A ver si esta imagen ya es un buen gancho |
Según parece, el mejor momento para lanzar
una novela es durante el
apogeo del tema que trata, pudiendo causar saturación, pasando, por tanto,
inadvertido, o cuando la oleada ha pasado.
Habrá quien critique tu oportunismo, cosa
por otra parte normal y aun comercialmente necesaria. Pero es que los
escritores o rompen moldes con su obra, que parezca insólita, novedosa, o
procuran beber de las fuentes descubiertas por algún “intrépido explorador” (o
que sólo fue tocado por el veleidoso capricho del editor, o el marketing) porque, qué quieren ustedes
que les diga: ¡intentamos vivir de esto!
Pura ciencia ficción. Empero, siempre
existe la posibilidad de ganarse algunos dinerillos, nunca de más, y la
probabilidad de caer en gracia al populux lector.
Pienso que ha llegado el momento de
lanzar esta novela serializada, esperando rendir homenaje al tiempo en que las
publicaciones salían así, para mantener en vilo al lector. Se está perdiendo el
gusto por el suspense, por el “continuará”,
en esta era electrónica de lo inmediato, el email,
la información total, en brutal cantidad, que de continuo insta a obtener
mayores dosis Mayores Dosis MAYORES DOSIS ¡ya! Como una droga.
Los protagonistas. Y ambos tienen mucho que contar, juntos o por separado |
Esta va de zombis. Por eso empiezo la
entrada resaltando la conveniencia y los tiempos: la ‘moda’, felizmente,
¡ha pasado! Puedes destacar presentando un relato inesperadamente original. Pero,
quiero aclarar, son “mis” zombis. Cualquiera inmerso en mi literatura ya puede
intuir a qué me refiero. Si, a modo, he “innovado” (¡mucho sería eso!) el sword-against-sorcery y el ucrosteampunk con LA ROCA TARPEYA, o el pulp-space
opera con la colección PÁRAMOS DE
MARSOON, podéis esperar otro giro ingenioso con “la situación”.
Con Ciudad de Anubis no he
querido parodiar nada. Sí machacar. Realizar un bombardeo malo y de verdad. Masacrar.
No dejar títere con cabeza, desollando estereotipos que han popularizado tan
infame subgénero. ¿O debería describirlo corrupto
subgénero? Pero, repito, desde mi óptica y estilo narrativo. Porque había
qué contar, además, y debía hacerse del mejor, rico e incisivo modo posible.
Lo de los zombis, por otra parte, tiene
cojones. Carne corrupta vagando por ahí, ¡y logrando desmoronar la Civilización
entera! No se trata de una pandemia con efectos extraños e histéricos de
canibalismo y violencia desnuda. Son muertos que se caen a pedazos. Envueltos
en nauseabundos halos de pestilencia. Cubiertos de vermes. ¿Eso puede truncar
nuestra Sociedad? ¿La de los creadores del napalm y la Bomba-H? ¿No poseemos
recursos militares capaces de borrarlos de la faz del ancho mundo?
¡Arrasando, aplastando, machacando! |
No obstante, Ciudad de Anubis no va de eso. Es lo habitual. Lo que se espera. Quiero
destacar su relato sobre la camaradería, la confianza, la venganza y sus
extremos. Como siempre, procuré realizar un vívido y recordable análisis
psicológico de los protagonistas. Sobre los excesos o virtudes de la Babilonia
que ha caído…, me permitiré invitaros a descubrirla por vosotros mismos.
No diré nada tan ampuloso como que “los zombis no volverán a ser lo mismo”
porque no lo he pretendido. Sí confeccionar una sólida narración entretenida. Estimular
saber qué pasará después. Y, si es posible, conmover con el drama de uno de sus
actores.
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