viernes, 29 de junio de 2012

IRON MAN: EXTREMIS – SI VIS PACEM, PARA BELLUM

Ilustración de ADI GRANOV que se usó
 como cubierta del recopilatorio
Lo que más me impresionó de este tebeo escrito por WARREN ELLIS (una eminencia del cómic actual), aparte del dibujo realista de ADI GRANOV fue que TONY STARK, EL HOMBRE DE HIERRO, estaba dispuesto a matar expeditivamente.
Acostumbrado a la vieja dialéctica MARVEL de que los superhéroes se parten (y les rompen) la cara por conducir al malo al banquillo, dejando al tribunal que impartiera sanción (no hablaré de Justicia; la Ley no la conoce), y recluyeran en un penal normal a un ser capaz de atravesar Universos (¿puede haber mayor incoherencia?), el que una de sus figuras más punteras le dijera al villano, MALLEN, modificado hasta cotas impensables en un humano, que se rindiera o le mataba, me produjo sorpresa, ajá, sí.
Tony se anda aún con remilgos antes de ejecutar a Mallen; pero éste le empuja hasta un punto que no le deja alternativa. En su ejecución hay un esbozo de miedo (muy humano) más que una decisión irrevocable. Mallen ya había breado a Tony de lo lindo, y cuando, pese a su moderna y mucho más sofisticada armadura, aquél empieza a agrietarla, el pánico inunda al ‘segundo’ mejor inventor de Marvel y siega esa vida.
Plancha donde aparecen los elementos
principales del relato: MALLEN, el del
tres cuartos, e Iron Man; dos máquinas
de HITECH enfrentadas
Extremis esperaba ser una “regeneración” para el vet superhéroe blindado. Desde que los buenos viejos tiempos (Década 60-70) abandonaran LA CASA DE LAS IDEAS (de MICKEY MOUSE), un tumulto de inefables líneas argumentales fueron embrollando, a peor, la historia del virtuoso playboy alcohólico, el PROMETEO del Universo Marvel. (Inciso: algunos lectores me han comentado que siguen a Iron Man por Tony Stark y su vida réproba. Para mí, amigos, ambas figuras son inseparables. Iron Man es como Tony se defiende de los tejemanejes Marvel, y cómo el héroe se humaniza.) Ciertamente, poco bueno puede decirse de cuando KURT BUSIEK se encargó de la serie.
Y Ellis escribe una saga ingeniosa y potente en la que pretende retratar más a Stark que al héroe blindado. Se plantea mostrarnos la “cara oscura” del genio, cómo las secuelas de su labor le mellan. Inicia estos seis episodios con una entrevista a Tony efectuada por uno de esos reporteros incisivos, de izquierdas, que le planeta agudas preguntas de contenido moral de alta intensidad. Tony las bandea bien. (Esto aparece en la película; ROBERT DOWNING, JR., actuando como Tony, lo sobrelleva con considerable carga de cinismo.)
La reñida batalla demuestra que incluso
algo tan avanzado como la coraza de
Iron Man es un fósil comparado con Mallen
Ellis no para ahí; comprende que la postura elegante, políticamente correcta, aunque hipócrita, es poner en el brete ético al plutócrata explotador laboral militarista y quedar, ante un delta de audiencia (de su misma cuerda), como el campeón de las libertades. Así que gira la situación a favor de Tony al final de la entrevista, planteándole al periodista la pregunta: Sus reportajes, tras veinte años, ¿han cambiado en algo el mundo? El hosco silencio del otro es su resonante respuesta.
Extremis es un relato de venganza, fundamentalmente. La inicia Mallen, amparado en las hebras de una ideología independentista que pretende crear una ‘América Real’ (y constituida por sectarios de mentalidad radical) donde los derechos y deberes de los ciudadanos sean aún más auténticos. (Pero ¿en relación a qué?) Mallen es huérfano; el FBI, antaño, masacró a su familia en una redada en la que primero tiraron y luego preguntaron. Mallen, en ese sentido, es digno, si no de compasión, sí de comprensión. Se supone que el Estado, los Buenos, no actúa así. Tienen mecanismos para evitar ser tan… extremista. No fue así en su caso.
Con su tecnovirus, la DRA. MAYA
HANSEN ha abierto la caja de PANDORA
Esto encona al chico (que semeja un Reverso Tenebroso de BRUCE WAYNE) en esa ideología que sus padres lustraban. Pero para él atacar al poderoso BUREAU no es una cuestión de “mi América es mejor que la vuestra, esbirros de los sionistas”, sino un “esto, por papá y mamá”. La excusa para darles la tunda está en su credo político, que, realmente, lo tiene bastante confuso dentro del coco.
Pero hay que dar espectáculo. Ellis pertenece a los de escribir cuanto menos mejor, y se desenvuelve con minúsculos cartuchos de texto y diálogos “procustianos”. Y dilata la acción lo máximo posible. Esto no son Los Orígenes, cuando en una aventura te surtían de todo, incluso frases rimbombantes que promueven risotadas. Hay una pelea cada tres números, y cuidado, no sofoquemos a los personajes, que el sudor mancha tela esos uniformes. Así que se dan leña cinco viñetas.
Iron Man contempla el rostro más
aterrador del futuro>
Pero Ellis (con el soporte de calidad brutal de Granov, de quien hay que plantearse cuándo dibuja él, y cuánto el programa de computadora que emplea) se las ingenia para construir una historia donde la DR. MAYA HANSEN, buscando recrear la fórmula del supersoldado del DR. ERSKINE que convirtió al purrioso STEVE ROGERS en CAPTAIN AMERICA, hace con el Extremis tanto al cruzado abanderado, como al resto de la raza humana, una antigualla. Mallen es una máquina biológica de matar, con su organismo reformado capaz de generar fuego y electricidad.
Tony no puede ignorar esta novedad. Y si bien no es un invento suyo, una sola mirada le basta para transformarlo en algo aún más eficiente y potente, como prueba cuando se inyecta el Extremis. Es el primero de una nueva raza de Hombres listos a afrontar un futuro inimaginable y con retos increíbles, y lo harán con renovada valentía.
Esta ilustración nos sugiere que TONY
STARK está listo para afrontar el reto
del Nuevo y Mejor Mañana-Mañana
con gallardía
Ellis ‘ataca’, con Extremis, esos románticos idealismos que abominan de la guerra. Es deseable una pax duradera, ¡por supuesto!, que rinda equidad y prosperidad universal. Pero una vez y otra, nuestros protagonistas (Hansen y Stark) acaban chocando contra el mismo farallón: la financiación del futuro, esplendoroso, que ellos diseñan necesita del dinero sucio procedente de Defensa. De la guerra. Al principio, se podían dar el lujo de estar moralmente por encima del asunto, mas los embates de la vida los van plegando hasta admitir que necesitan ese apoyo. Y, tal vez, una vez conseguido el objetivo, dedicarse a hacer cosas en verdad útiles para todos.
Venderse conlleva un precio emocional, el del sacrificio de sus principios. De ahí que Tony apenas pueda soportar ver su reflejo en un espejo. La imagen le reprocha esa prostitución. Al final, empero, encuentra un pretexto válido que le permite afrontar el abismo de su mirada.
Vuestro Scriptor.

Documentación adjunta:

http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com.es/2012/06/el-problema-con-tony.html