jueves, 14 de mayo de 2015

EL ODIO POR LA HISTORIETA — GENOCIDIO CULTURAL

Afiche de un filme que, al parecer, es
ariete contra la Cultura, entendida
como una materia de uso reservado a
unos pocos, y nadie más
No estoy muy al tanto de la información (tampoco es importante: cuestiones más vitales ocupan mi tiempo) pero, al parecer, el reciente estreno de AVENGERS: AGE OF ULTRON ha inspirado a ciudadanos inspirados a realizar inspirados comentarios sobre la ‘inspirada’ calidad intelectual del resultado.

Algo de genocidio cultural, o así. Igual, repito, me equivoco. Es por otra cosa.

De ser cierto, empero, lo que subyace ahí es el ODIO hacia la historieta, debido a su naturaleza de masivo esparcimiento popular. (Y un complejo clasista bastante absurdo.) Basura habitual: inspirados intelectuales atiborrados de orgullo y plúmbeos libracos de peso intolerable atrincherados detrás de sus altanerías, secuestrando la Cultura, privándola al populux para prostituirla a su culterano antojo.

Freakies elitistas de unos masivos tostones encuadernados que no logran ya ni el interés del cine, el parásito real, un GALACTUS que todo lo devora, manteniéndose opulento en la cima desde la cual arroja sus avarientas manos como garfios para arrancar carne de la Cultura y sustentarse indefinidamente.

La citada cinta ha recaudado una bestialidad de millones sólo en EE.UU. Lo que ninguna de esas inspiradas arquitecturas de la cara Cultura, defendida por estos gualdrapas de la suprema inteligencia, ha conseguido jamás. ¿Genocidio cultural? ¿Cuál; dónde, en qué consiste? Es ocio. Puro. Simple. Bastante rayados nos tienen con la crisis y la corrupción como para que nos sirvan, a salvajes paletadas, más Más MÁS dramones, que en la cola del paro sólo celebran cumpleaños.

Este señor considera que la Cultura es cosa suya y de
cuatro más que piensan como él. (De paso, suscita una
polémica a costa del tema y consigue que hablen de él,
un gris autor con obra, parece ser, más gris aún). Los
demás, ni mirar debemos a la Cultura
Es ODIO, recalcitrante, constante, intenso, hacia un recurso cultural denostado por la “bajeza” de su cuna, pese a existir antes que el cine, y porque su natural afabilidad obtiene un éxito que un CERVANTES, o un PROUST, ni de lejos jamás lograrán tener.

Considero al cómic un valioso recurso cultural, que merece respeto, o tanto, como el que los inspirados intelectuales exhiben por el teatro, o el cine. Traslada, con un mensaje visual de distinta calidad, segmentos sociales del momento en que esa historieta se ha dibujado, y esto puede verificarse en su contenido. ¿Qué ponía entonces, al personal? ¿Descabaladas tramas sobre ángeles? ¿De dónde procede ese gusto, como para que un recurso de difusión cultural/informativo masivo se adornase de plumas? El cómic, en el caso de Avengers, ha proporcionado al cine un lucrativo beneficio, que alcanza a otros. Porque mantienen la industria. Y ese elogiado último WOODY ALLEN obtiene financiación. Un respeto, pues. ¿TOLSTOY hizo tanto?

No: no creo en superhéroes, salvo mientras debo dibujarlos. Son una vistosa colección de individuos (de ambos sexos) con interesantes (o aniñados) ideales diseñados para transmitir valores éticos y mensajes morales a la población. En verdad: gilipollas es el que cree que quien disfruta de los superhéroes es gilipollas.

A saber cuántos cómics han copiado
aquí, a la espera del
blockbuster tipo
AVENGERS
MARK TWAIN, que los tenía calados (a los inspirados, digo), declaró algo así como que una cosa es parecer tonto, y otra abrir la boca y confirmarlo. Bien: con lo del ‘genocidio cultural’ (machacando al tebeo), el aserto de Twain cobra plena actualidad.

Envidia, en realidad, pulula también tras ese desprecio al tebeo. La que produce crear algo con poder para llegar masivamente al público, mientras que densas obras de una incorpórea intelectualidad empalagosa, abrumadora, permanecen ignotas.

Es el siglo XXI; nuevos conceptos y valores nos llegan. El mundo se ha movido. Hay que modernizarse con él, tanto como nos sea posible.