viernes, 1 de abril de 2022

WANTED: DEAD OR ALIVE — PARSIMONIOSO CAZARRECOMPENSAS

 

Adiche. La promesa de tipo
duro-acción adrenalítica que
desprende pronto queda 
defraudada

El principal problema de esta película es que es lenta hasta casi extenuarte. En manos más capaces que las de su regidor, GARY SHERMAN, hubiese sido uno de esos reaganianos hits estilo ARMA LETAL o JUNGLA DE CRISTAL. En algunos momentos copia el aire videoclip de un episodio de CORRUPCIÓN EN MIAMI, mas lo que requería era una tajante acción dura y visceral llevada con premura por su protagonista, RUTGER HAUER, como NICK RANDALL

Empero Sherman se recrea en la parsimonia de una aventura con premonitorios tintes terroristas (planean una catástrofe que minimizaría el 11-S 2001) a la que aun Hauer colabora con entusiasmo. Fondón, el holandés había perdido la musculosa corpulencia del replicante ROY BATTY o la del mercenario MARTÍN de LOS SEÑORES DEL ACERO. Semeja un decadente private detective que rememora mejores tiempos y que, de pronto, queda envuelto en una terrorífica historia de la frontera que podría liquidarlo.

Mas insisten en presentarlo un operativo dinámico y, cuando toca, despiadado, que niega lo que al final vemos. Reproduce el que parecía ya el arquetipo argumental del cine de este corte de Década 80, a saber: el funcionario federal defenestrado por un arrogante superior estúpido que malvive en profesiones colindantes con la ley, ora private detective comechocolate fumando en el balcón, o éste más ‘novedoso’: cazarrecompensas.

Quien tiene un amigo... Aunque este amigo, sin
proponérselo, puede ser tan enemigo como aquél
al que encomiendan cace NICK RANDALL

Cuentan que este SE BUSCA, VIVO O MUERTO es enlace, o secuela, de una serie homónima protagonizada por STEVE MCQUEEN que se desarrollaba en el Viejo Oeste, y Hauer descendería de aquél Randall. Randall que, en la actualidad parece, a ratos, BATMAN, pues siempre tiene un cacharro que usa para levantar tapas de alcantarilla, o cortar silicona de cristales, o linterna para avanzar por las cloacas.

Y sin cesar topamos con la parsimonia como todo transcurre. La amenaza terrorista que filman, encarnada por el fanático islamista MALAK (GENE SIMMONS, el líder de Kiss, ¿no?), requiere de contundencia radical para evitar más masacres (porque Malak es el único que se mueve, aun así parsimonioso, sembrando de cadáveres Los Ángeles, 1987) y esto provocaría intensas persecuciones de coches, tiroteos salvajes, a Randall salvando in extremis el día, regalándonos algunas frases chulas de tipo duro habituales a estas cintas. Hace algo. Sin embargo… parsimoniosamente.

El BIN LADEN de este metraje. Por muertos, que
por él no quede. Eso sí, cuando le toca ceñirse a
su catecismo, ¡cómo escurre el bulto! (No así
la menda que la acompaña: quiere Valhalla moro)

La actriz MEL HARRIS no sé qué pinta en la historia, aparte de confirmar la condición heteroX de Randall. Entre que sale poco, su papel impide se luzca, dando un par de besos de buenas noches a Randall antes de que muera junto al mejor amigo del cazarrecompensas. (El cómo lo hace no pienso revelarlo. Ya he reventado suficiente.)

Interesante sí es el argumento: la amenaza terrorista islamista, que quizás en este filme adquiera una tan preponderante como profética dimensión. Cierto que en REGRESO AL FUTURO esbozan a unos activistas libios que quieren uranio para hacer la gran puñeta en alguna parte, de EE.UU., o el planeta.

El único momento intenso de la película, que aun
así no la salva de quedar a corta distancia de ser
como un episodio de
EL EQUIPO A

Mas aquí muestran descarnadas las intenciones del Islam por joder a troche a moche a infieles, escudándose en sus fanáticos del pañolón palestino. Otro instante de perspicacia está en la actitud de cínica hipocresía de Malak en el clímax de su cruzada criminal. Dibuja perfectamente a toda esta patulea de despiadados sujetos. Alientan a la matanza a sus leales, a quienes exige el máximo sacrificio como ineludible etapa de su cruzada, mas cuando les toca sacrificarse, se escabullen cobardes, interponiendo argumentos de todo tipo para no morir. 

Que luego pida la muerte a Randall no encaja con sus actos de poco antes, cuando pudo tener su holocausto al Edén estrellándose contra el depósito de químicos, pero dio el volantazo que “le privó” de su provisión de huríes en el paraíso musulmán. Las causas y sus líderes, siempre dispuestos a ofrendar a todos, mientras ellos se evaden so pretexto de que deben mantener vivo el movimiento…