentos aunque implacables, de una a otra costa del continente.
Decepción dos, por tanto. ¿Qué queda? Pues
advertir las semejantes con las célebres crónicas árabes, o situar las
(necrofílicas) ‘contribuciones’ de POE o los citados amigos del autor. Con elegante
disimulo, Ashton Smith aduce a los dioses astronautas de Lovecraft, a los reinos perdidos saqueados por Conan alguna vez, a la influencia arábiga que bautiza
a esos pagos o príncipes.
El esplendor de los reinos o ciudades
descritas remite al más reciente MICHAEL Moorcock y los rutilantes palacios de
Imrryr, o las cavernosas estancias del castillo de CORUM, o el Londra de
Granbretán. Si el inglés rechazó vehemente la mitología élfica de TOLKIEN,
abrazó empero el barroco boato de Ashton Smith acaso por verlo más eléctrico. Heredó
su capacidad para describir a las retorcidas huestes de monstruos que, en uno u
otro cuento, los atormentados protagonistas deben afrontar. Figuras que
trasladan a la FERIA DE MONSTRUOS de
BERNIE WRIGHTSON…
Usted está aquí; alerta sobre la alta población de hechiceros, momias y entes sobrenaturales que despiertan para preconizar el evangélico Fin de los Tiempos, amén |
Asthon Smith manifiesta asimismo una repulsiva querencia necrofílica por las momias, nósferos y lamias. Atractivas estas últimas hasta la consumación absoluta de sus víctimas. Mas la constancia del autor por esas referencias necrofílicas induce sospechar que no se trataba de un truco literario para prender el interés de una legión de lectores que se incorporaban a la literatura mediante las revistas pulp. Acabas intuyendo un fetichismo sexual de Ashton Smith por esas criaturas. Retorcida perversión que encubría mediante la metáfora de los pobres que arrastraba por las antiquísimas criptas malditas.
¿Cómo esto deben encajarlo las “autoridades” que llaman facha a Lovecraft e idiota a Howard? ¿Cómo piensan manipularlo para que produzca agrado a este selecto actual nuevo lector antimachista y prohomoX? ¿Censurándolo, o negando a Ashton Smith? Lo que sea, ya lo criticaré. De momento, quiero prevenir al lector: esto no es otra Era Hyborea. Ningún Conan salvará el día. Alguna momia regia vendrá quizás a socorrerte.