Afiche de un filme que, al parecer, es ariete contra la Cultura, entendida como una materia de uso reservado a unos pocos, y nadie más |
No estoy muy al tanto de la información
(tampoco es importante: cuestiones más vitales ocupan mi tiempo) pero, al
parecer, el reciente estreno de AVENGERS:
AGE OF ULTRON ha inspirado a ciudadanos
inspirados a realizar inspirados comentarios sobre la ‘inspirada’ calidad
intelectual del resultado.
Algo de genocidio cultural, o así. Igual,
repito, me equivoco. Es por otra cosa.
De ser cierto, empero, lo que subyace ahí
es el ODIO hacia la historieta, debido a su naturaleza de masivo esparcimiento
popular. (Y un complejo clasista bastante absurdo.) Basura habitual: inspirados
intelectuales atiborrados de orgullo y plúmbeos libracos de peso intolerable
atrincherados detrás de sus altanerías, secuestrando la Cultura, privándola al
populux para prostituirla a su culterano antojo.
Freakies elitistas de unos masivos tostones
encuadernados que no logran ya ni el interés del cine, el parásito real, un
GALACTUS que todo lo devora, manteniéndose opulento en la cima desde la cual
arroja sus avarientas manos como garfios para arrancar carne de la Cultura y
sustentarse indefinidamente.
La citada cinta ha recaudado una
bestialidad de millones sólo en EE.UU. Lo que ninguna de esas inspiradas
arquitecturas de la cara Cultura, defendida por estos gualdrapas de la suprema
inteligencia, ha conseguido jamás. ¿Genocidio cultural? ¿Cuál; dónde, en qué
consiste? Es ocio. Puro. Simple. Bastante rayados nos tienen con la crisis y la
corrupción como para que nos sirvan, a salvajes paletadas, más Más MÁS
dramones, que en la cola del paro sólo celebran cumpleaños.
Es ODIO, recalcitrante, constante,
intenso, hacia un recurso cultural denostado por la “bajeza” de su cuna, pese a
existir antes que el cine, y porque su natural afabilidad obtiene un éxito que
un CERVANTES, o un PROUST, ni de lejos jamás lograrán tener.
Considero al cómic un valioso recurso
cultural, que merece respeto, o tanto, como el que los inspirados intelectuales
exhiben por el teatro, o el cine. Traslada, con un mensaje visual de distinta
calidad, segmentos sociales del momento en que esa historieta se ha dibujado, y
esto puede verificarse en su contenido. ¿Qué ponía entonces, al personal?
¿Descabaladas tramas sobre ángeles? ¿De dónde procede ese gusto, como para que
un recurso de difusión cultural/informativo masivo se adornase de plumas? El
cómic, en el caso de Avengers, ha
proporcionado al cine un lucrativo beneficio, que alcanza a otros. Porque
mantienen la industria. Y ese elogiado último WOODY ALLEN obtiene financiación.
Un respeto, pues. ¿TOLSTOY hizo tanto?
No: no creo en superhéroes, salvo mientras
debo dibujarlos. Son una vistosa colección de individuos (de ambos sexos) con interesantes
(o aniñados) ideales diseñados para transmitir valores éticos y mensajes
morales a la población. En verdad: gilipollas es el que cree que quien disfruta
de los superhéroes es gilipollas.
A saber cuántos cómics han copiado aquí, a la espera del blockbuster tipo AVENGERS |
MARK TWAIN, que los tenía calados (a los
inspirados, digo), declaró algo así como que una cosa es parecer tonto, y otra
abrir la boca y confirmarlo. Bien: con lo del ‘genocidio cultural’ (machacando
al tebeo), el aserto de Twain cobra plena actualidad.
Envidia, en realidad, pulula también tras
ese desprecio al tebeo. La que produce crear algo con poder para llegar
masivamente al público, mientras que densas obras de una incorpórea intelectualidad
empalagosa, abrumadora, permanecen ignotas.
Es el siglo
XXI; nuevos conceptos y valores nos llegan. El mundo se ha movido. Hay que modernizarse con él, tanto como nos sea posible.