domingo, 22 de noviembre de 2015

IMPACTANTE COMENTARIO DE EL DESPERADO DE MARSOON — ¡LÉANLO!

Siempre complace leer reseñas como ésta,
porque descubres que has logrado tu
objetivo: contentar al lector que la hace.
Agradece la calidad ofrecida
Que la continuación de LA ESCLAVA DE MARSOON haya tardado casi tres años en ‘ver la luz’ ha sido algo bueno. Durante este periodo, la labor efectuada extensivamente en BIANCA BLAZE (alias nuestra querida TERHLI SPANK GIRL TERANAMI), y ciertas contribuciones procedentes de ámbitos no tan artísticos, han proporcionado un potente légamo creativo que se manifiesta exuberante en esta entrega.

Mientras llegaba, he complacido a mis huestes de lectores con las narraciones steampunk-sword and sorcery aglutinadas bajo el epígrafe LA ROCA TARPEYA. (En breve, publico la última entrega de la primera parte.) El contraste entre estas narraciones permite al lector notar mi versatilidad literaria; si les pido a mis personajes que la muestren, ¡no puedo ser menos! Y si bien hay aún campos de la escritura donde podría exhibir cierta impericia (la poesía me parece de vagos, aunque haya bellas odas emotivas; así que la esquivo), es cuestión de disciplina y aplicarse hasta obtener un resultado óptimo.

Pero, me planteo, ¿por qué sacrificar tiempo y energía, recursos, en una aventura incierta, si poseo un nicho excelentemente confortable y desde el cual lanzo ingeniosos manuscritos (FRANCISCO JOSÉ SÚÑER lo resalta en su encomiable reseña), llenos de fresca y abundante imaginación, envidia de más de uno? Y con un estilo que atrapa al lector desde el primer renglón. Ya comentara que el barroquismo enrevesado de otras historias ha quedado podado para lograr una exposición llana, directa e impactante de elegidos adjetivos descriptivos. Pero podada no significa eliminada. Queda suficiente aún para afirmar que, cuanto escribo, es genuino. Mío.

Ajá: éste sale esta vez. Qué divertido ha
sido poder laborar con su alter ego
Francisco José vuelve, asimismo, a resaltar la elaborada psicología de los personajes. No son planos muñecos con hilos llenos de telarañas que muevo de acá para allá, al burdo capricho. Un infierno de emociones los socarra por dentro y tienen suerte de poderlo exteriorizar y no terminar consumida su piel por ese fuego interno.

Creo que esta entrega es la que muestra un mayor plantel de personajes fácilmente reconocibles por el lector. La esclava de Marsoon se limitaba a un cuadro más bien reducido (pero suficiente de nombres famosos) en función a la historia; ésta perseguía cierto romanticismo, aun intimismo. Cosa difícil en el combativo cuero de Marsoon. Por tanto, requería elenco recortado, pero extensamente descrito en sus filias y fobias.

Aquí, gracias a esa concentración de adjetivos, puedo introducir más personajes que, desde luego, irán teniendo más relevancia según se sucedan las secuelas (ya trabajo en ellas, claro está). Incluso quienes tienen un pequeño párrafo, o frase, muestran algo de su ser íntimo que les destaca del resto de las poderosas figuras “ficticias” que le rodean.

¡Oh! Este si que ha dado juego, señores. Es lo
fantabuloso de Marsoon. Encajan que da gusto
En cuanto a los villanos, ha sido muy divertido trabajar con sus alter egos de Marsoon. En especial, con EL KRUGER. Dentro de lo plano que es laborar con un sádico inmortal brutal, pude encontrar resquicios que me permitieron mostrar que era algo más que un bárbaro medieval punk.

Si bien los buenos de Marsoon, el gran GRAN reino de los cameos, por así decirlo, se denominan a sí mismo PostÉpicos, los malvados son los POSTÁCRATAS. A duras penas, como la palabra ‘ácrata’ define, mantienen una coherencia entre ellos. Organizados en tribus, clanes con ideas propias del gobierno que, a la fuerza, pretenden imponer al resto, se someten a la voluntad exótica, embrujadora, de uno de los dos reyes de Caer Zorn, ruinosa ciudad donde residen, cubierta de derelicto, mientras el otro rey, atusado caballero decimonónico, depreda la protección de El Kruger frente a las maquinaciones sobrenaturales (ajá, sí; en esta entrega, hay magia negra también) del socio corregente.

Entre ellos está la figura, un poco difusa por ahora, de RAVENNA, la madrastra de PURANIEVES, que ha terminado en Marsoon (ningún balneario, os lo aseguro) no sé muy bien cómo, o por qué, y que parece favorecer al corregente brujo, aunque coquetea con el atildado gentleman según le convenga.

Y éste también proporcionó amplias satisfacciones. Y hay
más. Pero deberéis leer el libro para descubrirlo
No hay complicaciones en este relato, destaco. No es intimista, profundo, reflexivo, alta literatura exclusivista. Sirve a sus elementales fines: el serial al estilo clásico del pulp norteamericano. El continuará de las matinés, todo bien atado y descrito sin problemas. No se dirige a un público sencillo, aunque él puede disfrutarlo mejor; contiene suficientes elementos de madurez destacables. Es evasión de calidad (la misma reseña lo destaca) que próximamente ofrecerá otro adrenalítico capítulo.