Va a haber que recordar que el 12 de
Octubre de 1492, CRISTÓBAL COLÓN desembarcaba en playas de la actual Cuba. Una
obviedad para muchos... de mi época. Empero mirando los libros de texto
actuales, es un hecho que debe recalcarse porque les molesta incluirlo. Hay una
nube por ahí queriendo acomplejar (a escala nacional) por la gesta. Hoy es la
celebración no sólo del descubrimiento de un mundo más amplio del conocido,
sino de una sucesión de impresionantes gestas, por cierto, que tienen muchas glorias
y cosas que deplorar. Gestas que lo son porque cuando comparas los medios y los
peligros, te asombra se llegara tan lejos con tan poco.
Así es España y los españoles: listos a
hacer lo más grande y sufrido y luego… Bueno.
Problema de escribir sobre fecha como ésta
es que te pases de patriota y acabes estrellado en el patrioterismo. La delgada
línea es difusa en demasiados tramos. Incluso “patriota” tiene una connotación
maleada por oscuros intereses: puede prestarse a ambigüedad. El patriotismo
reaganista encarnado por RAMBO causa cierto rechazo por ser patriotero. El
patriotismo, el sentimiento de Patria, debe definirse como pertenencia a lugar
o pueblo, argumento que algunos emplean sin embargo de espuria manera perniciosa.
Hasta hace unos años, en España lo único
patriota-patriótico, era la selección de fútbol, y si ganaba. Acabado el
partido, pasado un ratito de efusión, debías agachar la cabeza, despreciar al
país, convertirte en eso tan borroso del “ciudadano progre-cosmopolita” que
llama “subsaharianos” a los negros y maldice a EL CID, a HERNÁN CORTÉS y, de
paso, a AGUSTINA DE ARAGÓN, porque habían hecho Historia de España.
Lo rojo, lo que nos perteneció. Hay que medir la grandeza del hecho por los medios y número de conquistadores como se realizó |
Cuanto suponga defender España (que España
son también sus médicos, científicos e ingenieros, ¿vale?, que deben emigrar
por el cochino maltrato que aquí reciben —es lo que tiene asimismo la Madre
Patria: comportarse como Mala Madrastra—, no sólo los de la camiseta encarnada que
patean balones) se entiende de fascistas, aunque esa defensa incluya tener que
consentir a esos mamelucos malnacidos majaderos decir semejante barbaridad aberrada/descerebrada.
Sorteado ese argumento, debe precisarse que:
España fue el Imperio donde no se ponía el Sol (y mejor debió tratarlo, para no
perderlo como lo hizo); ninguna otra nación puede atribuirse tal mérito, ni
siquiera la Gran Bretaña que “dominaba” sobre las olas. Los indios eran
españoles, equiparables a los nativos de Hispania, mientras que los de las
colonias brutánicas eran ciudadanos de segunda, aun tercera, y no protestes.
Civilizamos, colonizamos, expandimos la
visión del mundo que la Europa del naciente Renacimiento tenía. Intereses
espurios podrían dominar ese empeño, conforme; empero ¿ingleses o
franceses-quebecquianos pueden negar que no ambicionaban el oro y el poder
comercial? O la misma Norteamérica y su Destino Manifiesto: sioux al carajo.
Galos y anglos iniciaron metódicos progroms en sus colonias y praderas. Los
españoles lucharon por integrar en la Corona a sus nuevos súbditos de piel más
oscura.
Juzgar aquellos tiempos con estos brumosos
estándares sociomorales actuales es tan descabellado como imbécil. Supone
pretender exigirle a Italia compensaciones por habernos civilizados desde los
tiempos de CAYO JULIO, por decir algo. Recordemos la audacia de encontrar no
sólo el Nuevo Mundo, sino el Novísimo Mundo; este 2022 se conmemora la primera
circunnavegación al globo, gesta realizada por… españoles.
Estos, y otros hitos, debieran hacernos sentir un orgullo noble, y trabajar por conservar esa memoria (histórica auténtica), aprendiendo de sus errores para hacer una España futura más fuerte, mejor y responsable, justa con sus ciudadanos, notorios o anónimos, que contribuimos a su sostenimiento.