Portada del recopìlatorio que contiene este relato. Un libro sólido, cuidado, precioso. Ya quisiera yo ver a DOC SAVAGE impreso en España con este formarto |
Quizás la idea perdure, permitiendo afirmar,
con jocosa rotundidad, que SAX ROMMER es un pésimo escritor. Así me
describieron al autor del siniestro DOCTOR FU-MANCHÚ, un semidespectivo resumen
proferido por un “enterado” que, por supuesto, nada había leído de estas sagas.
Regurgitaba, como un gramófono-loro, algo leído por ahí.
[¡Cuántas
tonterías escuché mediante este procedimiento, que luego los años, y mis
lecturas, han ido refutando, invalidando, ridiculizando! Mala cosa que un listo vaya dándoselas de entendido.]
Wiki ha ido disminuyendo el poder de estos
individuos; las redes sociales contactan (esto es aspecto positivo suyo) a
aficionados con más/menos cultura sobre según qué temas, e ilustran, completan
o derriban mitos y tonterías. Empero para entender la fuerza del prólogo, debemos
retroceder a final de Década 80, donde toda esta información, extraña,
dispersa, era complicada de contrastar.
Empezar a leer Los misterios de Si-Fan sin embargo dan la razón al entendido. La forma estrambótica como
Rommer lanza al DR. PETRIE a la palestra, con un grito que luego resulta ser
reclamo a alguien que llama a la puerta, pero parece que el tío intenta
precisar la naturaleza de un agresor… siguiendo después con sucesivos
superlativos enigmas que resuelven entre intensos signos de exclamación, pues,
en efecto: confirma que Rommer, como el burro de la fábula, había escrito un
párrafo, y sonó una nota. ¡Ya era escritor!
SAX ROMMER (un alias), con un vago parecido al difunto SIR CHRISTOPHER LEE, ¿eh? Dilapidó la fortuna que estos libros le granjearon |
Mas según avanzas la lectura (que además incita abandonarla por libro más profesional, y eso que Rommer demuestra estilo, tablas, vocabulario, buenas analogías), descubres que todo ese desmedido afán de singularizar al Peligro Amarillo contra la Civilización Occidental (británica, esto es) con tamañas altisonancias, cuanto oculta es una COMEDIA. ¡Fu-Manchú es una farsa, con pretensiones de seriedad, y que todos esos vigorosos excesos que Rommer subraya en diversos capítulos (arrojados a su vez de modo alocado al conjunto del relato, dando sensación de dislocación), esperan burlarse de los héroes que habrían de suceder a los de capa y espada!
Rommer se fogueó escribiendo vodeviles, así
que, por mucho esfuerzo que pusiera, en aquellos duros años de la Gran Guerra,
por referir una historia seria basada en una presunta conjura que delatara las sádicas
conjuras sibilinas, tortuosas, de China para someter la acomodada/decadente
Civilización Occidental, el instinto del chistoso acabó por imponerse en unos
párrafos que, oigan, tuvieron notable éxito.
De ser el manta como sus detractores le
describen (que despreciaron qué humorístico es este… Manchuverso), Sax Rommer sería ahora un nombre olvidable entre
otros tantos de un determinado colectivo artístico de paupérrima fortuna.
La evidencia que remacha mi teoría del
sainete lo encarna Petrie, el sidekick
rehén. Siempre presa de celadas, desmayado, drogado, amenazado. Lo secuestran
para que saque una bala del cerebro de Fu-Manchú, extorsionándolo con matar a
su novia egipcia (virtuoso dechado de virtudes, que sólo profiere una línea en
toda la novela, pues su candor siempre la sumerge en el más prudente silencio
monjil), y tras la operación, reteniendo Fu-Manchú a la joven cautiva… ¡Petrie se
va al Quinto Pino de aventuras con NAYLAN SMITH, en vez de intentar su rescate!
Ni una sola expresión (sincera) de ODIO, ansiedad, miedo, por el destino que
pueda sufrir su prometida. Vaya novio.
Cubierta de época donde se habla de Peligro Amarillo (ahora, de actualidad) como una amenaza considerable para Occidente |
Y Naylan Smith… ¡qué personaje! Un huracán;
entra-sale-le agreden-desmonta de pura chamba las maquinaciones de Fu-Manchú.
La visceral sensación que desprende es de teatral vacuidad. Un sabihondo hueco puesto
ahí, en el momento crítico, para triunfar. Naylan Smith aparenta mofa del
gallardo caballero a lo SIR WALTER SCOTT; además, nada de su conducta,
distante, maniquea, promueve simpatía por él, no como sucede con DOC
SAVAGE o LA
SOMBRA. Es un
grandilocuente espantapájaros pero sólo porque Petrie, scriptor, lo elogia sin cesar. Por sí, de poco vale el espectral
Naylan Smith.
Ah, y el “racista” Imperialismo Colonial británico, representado como vestal de dignidad en peligro debido a los indecentes manoseos del artero chino y sus secuaces, con el pabellón de rictus erectus. Ríanse ustedes de las acusaciones a SIR ARTHUR CONAN DOYLE de imperialista. ¡Rommer podría darle lecciones con honda!