viernes, 18 de marzo de 2022

ALATRISTE — LA LIMBOPELÍCULA

 

Afiche. Turbulencias y miserias
en el Siglo de Oro. No importan
los ditirambos que PÉREZ-
REVERTE vierta o vertiera sobre
la película (para eso los cobra):
por muy poco no hay por dónde
cogerla

En justicia, imposible decir sea mala película. Empero tampoco buena. De una forma u otra, elementos positivos y negativos se contrarrestan y oponen hasta crear una suerte de Nirvana que impide inclinar la balanza a diestra o siniestra. No obstante, con cierta maldad, puedes añadir más peso al platillo de lo negativo. De esta manera, por ejemplo:

La cinta posee un enfoque equivocado. Las novelas se escriben desde un punto de vista quasipaternalista. El narrador, ÍÑIGO BALBOA, conoce al aguerrido y taciturno DIEGO DE ALATRISTE que acopia diversos atractivos (héroe de guerra, encomiable espadachín, hombre honorable, cabal maestro…) así como orea un Reverso Tenebroso en el cual el muchacho pretende no ahondar mucho, o el mito se le derrumba. No puede sin embargo obviarlo, y lo resuelve refiriéndose a fases de introspección del veterano, quien repasa sus malos momentos, su labor de sicario, y aquellos fantasmas que lo acosan, que intenta exorcizar con aguardiente o intimidades con CARIDAD LA LEBRIJANA.

Todo eso el regidor-guionista soslaya. Aborda las cuatro novelas con un grandilocuente alarde Paramount Pictures propio de CECIL B. DE MILLE o WILLIAM WYLER, cuando debió fiar más en MEL GIBSON y BRAVEHEART. O al patrio CURRO JIMÉNEZ. Que han echado euro$ al espectáculo lo manifiesta su cuidado vestuario, la ambientación del Siglo de Oro y el retablo de excelsos personajes históricos a quienes se alude, aunque éstos suelan pasar más por la galería que ganando protagonismo en la trama.

Correrías sangrientas en las oscuras calles de la
Corte. Un grave error de esta cinta radica en haber
comprimido las novelas en un sólo metraje. De
por sí, cada una basta para filme

Trama, repito, erróneamente enfocada al condensar las novelas en una sola cinta cuando sólo las dos primeras ya tenían traca para más de noventa minutos. Este afán de resumirlo TODO en el actual metraje, ¿qué hace? Crea incómoda sensación de apresuramiento, de despreciar detalles importantes, y que el espectador se las apañe como pueda. Pues el director considera que el público va avisado de los libros empezando a discriminar, sui géneris, si esto o aquello pertenece a tal novela o momento específico.

Fracaso. Su impresionante vestuario y ambientación, no lo niego (son esos ramalazos del cine europeo capaz de competir con el estadounidense en brío, calidad y detalle, mas desdeña arrogante seguir “comercializándose” por mor de alguna estúpida idiosincrasia “artística” que pienso tildar de comunista-antinorteamericana): al garete.

Gente guerrera en tierras remotas. El potente
aparato de ambientación, vestuario, etc., salva
a la película, que aspira a gran cine épico como
EL CID, sin conseguirlo. Su regu$to a
Hollywood lo estropea el errado enfoque como
se rueda
ALATRISTE

La película debió plantearse como BAZ LURHMANN rueda AUSTRALIA, o como THE ROAD WARRIOR. La visión grandiosa, desde ingenua juventud, de un avezado hombre que puede hacer la diferencia en una ampulosa Corte, atenazada de Inquisición, que recibe las riquezas de las Indias y se solaza en sedas, satenes y flirtea con actrices de la época, que comparten lecho ora con nobles, ora con monarcas. Íñigo viene de una aldea vascuence perdida en los montes, y contemplar las maravillas de palacios, iglesias y demás monumentales cuadros debe dejarlo anonadado. Todo despide a sus jóvenes ojos grandeza, glamour, calor, color, mármoles luminosos. Contempla esos parajes siguiendo obnubilado al mentor de la parca palabra. Compartiendo pláticas con DE QUEVEDO o VELÁZQUEZ. ¿Ves eso, que grosso modo PÉREZ-REVERTE traslada en los libros? No.

Es mucho más preferible sacar al actor guapetón del momento que encarna ya adulto a Íñigo por esta maldita cortedad de vista que domina a nuestros cineastas, entregados serviles a la progresía antes que a su propio oficio, el cual deben perfeccionar.

En pos de la épica estilo 300 con nuestros Tercios.
Reflexionándolo, en un cine como el patrio, que
imita comedias hollywoodienses, o dramas
de "camioneros y maricones", sorprende que se 
financiara algo que enaltece a nuestro país.
¡Podía suponerse exaltación del franquismo!

VIGGO MORTENSEN da magnífico la talla del veterano Alatriste, que parece suerte del PISTOLERO SIN NOMBRE interpretado por CLINT EASTWOOD en sus western-spaguetti. Mas apenas abre la boca, deshace la magia. ¿No pudieron doblarle? Porque mira que habla poco; pero consigue convencernos de que no es español todas las veces.

Apena que tal generosa inversión se deshaga por complejos. Es la enésima producción europea, aun española, que apunta a Hollywood quedando, apenas, en cine de verano.