Afiche foráneo. ¡Al loro! Llega el tipo que hace sombra a CONAN y demás barbarería: ¡ASH WILLIAMS! Bocazas y entrañable como ninguno |
Debería empezar a hablar del entrañable
icono interpretado por BRUCE CAMPBELL (al que, tras esta cinta, muchos veíamos
en el Olimpo de los Grandes Héroes de Hollywood; empero renunció a ese glamour para dedicarse a actividades más
pacíficas y familiares) por POSESIÓN
INFERNAL, aunque como El Ejército de
las Tinieblas no transcurre en un apartado pago boscoso, sino que busca las
graves planicies de la supersticiosa Edad Media, aventura para todos los
públicos estilo JASÓN Y LOS ARGONAUTAS,
con pretensiones de diversificarse en futuras entregas, al salirse de su
“ámbito” natural, pues merece comentario aparte.
Hay controversia (hubo, más justo) sobre
esta tercera entrega de Posesión Infernal.
Al parecer, un sector del público (al parecer, de la crítica melindrosa)
consideraba bastarda la secuela porque abandonaba la cabaña y el bosque
impregnado de la pagana y terrible hechicería arcana de LOVECRAFT, cumplido que recibe citando al Necronomicón. SAM RAIMI contraatacó, como el Imperio: ¿vamos a
seguir allí recluidos? ¿Por cuánto más?
Búsqueda de espacios más abiertos, define a
El Ejército de las Tinieblas. Más opciones
narrativas para todos, desde el equipo productor-director, al elenco. La cabaña
servía para darse a conocer, pues parece que el cine de terror tiene más salidas
comerciales que otras historias (y coste más reducido); luego, para pontificar
hacia esta última entrega, donde pisamos los horizontes de grandeza que nuestra
propia estima creativa solicitaba.
Nuestro (anti)héroe reemplaza la mano sacrificada por una artesanía steampunk que le hará un buen servicio. Todo lo divertido, estrafalario y humorístico vale en esta cinta de puro culto, apostaría |
Haciendo generosa comparación, especulo que
entre El Ejército de las Tinieblas y
los EPISODIOS I, II y III hay vínculo. El de la nostalgia de
sus creadores que recuerdan, en tiempos supuestamente más simples, su juventud dorada
por esos clásicos, más/menos baratos, que conseguían encadenar/encandilar/exaltar
su fantasía. GEORGE LUCAS evoca en esos Episodios
algunas cintas con las cuales creció: BEN-HUR,
o CENTAUROS DEL DESIERTO, las matinés
de los cincuenta de estrambóticos monstruos radiactivos.
Raimi se “refugia” primero en la idea.
Homenajea a Jasón y los Argonautas “pensando”
rescatar algo del más familiar cine de aventuras, de su infancia/adolescencia. El Ejército de las Tinieblas persigue incansable
la humorística evasión. Mas el espectador ha madurado, es más duro, aun cínico,
de ahí la aptitud chulesca (o misógina-machista, en el garlar de los carajotes modernos)
de Ash, que no ve motivos para alargar su romance “prehistórico”. Fue algo
casual, amistad con derecho a roce, nena. Charla de almohada.
Dos actores que, entonces, veíamos propulsados hacia lo más rutilante del star-system hollywoodiense. Algo pasó por el camino y no fue así. Lástima |
El humor alivia las secuencias de
brutalidad inherentes a la trama. Muy fan de lo exagerado, Raimi filma momentos
de EL COYOTE y EL CORRECAMINOS, de los de tirarte encima una caja fuerte. Es un
brioso esfuerzo frenético el que el equipo desarrolla para servirnos una
historia clásica reinventada para nuestros más áridos paladares. Es un sutil
aguijonazo, visual, en pos de rememorar esas fantasías del ayer, que sin ser un
prodigioso espectáculo de SFX computarizados, emocionaban gracias a la vívida, o
torpe, interpretación, la complicidad con los FX “baratos”, o el despliegue de
una historia. Así, consigue un adrenalítico fantástico de montaje delirante, con
grandes golpes de acción, aventura, emoción, suspense, miedo y humor más/menos
negro.
Así el cine era antes: actuación e
historia. Hoy, exagerado cuidado preferencial a las “diversidades” aparte, es
impresionantes escenarios digitales que, sin embargo, merman la actuación y la
historia (como tener que representar a las minorías). Nos noquean con soberbias
imágenes imposibles de hacer con maquetas (que, curiosamente, se añoran) o stop-motion. Mas pasado su efecto, ¿qué
recuerdas del héroe, el villano, toda la historia?
Homenaje sarcástico a lo que, de niños, daba miedo de veras. Un rastro de inteligencia que, por fortuna, no se ha perdido |
Lo opuesto al broche de esta saga de la
cabaña maldita. Raimi recuperó resortes del ayer que parecen hoy día, más que
oxidados, olvidados. Los nuevos regidores desprecian esa "chatarra". Prefieren sus potentes computadoras. El resultado, a la larga, será que querremos
stop-motion pues, pese a su ‘lentitud’,
revela el amor y encanto de lo artesanal.