Siempre complace leer reseñas como ésta, porque descubres que has logrado tu objetivo: contentar al lector que la hace. Agradece la calidad ofrecida |
Que la continuación de LA ESCLAVA DE MARSOON haya tardado casi
tres años en ‘ver la luz’ ha sido algo bueno. Durante este periodo, la labor
efectuada extensivamente en BIANCA BLAZE
(alias nuestra querida TERHLI SPANK GIRL
TERANAMI), y ciertas contribuciones procedentes de ámbitos no tan artísticos,
han proporcionado un potente légamo creativo que se manifiesta exuberante en esta
entrega.
Mientras llegaba, he complacido a mis
huestes de lectores con las narraciones steampunk-sword and sorcery aglutinadas bajo el
epígrafe LA ROCA TARPEYA. (En breve,
publico la última entrega de la primera parte.) El contraste entre estas
narraciones permite al lector notar mi versatilidad literaria; si les pido a mis
personajes que la muestren, ¡no puedo ser menos! Y si bien hay aún campos de la
escritura donde podría exhibir cierta impericia (la poesía me parece de vagos,
aunque haya bellas odas emotivas; así que la esquivo), es cuestión de
disciplina y aplicarse hasta obtener un resultado óptimo.
Pero, me planteo, ¿por qué sacrificar
tiempo y energía, recursos, en una aventura incierta, si poseo un nicho
excelentemente confortable y desde el cual lanzo ingeniosos manuscritos
(FRANCISCO JOSÉ SÚÑER lo resalta en su encomiable reseña), llenos de fresca y
abundante imaginación, envidia de más de uno? Y con un estilo que atrapa al lector
desde el primer renglón. Ya comentara que el barroquismo enrevesado de otras
historias ha quedado podado para lograr una exposición llana, directa e
impactante de elegidos adjetivos descriptivos. Pero podada no significa eliminada.
Queda suficiente aún para afirmar que, cuanto escribo, es genuino. Mío.
Ajá: éste sale esta vez. Qué divertido ha sido poder laborar con su alter ego |
Francisco José vuelve, asimismo, a
resaltar la elaborada psicología de los personajes. No son planos muñecos con
hilos llenos de telarañas que muevo de acá para allá, al burdo capricho. Un
infierno de emociones los socarra por dentro y tienen suerte de poderlo
exteriorizar y no terminar consumida su piel por ese fuego interno.
Creo que esta entrega es la que muestra
un mayor plantel de personajes fácilmente reconocibles por el lector. La esclava de Marsoon se limitaba a un
cuadro más bien reducido (pero suficiente de nombres famosos) en función a la
historia; ésta perseguía cierto romanticismo, aun intimismo. Cosa difícil en el
combativo cuero de Marsoon. Por tanto, requería elenco recortado, pero
extensamente descrito en sus filias y fobias.
Aquí, gracias a esa concentración de
adjetivos, puedo introducir más personajes que, desde luego, irán teniendo más
relevancia según se sucedan las secuelas (ya trabajo en ellas, claro está).
Incluso quienes tienen un pequeño párrafo, o frase, muestran algo de su ser
íntimo que les destaca del resto de las poderosas figuras “ficticias” que le
rodean.
¡Oh! Este si que ha dado juego, señores. Es lo fantabuloso de Marsoon. Encajan que da gusto |
En cuanto a los villanos, ha sido muy
divertido trabajar con sus alter egos
de Marsoon. En especial, con EL KRUGER. Dentro de lo plano que es laborar con
un sádico inmortal brutal, pude encontrar resquicios que me permitieron mostrar
que era algo más que un bárbaro medieval punk.
Si bien los buenos de Marsoon, el gran GRAN reino de los cameos, por así decirlo, se
denominan a sí mismo PostÉpicos, los
malvados son los POSTÁCRATAS. A duras
penas, como la palabra ‘ácrata’ define, mantienen una coherencia entre ellos.
Organizados en tribus, clanes con ideas propias del gobierno que, a la fuerza,
pretenden imponer al resto, se someten a la voluntad exótica, embrujadora, de
uno de los dos reyes de Caer Zorn, ruinosa ciudad donde residen, cubierta de derelicto,
mientras el otro rey, atusado caballero decimonónico, depreda la protección de
El Kruger frente a las maquinaciones sobrenaturales (ajá, sí; en esta entrega,
hay magia negra también) del socio corregente.
Entre ellos está la figura, un poco difusa
por ahora, de RAVENNA, la madrastra de PURANIEVES, que ha terminado en Marsoon
(ningún balneario, os lo aseguro) no sé muy bien cómo, o por qué, y que parece
favorecer al corregente brujo, aunque coquetea con el atildado gentleman según le convenga.
Y éste también proporcionó amplias satisfacciones. Y hay más. Pero deberéis leer el libro para descubrirlo |
No hay complicaciones en este relato, destaco.
No es intimista, profundo, reflexivo, alta literatura exclusivista. Sirve a sus
elementales fines: el serial al estilo clásico del pulp norteamericano. El continuará
de las matinés, todo bien atado y descrito sin problemas. No se dirige a un
público sencillo, aunque él puede disfrutarlo mejor; contiene suficientes
elementos de madurez destacables. Es evasión de calidad (la misma reseña lo
destaca) que próximamente ofrecerá otro adrenalítico capítulo.