jueves, 8 de diciembre de 2016

LA CIUDAD Y LA CIUDAD — RESEÑA FINAL CUT

No me pillan muerto leyendo otra
novela de este autor. Ha fallado
Como en su momento disparaté bastante sobre esta novela, no creo vaya a extenderme ahora demasiado. Vuelvo empero a significar que la desluce la ausencia de carácter de los protagonistas. Luego, durante doscientas páginas, nos preparan para una revelación “maravillosa”, en plan 2010, ODISEA DOS, pero resulta un bluuuff. Esta narración, sobre una investigación criminal, es embustera, engañosa y, en cierto punto, enervante.

Pero “ha caído en gracia”, y sobre eso sí pienso explayarme.

La ciudad y la ciudad exhibe importantes premios que, valorados una vez lees el libro, nada los justifica. Los pocos aciertos que quisiera tu buena voluntad encontrarle, como ese “hablar callejero” de los partiquinos, acaba transformándose en una irritante demora más en un ambiente sobrecargado de suspense Suspense SUSPENSE que desemboca en un inane clímax insignificante… y previsible.

La 'vergüenza' de nuestra literatura.
Según acumula cariño de nostálgicos,
que les ven valores, las elites se
ocupan de enterrarlas ¡bien hondo!
Relato de un asesinato cometido por oportunidad y premura que no merecía tal mogollón de páginas, supeditadas al suspense, al fraseo terminado en ambigüedades y puntos suspensivos todas, a personajes anodinos, grises, banales.

Positiva crítica, quizás sí merecía. Pero ¿tales premios? ¡Nanay! Aquí veo la extensión de la larga mano de la refinada aristocracia que se ha instalado en los jurados, a defender dispuesta, hasta extremos de intolerable censura sobre otras historias, relatos que puedan paladear minorías selectas, elevando barreras para el resto, apartando, por tanto, también la ciencia ficción de las masas, su bálsamo en tiempos difíciles.

Premiamos truños densos y difíciles de seguir, pero despreciamos y vituperamos, no sé, TROPAS DEL ESPACIO porque su contenido, ligero, ameno, de consumo y aventuras, nos ofende. ¿No soportamos ya bastante todo ese STAR WARS, MAD MAX y TERMINATOR que empuercan nuestro género?

¿Valores? Eran un empleo. Esos autores
trabajan de ésto. No podían permitirse
los aspavientos vanidosos de la Alta
Literatura y sus autores sobrevalorados
Ese mal, el clasismo autista presente en otros segmentos de la Literatura, acaba de dominar la ciencia ficción, capaz de generar destacadas “predicciones de futuro”, y que ahora, bajo esta férula, se revuelve contra sus orígenes, o principales fuentes de divulgación (los ejemplos fílmicos citados), por satisfacer a la masa. El populux. El vulgo. No, no. Imposible. Las Letras pertenecen a los Apocalípticos E Integrados de regia cuna y, no, no, la masa… ¡fuera manos!

Su respuesta, a los taquillazos, es premiar novelas minúsculas, ampulosas, aburridas, pretenciosas, según blasfeman contra otras como A SUS CUERPOS DISPERSOS, por ejemplo, pese a ser muy superior y capaz de llegar a un mayor delta de lectores. No quieren hacer cantera, renovar las generaciones, sino apadrinar cosas “en su elitista onda” para así sentirse amos del cotarro. Intercambiando necedades entre ellos y sólo ellos, endogámicos.

La ingente producción induce respeto.
E iban a la médula, empleando un
lenguaje descriptivo que convencía
a un lector que no disponía de grandes
rudimentos culturales, pero sí el deseo
de poseerlos

Se defienden criticando best-sellers confeccionados a medida de un público/mercado poco exigente. Razones no les faltan, sin embargo. Mas esto tiene el inconveniente de que un lector medio es golpeado por arrogancias del estilo de La ciudad y la ciudad y el deleznable best-seller de cocción comercial. ¿Qué vamos a leer? De vez en cuando descuella alguna obra digna de buena mención. Mas, al estar emparedada entre los muros que menciono, pasa inadvertida, o casi.

La cultura de masas puede ganar en taquilla. Pero las altas elites sectarias poseen la Literatura. Y sus voces son las que los poco entendidos lectores escuchan creyéndoles doctos, en virtud a ciertos méritos académicos, cuando sólo son amargados estirados insufribles. De corazón: no te recomiendo esta novela. Compra otra, ¿OK?