miércoles, 18 de diciembre de 2024

PHANTAMS II – EL REGRESO — EL HÉROE HELADERO Y EL HOMBRE ALTO

 

Afiche. Esto de la pulcra bola de
metal, pinchos y taladros aparte,
¿es un elíptico homenaje a 
ROLLERBALL (la buena)?

Sospecho TERRORÍFICAMENTE MUERTOS estimuló sobremanera a DON COSCARELLI ‘obligándolo’ a imitar SAM RAIMI (a quien cita en plan homenaje en cierto macabro momento de la cinta) y añadir esta secuela de su onírica saga. Coscarelli no es un gran director, bastante competente sin duda; quizás la impericia dominara sus primeros filmes, empero halló excelente fórmula para disimular sus deficiencias y encajárselas al público sugiriéndolas aciertos: esto son pesadillas.

Los sueños son incongruentes per se y ¿quién diablos puede criticar un sueño; mejor, su incoherencia? ¿No podemos hasta volar si lo desea el extraño y desconocido mecanismo de los onirismos (tengan o no significado premonitorio o sexual)? Por eso, Coscarelli te deja en la tesitura de decidir si lo que ves es en gran medida una realidad que enlaza de modo fantabuloso con la imaginación o, por el contrario: nuestros vagabundos héroes, a la caza del aterrador/inefable Hombre Alto, agonizan tirados en una cuneta, o “viven” sobre la losa de una funeraria esos cinco o seis segundos que el cerebro tarda aún en apagarse por completo, inmersos en una aterradora fantasía plagada de violentos seres deformes de dimensión adyacente, antes de ser embalsamados. 

Atraería a PHILIP K DICK sin duda este supuesto, un escritor alucinado que siempre andaba cuestionando la realidad (la suya, primero) y adjudicando vidas e identidades paralelas a sus personajes.

No sé si la norma aún opera, pero en tiempos de Coscarelli y Raimi aducían que la mejor manera de recaudar dinero en el cine era filmando una cinta de terror. Argumento ligero, a grandes rachas estúpido (no en estos casos referidos), amigotes de secundarios, algún órdago sexual y raudales de sangre, navajazos, tripas por el pavimento. Y muchas dosis de susto con suspense de aderezo.

El equipo de demolición recorre los desolados
pagos de EE.UU. parta enfrentar la más peculiar
amenaza vecinal que se pueda imaginar

Entre los amigotes podría haber uno inesperadamente talentoso que despuntara, siendo capaz de dignificar la película, teniendo posterior ambigua suerte en el mundo del cine, caso de querer labrarse carrera en el celuloide. Hasta propiciar secuela y todo eso.

Con esa supuesta influencia de EVIL DEAD II, las propias señas de identidad de Phantams, Coscarelli recupera para la acción al heroico heladero REGGIE, quien, al estilo de ASH, entra en una ferretería y, junto a su perceptivo pupilo, la vara de zahorí que les guía a través de esos marginales condados y pueblos fantasma de Estados Unidos tan aludidos por STEPHEN KING, en pos del Hombre Alto según cosecha difuntos en campos santos, se fabrican una panoplia casera que incluye lanzallamas y una molona “chata” de cuatro cañones (dos unidas por bridas) que piensas: con esto el tío parte el alma al Hombre Alto y a su puñetera madre; qué caña puede dar. Mas se limita a una cuádruple descarga y tira el valioso artefacto. ¡Estando aún en plena zona de peligro!

EL HOMBRE ALTO y sus mejunjes que le surten
de esclavos para sus desconocidas tramoyas de
otras dimensiones. Debo admitirlo: junto con
POSESIÓN INFERNAL, esta saga es de la
más imaginativa dentro del género del terror

El cine de terror tiene cantidad de afectos donde no me incluyo. Soy de los que lo repudia; eso no excluye que sepa reconocer la imaginativa calidad o interés de algunas cintas, como las nombradas. 

El cine de terror se basa, ardides primitivos de susto e impresión aparte, en una sucesión de imbecilidades que los personajes que aparecen cometen con completa alegría y desprecio de sus vidas. Ese absurdo es lo que le reprochamos los detractores. Situaciones de lógica, o que el instinto rechaza: ¡allá que van! ¿Qué puede pasarme? ¡Pues que te hinchen a mojadas, te descalabren a martillazos, o te diseccionen con una motosierra, arrancándote una algarabía de alaridos desenfrenados!

El secuaz que cae en la trampa prevista para
nuestros héroes; la sangre, indispensable en
estas arquitecturas del horror visual

Aparta las sagas de Coscarelli y Raimi de ese común denominador del cine de terror el carácter combatiente de sus protagonistas. Las recortadas, las motosierras, las hachas… prodigan justicia a las deformes aberraciones que pretenden devorar el alma a estos personajes. Eso cuadra con el primordial instinto de supervivencia que late en nuestro interior, despreciado en otras deleznables producciones que sucumben al olvido por su mediocre falta de originalidad. Por cierto… ¿cuánto CONAN es cine de terror al estilo Raimi o Coscarelli, dada la naturaleza sobrenatural de las abominaciones que extermina?