viernes, 24 de marzo de 2023

LA MISIÓN — TUPIDAS JUNGLAS DE INTERESES Y REMORDIMIENTOS

 

Afiche foráneo. Vale, juguemos a
lo de las demás reseñas: BSO de
ENNIO MORRICONE (RIP)

Ignorad las monsergas de las “sensibilidades progresistas” sobre que esta película de ROLAND JOFFÉ está en su onda: en realidad va sobre los torturadores remordimientos y la búsqueda incansable del perdón, una redención que sólo la muerte en martirio da.

Es infrecuente encontrar cintas que hablen bien de los españoles, en especial, de cuando la Conquista. Ya, ya, aparece un elemento en el filme que me contradice. Empero apreciar que ROBERT DE NIRO se enfunda la piel del hidalgo cuya conciencia le obliga a hacer las cosas como es mandado, si no por Dios, o los Reyes de España, por su mismo sentido de lo justo. Al final se revela empeño quijotesco; mas empeño que le purifica (lo que ansía para purgar su crimen) frente a sus enemigos, hundidos en un espeso légamo de políticas y componendas que les sepulta en la iniquidad.

Tampoco es exacto del todo, pues a Su Eminencia y a los adelantados de España y Portugal les recordarán gracias al sacrificio que los Jesuitas realizan, motivados por el mismo ardor, más que guerrero, de indignación que mueve a RODRIGO MENDOZA a volver a empuñar la durandina contra los soldados portugueses y sus aliados nativos.

¡Con qué facilidad los "críticos progresistas" 
ignoran esta fase del remordimiento del sufriente
MENDOZA para centrarse en "su rollito"! Otra
abducción de la Izquierda sobre el Arte en general

Detengámonos en este punto: los movimientos comu-digenistas (que más delirios no pueden impostar en las redes sociales, calando sus desvaríos de forma fabulosa en las mentes de la “sensibilidad progresista” —entre las que deben contarse los peleles que se honra tener la Derecha—, hasta el punto de obnubilarlas) hacen creer a un vulgo, por lo demás cortoplacista, acomodaticio e iletrado, que HERNÁN CORTES o PONCE DE LEÓN llegaron allí, vini-vidi-vici, con cuarenta jinetes y otros tantos CAPITANES ALATRISTE y conquistaron Méjico, Perú, Uruguay, lo que fuera, por sus cojones trujillanos. No-señor: Cortés aprovechó un clima de sublevación local para agilizar la Conquista. Por muchos arcabuces y corazas que llevasen, seguían siendo ochenta o noventa tíos contra toda una jungla esmeralda poblada de indígenas, caníbales por ende, que, tras una refriega más/menos sangrienta, se los acabarían merendando.

Caracteres opuestos condenados a trabajar en
pos de un mismo fin. El... buenismo... del PADRE
GABRIEL es sano e inspirador; por desgracia, el
mundo es más a "lo Mendoza", y negarse a
admitirlo no ayuda; es casi suicida,
pater

La colaboración aborigen en la Conquista es capítulo que, a patadas, los indigenistas pretenden echar debajo de la alfombra de sus antropófagas vergüenzas para incrementar el peso de la leyenda negra criminal sobre nosotros. Que hubo corrupción y excesos: sí. Empero señálenme una empresa colonialista que, por desidia o putrefacción de los intereses, no haya pecado, o más, de lo mismo.

¿Fuimos peores los españoles que anglos o galos en sus empeños conquistadores? No; hasta podría darse el caso de que fuimos incluso más beneficiosos, mas cualquier ejemplo de nobleza o justicia (ISABEL LA CATÓLICA prohibió esclavizar a los nativos) queda sepultado bajo la leyenda negra y la hispanofobia (un racismo, atención) que pululan por el exterior, y que las distintas administraciones nacionales se han negado a combatir, o con la energía requerida, plegándose abyectos a la “sensibilidad progresista” que lesiona la verdad, la justicia, nuestra nación. Y la nación somos todos, no sólo los de la bandera.

Ni un símbolo tan poderoso como el que el
Padre Gabriel empuña puede detener a todas
las hordas de los intereses económicos de
aquellos que, luego, se designan cristianos

Joffé pienso nos hace bastante justicia, porque si bien está ahí el potentado ávido de tierras y esclavos, Mendoza sale en tromba en defensa, no tanto de los indígenas, como de la equidad más obvia, elemental. Ambos personajes encarnan caras de la misma moneda: la corrupta institucional, lejana de Madrid y sus disposiciones, y la decente y humana que exige el código de hidalguía, nuestra versión de la Caballería artúrica. Toca, llegados a este punto, volver a remitirse a los expansionismos extranjeros. ¿Están libres de pecado? No; aunque su prensa es mejor. Consiguen ocultar sus desavíos y corruptelas mucho mejor, predisponiendo al mundo en nuestra contra.

Tampoco escapa bien la Iglesia, llena de contradicciones entre su prédica y su práctica. Los lamentos del enviado papal pueden rebosar arrepentimiento y asunción de culpa; sin embargo, distinto a Mendoza, rechaza hacer penitencia para obtener la redención. ¡Perder las poltronas es sumamente doloroso, como sus señorías de la "izquierda asamblearia" nos están demostrando!