Portada patria. Aunque escrita en 2004, se remite a 1990, cuando se creía que las tensiones de Este y Oeste Nucleares terminaban. Mira por dónde: hoy son de nuevo actualidad |
La impresión que transmite la publicidad de
la primera película de Jack Reacher es que se trata de una especie de THE PUNISHER, un tipo misterioso surgido
de alguna parte con un tormentoso pasado del cual pretende huir, aunque toda
suerte de repentinos imponderables le obliga a volver a una senda que considera
maldita; sin embargo, con honestidad, acaba admitiendo se encuentra cómodo ahí.
Rompiéndole la cara a la gente, o liquidándolos
a tiros. Por ser los malos. Lo merecen. Reacher posee un código ético, o de honor, que establece reglas clarísimas. No las establecidas ora la
Ley, ora la costumbre, ora la Sociedad. No-señor: las suyas. Y cuidado con
violarlas.
Pues nada de eso, amables lectores, van a
encontrar en esta novela del personaje creado por LEE CHILD y que posee varias
secuelas. En alguna parte de Hollywood vieron tralla y ahí está: películas y
teleserie. Child ha encontrado su particular filón de oro. ¡Quién iba a
decírselo cuando empezó a escribir la primera historia!
Vamos a lo importante: Jack Reacher. Ya he
destacado que, aunque tipo duro, no es ese expeditivo con el cual no querrías
tropezarte, ni siendo bueno. Peor, malo. Porque es intratable misántropo y
difícilmente aceptará una disculpa que no comporte hueso roto. Este Reacher: no
va de eso. Partir caras, las parte, mas se lo piensa hasta demasiado.
Otra faceta del libro es que
Child parece más interesado en desglosar los procedimientos del Ejército norteamericano
en determinados aspectos de su funcionamiento, que en contar una historia
policíaca con específicos elementos escabrosos que dieran mayor empaque o
relieve al relato, con suficiente suspense como para engancharte y continuar leyendo
hasta donde resulta, porque es inevitable, menos dinámica o cae directa al
tedio.
Reacher es un policía militar de una unidad especial. Dispone de ciertos poderes que le hacen entre intocable y con capacidad ilimitada para pedir o investigar. Se encuentra, el 1º de Enero de 1990, con que un importante general la ha palmado en un puticlub muy barato, y además se han perdido críticos documentos cuyo alcance, en plenos coletazos del fin de la Guerra Fría, pueden poner a más de un baranda en serios aprietos.
Su indagación (en realidad,
la teniente afro SUMMER que “le encaloman” para que le ayude a orientarse en su
nuevo destino, oficial que demuestra la tenaz capacidad propias del héroe, esto
es, Reacher) toca la homofobia, las relaciones homoX en un Ejército que las niega,
la rivalidad entre distintas Armas y un breve romance interracial, llegando al (deducido
por el lector) desenlace que, por mor de su integridad, le degrada a puesto de
menor relevancia que el actual. Oportunidades para que se haga el loco y aun
ascienda en su carrera, le dan importantes ministros del oficio. Empero se
mantiene en sus trece.
La sombra que arroja Jack Reacher (la película) induce
desencanto con el Jack Reacher, la
novela. Tiene poco del enigmático glamour
como le pintan. Es un tozudo investigador a quien un(a) subaltern(a) salva el
día, así de claro. Como a CLOUSEAU.
Otro título del autor y el personaje |
Mas lo que AHORA hace interesante El enemigo es hallarnos próximos a revivir los tiempos de Guerra Fría que encuadran la novela. La invasión de Ucrania ha roto un montón de frivolidades y la Europa de los Pueblos y la Alianza de Civilizaciones y todo eso, se va al c*a*r*a*j*o.
Tardará algo el desplome, mas las primeras señales están ahí. Resurgirá el anticomunista que, más/menos, encarna Reacher, y recuperaremos las tensiones nucleares que pensábamos haber superado hace, lo menos, treinta años. En efecto: son estos sujetos los que necesitará la Europa del Bienestar Democrático si quiere sobrevivir a la Rusia que no aceptará una derrota, mientras piensa extender, otra vez, sus zarpas imperialistas, sean zaristas o comunistas, por toda Eurasia.