La captura de pantalla no miente. Y, lo mejor, ¡quedan menos para los quinientos mil! |
Seis años casi de “emisión” se remarcan
con la cantidad de casi medio millón (un número grande) de visitantes que han
pasado por aquí por una u otra razón. La mayoría porque han visto algo
interesante (¡aun culto!) en los disparates críticos que suelo escribir para
regocijo de todos, y porque poseyendo el derecho, y habilidad para hacerlo, los
estampo en la inmensa imprenta de internet.
Durante este periodo han sucedido cosas. Novelas
publicadas. Autopublicadas. Novela
fantasma publicada. Transformación laboral y estilística. En un plano
personal, grandiosas novedades: ¡internacionalización! Aunque a veces me he
descolgado con algunas cítricas opiniones personales distintas a lo que estimé
principal objetivo de este blog (ventana promocional de mi trabajo,
inicialmente el literario; luego el gráfico, a menor escala, compartido con su
blog hermano), la mayoría de
entradas expresan mi criterio, particular y quizás transferible, sobre textos,
filmes y cómics, algo que continuaba la dilatada colaboración con TEBEOSFERA, donde me fogueara
afortunadamente, pues conté con buenos maestros.
Por aquí vendrán novedades. Importantes |
Quizás, ya reseñé anteriormente, haya
ralentizado algo la renovación de entradas. ¡Hay trabajo que hacer! Me ocupan
ambiciosos proyectos con ramificaciones más extendidas de lo aparente. Y
requieren tiempo. Lo reconozco: BIANCA
BLAZE es exigente, pero lo compensa el altamente grato-y-satisfactorio
resultado.
Me honra, sobre todo, que un decano
espacio como SITIO DE CIENCIA FICCIÓN
reproduzca algunos de los artículos aquí aparecidos. Eso indica que,
ciertamente, tienen alguna chicha ‘nutritiva’. Así que, tan mal, ¡no debo estar
haciéndolo!
Hay un aspecto negativo: mantener un blog
tiene cierta tiranía. Debes estar por él. Y más si tienes un CV como el mío.
Debes demostrar que hay algo que justifique tu reputación (literaria-gráfica).
Se manifiesta este sometimiento en jornadas como las que estoy viviendo ahora.
Falta el tiempo. Y las prisas, a veces, cometen fallos que no debieron escribirse. Si dispusiera de otro
momento para otra corrección…
Pero cuando contemplo esa cifra,
cuatrocientos mil… Un leve escalofrrrío transita mi columna vertebral. Es
indicativo de que, sí, muchacho, lo has hecho (o continúas) bien. Lo que ahora
importa: mejorarlo.