viernes, 5 de agosto de 2022

LOS VENGADORES — LOS DE LA TV, NO LOS MARVEL…

 

Afiche. En éste, sí aparece el
nombre de SEAN CONNERY.
En aquél grande promocional, no

…y tampoco comento sobre dicha serie de 1961, sino de su adaptación a la gran pantalla (1998), cuyo primer contacto fue aquél gran cartelón publicitario donde aparecían los nombres de RALPH FINNES y UMA THURMAN empero no el de SEAN CONNERY, cosa pasmosa considerando la larga carrera del actor y su vinculación con un personaje “hermano” a los protagonistas de este filme: BOND, JAMES BOND.

[Infiero, tras lo visto, igual solicitó le desvincularan de los créditos (y ojalá de la cinta, cosa ya imposible) como forma de no querer promocionar un filme del cual contento no estaba precisamente. (También pudo haberse borrado de LOS INMORTALES 2.)]

Y no sería tampoco de extrañar, por lo visto plus. No sé qué impulsaría, en su momento, a hacerle interpretar al SIR AUGUST Meteorólogo Megalómano (ca$h, claro), mas una vez plasmada su estrafalaria interpretación cargada de histrionismo en el celuloide, prefirió desvincularse de tan extraño hijo bastardo.

La cinta de JEREMIAH CHECHIK imagino respetaba la estela de aquellos episodios del 61, extravagancia hippie que pretendiera abordar desde ese ángulo el submundo de los espías y las conjuras de peculiares tecnócratas ensoberbecidos que pretendían dominar el ancho mundo mediante artefactos espectaculares dignos de las viñetas más expansivas de los TBOs Marvel.  Esa mezcla de chulería ‘humorística’, de soft-psicodelia y superbellacos empastillados, situada en un duro 1998, plagado de iconos como MAD MAX, ROBOCOP o TERMINATOR, provocarían desconcierto al espectador. El público no estaba por buscar la broma, procedente de la Guerra Fría-Era del Flower Power (al menos, en su embrionaria fase), acostumbrado ya a ARMAS LETALES o JUNGLAS DE CRISTAL, menos rebuscadas, de singular “cercanía” con el mundo actual.

La explosiva pareja protagonista
en las antípodas de las modas. Del
conservador sibaritismo inglés al
sensual ajustado atavío
fetish

El elenco se limita a hacer lo ordenado, con su mejor hacer (pienso). Fiennes emplea el paraguas para abatir patillosos sesenteros; Thurman encarna a la fetish de glacial mirada y certeza de superioridad en casi todo tema; Connery se las da de DR. DOOM harto de anfetas. El resto del reparto apuntala animoso una película que concluyó siendo un fracaso de taquilla y público. No sé cuánto de culto pueden ser estos Los Vengadores de 1998, mas no he detectado un entusiasmo especial concreto.

¿Qué hace fallar una película cuyas características debería, cuando menos, suscitar nuestro nostálgico interés freakie, evocados sus orígenes? ¿Chechik se pasó de listo, o el libreto carecía de suficiente entidad? ¿O se trata en realidad de que ya no tenía espacio en el actual espectáculo? Si la cinta contenía una presunta carga de broma, o ironía, debió pasar del todo/completamente desapercibida para casi todos. Parecían chistes de un pijo. Cuesta sintonizar con los presupuestos que quisiera transmitirnos esta distracción.

Instalado en la butaca para caderas cómodas, empiezas a buscarle cosas positivas para vencer la sensación de: a) estafa; b) pérdida de tiempo (a emplear en algo más constructivo). Autoargumentas: que si es de los 60, que busca mofarse de esos asesinos de los ojos negros y las patillas tipo CURRO JIMÉNEZ, de las estrafalarias armas y demandas de unos psicópatas engreídos, de unos mandos con los nombres cambiados con respecto a sus sexos, así como que, al contrario del implacable M de Bond, James Bond, son minusválidos… 

¡Sólo puede quedar uno!, y no será un petimetre
con paraguas, en vez de espadón kurgan, promete
el exagerado METEREÓLOGO LOCO

Todo eso, aun realzado por los catsuits de EMMA PEEL, no logra vencer la inflexible sensación de que, oye, macho, podrías estar viendo, o haciendo, algo mejor que estar aquí plantado esforzándote por encontrarle posibles a una cinta de elaborados SFX y acción de contraespionaje que, al menos, toca un tema interesante: emplear el clima como arma de devastación masiva, cosa que espero tarde en ser posible.

Pues, ya de por sí, el planeta está haciendo lo suyo por exterminarnos. Encima, le estamos ayudando, consciente o subconscientemente, a acelerar el proceso.