Afiche. Filme sin complicaciones. Te pones un traje de astronauta que parece uniforme de LOS 4 FANTÁSTICOS y ¡a brujulear por esos espacios perdidos de la mano de Dios! |
Traslado a la pantalla de plata del sesentero
clásico de TV que contaba las penurias en el espacio exterior (donde nadie
puede oír tus gritos) de una audaz familia de científicos, los Robinson (obviaré
lo de que se inspira en un clásico literario por ahora, ¿vale?), y un piloto presuntuoso
destinado a su protección. Les acompañaba, para su flagelo, el retorcido DR.
SMITH, dispuesto a aumentar las trabas. Como si las mismas miserias estelares
no fuesen fuente de preocupaciones suficientes ya. Ah, y el entrañable ROBOT,
que acuñó lo de “Peligro, WILL Robinson,
peligro”, uniendo la frase a las tantas que forman el argot del cine, como
la de Volveré, siguiendo con Sólo vine por la gasolina, el Yo soy tu padre, o Vivo o muerto, tú vendrás conmigo. Por citar algunos ejemplos.
Esta adaptación de finales del pasado
milenio destaca porque es bianca por doquier.
Cuanto escabroso que pudiéramos esperarle (detalles a lo PITCH BLACK, más/menos contemporánea) a una cinta que tiene que
mostrar una tónica de aspereza por mor de los tiempos (amariconados últimamente),
se suaviza para conseguir un amable producto familiar que, por poco, supera lo
deleznable no obstante. Por otra parte, sus SFX son tan baratos que podríamos clasificarlos
de la stop-motion de las
computadoras.
Hecho este resumen, casi he terminado la
reseña. Es con toda evidente fuerza película de familia en pos de las familias hartas
de los habituales conceptos de WOKEDisney, dueña de la franquicia total/de
calidad de las producciones destinadas a todos los públicos. Un elenco
relativamente económico y eficiente relata una historia con un fuerte matiz
ecologista, que no sé si tenía la saga original televisiva.
Un frío ligoteo espacial, apenas aún no hemos despegado. No habrá nada alarmante en este romance. Todo es muy suave y estandarizado |
Los recursos terranos están casi agotados;
las tecnologías de reciclado llegaron tarde para poder sustentar a la
población. ¿Solución? Reiniciar la vida en un remoto planeta al cual los
Robinson piensan llegar tras larga travesía, acondicionando aquello para
preparar la llegada de colonos. La pregunta siguiente es si para esta vez no
esquilmar ese mundo, pensando aprendieron la lección de éste, o lanzarse al
consumo desmedido al comprender que sólo deben invadir otra esfera cuando todo
esté empezando a dar sigul de agotamiento. ¿Qué será, pues, de nuestra
pobre/sufrida Tierra, en ese plan? ¿Olvido, o nostálgico cariño?
Es de lo más llamativo en esta cinta: el mensaje
ecologista. Otro esfuerzo por concienciar al espectador de que vivimos en un
equilibrio precario en este mundo y que no lo estamos tratando como es debido.
(Aunque el planeta se venga: llámense terremotos, maremotos, erupciones
volcánicas, tsunamis.)
WILL ROBINSON y ROBOT. Pese a que los críos suelen ser estomagantes en las películas, este chaval te cae hasta muy bien |
Siendo sin embargo propuesta de corte
aventurero, no un urdido documental sobre los bosques en llamas o los Pirineos
de basuras, debe tener su cuota de acción, resuelta de competente modo aunque
no excitante. Un puñado de feos alienígenas raedores y todo el jaleo de unas
paradojas espaciotemporales (que resuelven a profunda herida familiar) procuran
brindarnos la animación que promete la entrada que estabas pagando.
Otro punto fuerte es la relación que
sostienen JOHN y Will. El chaval, desmesurado prodigio, se siente ninguneado
por su padre, siempre inmerso en los Profundos Proyectos Universales (como el
de la hyperpuerta), e incapaz de proporcionar a su hijo menor un segundo
adicional de cariño o atención. Es observación sobre cómo funciona el
absorbente mundo científico. Imbuidos en sus planes de largo alcance,
en horizontes muy Muy MUY lejanos, descuidan el resto, las relaciones sociales,
que enojosas pudieran parecerles. Siendo cinta familiar, logran entrambos la
(científica) reconciliación.
Momento Kodak. La familia unida vence todo problema que surja. Por alienígena que sea |
Concluyendo: PERDIDOS EN EL ESPACIO puede salvarte la velada, caso de no haber nada más adrenalítico en pantalla. Honesta en cuanto a su oferta, exigirle más no es ni prudente ni oportuno. Forzar esta maquinaria sería romperla. Innecesario esfuerzo.