Afiche. Creo que es coproducción, creo que la han filmado en España. Bastante digna, pese a todo |
Sin llegar a las poderosas cimas que supone
LA PASIÓN según san MEL GIBSON, esta
película de KEVIN REYNOLDS se defiende; incluso estimula sospechar que pretende
ser una versión DISNEY del impactante
documento gráfico del regidor australiano; como para aliviar tensiones, sin
llegar a lo sangriento del citado controvertido film.
Esboza la investigación policíaca con un
contexto pseudohistórico-quasirreligioso.
O sea: lo que también se estila en la llamada “novela histórica”, que, cuando
no tergiversa hechos o pone frases jamás pronunciadas por los personajes que reflejan
sus páginas, los protagonistas se embozan de SHERLOCK HOLMES instándose a
huronear, con o sin su DR. WATSON acompañándole, tramoyas que podían, o no,
desembocar en magnicidios o el hallazgo de un extraño libro considerado maldito
por la Iglesia sólo por poder hacer reír tanto al vulgo como al clero como a
las más altas autoridades medievales.
Ésta va de un tribuno (un intento, pienso,
de lavarle la cara —tarea imposible, por su nefanda calidad— a LA TÚNICA SAGRADA) encargado por PONCIO
PILATO de averiguar cuánta leyenda urbana hay detrás de la presunta figura
mesiánica de JESÚS y el nada desdeñable hecho de su resurrección. Obviamente se
trata de una maniobra de sus acólitos para levantar una fe antisistema
(antiSanedrín, en este caso) en una tierra levantisca como la Judea de la era
romana. Sobran los motines independentistas.
El ajado tribuno (muy lejos del jactancioso
MESSALA de BEN-HUR) termina empero
descubriendo que, de patraña, nada. Todo es cierto. Por supuesto, como SAULO,
se convierte a la fe, abandonando las maquinaciones del imperio del Tíber para
predicar la buena nueva a quienes quieran oírla, asumirla, compartirla.
Este hombre, harto de bregar con los zelotes, acaba deslumbrado por unos acontecimientos que desafían toda la lógica politeísta (y humana) que tiene asumida |
Como buen documento agnóstico, que no discute
la existencia de Dios (cosa muy complicada), pero sí vigila con atención lo que
los curas predican, procurando de paso cuestionarles, plantea interesantes
preguntas alrededor de unos hechos y una figura polémica que, por conveniencia,
modernos sanedrines han maleado para ajustarlo a sus intere$e$ y así granjearse
un poder plagado de privilegios, cosa que comparte con las clases acomodadas y
políticas.
Interesa verla, aunque no te sumerja en la
fe. Por lo menos, pese a sus defectos históricos, entretiene. Bastante. (Y
hasta aquí, que, liturgias aparte, estamos de vacaciones.)