Afiche. Sincero a tope: espectáculo por el espectáculo |
Lo especifico: sólo he visto cinco
minutos. Pero podrían ser claves para continuar la proyección o dedicarse a
otra cosa. Hay películas (bueno, otras muchas cosas) que pueden juzgarse, con
poco error encima, por una muestra mínima-nimia. Calar un libro por la mitad, o
sólo leer los primeros párrafos, salvan o condenan. Al cómic le sucede igual,
aunque cosas como el dibujo, color, narración… podrían otorgarle otros minutos.
Pacific
Rim, destacado festín de SFX
computarizados al servicio de GUILLERMO DEL TORO, parece actualización de esos
filmes japoneses de Década 60 (fuertemente influenciados por el cine de ROGER
CORMAN de monstruos crecidos por la exposición radiactiva —o al revés—) sobre
GODZILLA triturando Tokyo, o GORGO Y SUPERMAN desmigajando las Midway, o MOTRAH
contra MACISTES, etc., bastante resultonas en su momento y que eran carnaza de
cine de verano.
Hoy día se las aprecia por su
voluntariosa puesta en escena, sentenciada por la escasez de medios, y el
entusiasmo como finiquitaban el proyecto, que compensaba el resto. O, al menos,
así lo contemplamos los carrozas que
reparamos en ese tipo de detalles. Los más jóvenes lo ven de un cutre que
espanta y reniegan. Da igual.
Estos tíos de blanco gobiernan esos robots inmensos. Toda esa HITECH sólo amplía la brecha con la verosimilitud de la situación, según expongo en el texto |
Esos cinco minutos que han resultado
críticos (que, cuidado, cuando pueda, terminaré de ver la peli) empezaron con
un detalle lleno de espectáculo y grandiosidad, picando a épico. Apreciamos
cómo un gigantesco robot de combate, guiado por piloto humano en plan BATTLETECH o ROBOJOX, sale del turbio profundo océano y cae en la orilla,
plagado de averías tras abatir a un colosal engendro orgánico.
Ahí está el primer detalle chungo;
continúa con uno de esos telediarios tremendistas estilo ROBOCOP (la buena, la de VERHOEVEN) hablando de devastación por
toda la orilla pacífica del ancho mundo. Concretamente cómo otro monstruo
demolía el masivo e impresionante “Muro de la Vida” (sospechosamente similar al
que blinda Mega City One de la Tierra Maldita) en Sydney, y uno de esos
marcorrobots le cortaba el rollo en pleno centro de la ciudad oceánica. Vaya
plan.
El absurdo en acción: si tiene cañones y rayos y yo qué sé, ¿a qué el cuerpo-a-cuerpo? Es como si los tanquistas se apearan del blindado para apedrear a los enemigos |
Para aniquilar a la extraña criatura
colosal empleaba una panoplia de nitroexplosivos instalada en uno de sus
pectorales. MAZINGER Z tenía el rayo
fundidor aquél; éste, una batería de cañones. La cosa: revienta al monstruo.
Fin de los cinco minutos. Y del segundo punto chungo.
Porque, razoné, la tecnología capaz de
crear, articular, ensamblar, armar, robots tan grandes como rascacielos (y
pensemos PENSEMOS qué significa tamaña gesta de ingeniería, en numerosos campos
técnicos además)… ¿no podría producir artefactos de devastación masiva de
tamaño particularmente concentrado? Recordemos las bombas atómicas que
devastaron Hiroshima y Nagasaki. Tenían cierto tamaño, pero no excesivo. E
hicieron una gran puñeta, ¿no? El coste sería hasta mucho más asequible para el
fatigado erario público que construir robots/arsenales gigantes.
La fetish del grupo: "No me cabrees que me pongo en plan Spank Girl y te crujo a latigazos". Que no, ¿eh? |
Y más: ¿no desarrollarían artefactos de
vigilancia, fueran terrestres, aéreos, orbitales, que previnieran con adelanto
a la acosada población de una amenaza tan notable, y sus fuerzas de defensa se
aprestaran con celeridad a combatir al engendro? Cuando ésos se ponen, no veas
qué pueden concebir. Ya, lo disculpan diciendo: “los monstruos evolucionan,
razonan, planifican…”. No, caballeros. ¡Pobre excusa!
¿Veis
cómo cinco minutos y dos detalles sospechosos pueden cambiar el curso de una
película? Está claro que Pacific Rim es
competente rato de ocio cara a secuela. Pero que podían hacerlo de forma más
meticulosa, para que incordios como yo no reparen en garrafales fallos, sí.
Porque, empiezo a sospechar según termino esto, que Pacific Rim es como BATTLESHIP,
donde los norteamericanos nos tomaron por gilipollas.