Afiche. Desde las entrañas de la antigua Grecia a la Europa socavada por la Gran Guerra; en resumen, la película |
Los graciosos encantos de GAL GADOT,
interpretando a esta hembra alfa, no deben hacernos olvidar que estamos ante
una conseguida (pero no mejor) versión antianira de CAPTAIN AMERICA, THE FIRST AVENGER. Como autor, preciso, sentiría
vergüenza de firmar este libreto. Puedo aprovechar ideas marginales que quedan,
como flecos, de alguna historia que haya visto, leído, o conocido. Pero, fuera
de la parodia, ¿mimetizarla? No. Aún queda integridad en este ancho mundo. (Y
así me va.)
Critican las adaptaciones cinematográficas
de DC COMICS por contener
incoherencias que, al parecer, los mundanos rivales más coloristas y luminosos
de MARVEL STUDIOS no están
cometiendo, o disimulan con mayor fortuna. Podemos hasta ser más indulgentes con
ellos pues percibimos que los Marvel
van un poco como en broma. No se toman tanto en serio como los veteranos iconos
de DC, que parecen envueltos siempre
en una bruma trascendental wagneriana de seriedad de ocaso de los dioses.
Una de las incongruencias de este refrito
pseudofemirulo con sargazos mitológicos de CAPITÁN AMÉRICA está en el
desembarco de las fuerzas alemanas en la playa. Vemos el barco; vemos los
botes; vemos a los boches hollar la
arena de Temiscira. Y les vemos tundidos de mala manera por la saltimbanqui
versión fémina de los 300 del cine. Empero
¿qué fue del barco, y sus potentes cañones, que no cubren a sus tropas apaleadas,
y su radio o telégrafo para informar del hallazgo al alto mando?
Antianiras que entrenan sin descanso para el Gran Día de librar a este afligido ancho mundo de ARES y sus guerras |
Todo discurre para que haya romance entre
DIANA y STEVE TREVOR, así como que la superdotada andróctona tome partido sin
vacilar del bando de Trevor. Dijo: ¡Somos los buenos! Y la joven, bien
intencionada, bastante ingenua, aceptó su palabra. Se mete de cabeza en el
fregado arropada por su feroz entrenamiento espartano y la fe en leyendas
mitológicas confiando destruir al padre de todas las guerras, ARES, a quien
identifica en el bando germano, también sin vacilar. Derrotado, vendrá la Pax Aeterna.
La fuga de Trevor también plantea dudas. En
medio del cataclismo que origina, ¿alguien podría seguir su rastro aéreo? ¿Por
qué lo buscan con barco, cuando sería más lógico que otro aviador decidiera
seguirle? ¿Cómo ese navío consiguió identificarle, si al parecer los medios de
comunicación quedaron invalidados? ¿Debe importarnos? ¿De qué otro modo iban a
motorizar a Diana a decantarse por los aliados, ganando la Primera Guerra
Mundial por su bello rostro sino?
Tengo dudas... tratándose de una copia de CAPTAIN AMERICA, ¿esta es la versión fémina de CRÁNEO ROJO? |
DC va a remolque de los éxitos encadenados de
Marvel. Copia (con poco pundonor) los
hitos estelares de la competencia esperando obtener victoria resonante. Arranca
una buena taquilla al espectador, al que sin embargo tanto le da ver algo de
IRON MAN como de BATMAN. La cosa es que le entretengan con calidad y
coherencia.
Sólo los freakies bien metidos en la pomada van viendo cómo las cosas son de
uno u otro bando, qué poca originalidad, o lo contrario, tiene ésta o aquélla
otra producción, cómo se copian unos de otros… o solo uno (DC) al otro.
Puede incluso Wonder Woman pecar de apresuramiento. Visto por los ejecutivos de WARNER/DC que el supercrossover que tiene Marvel
montado rinde de puta madre magistral, ellos, repito, ¡a calcar! Su Everest es LA LIGA DE LA JUSTICIA, supuesto de
tratarse del sumun de todos sus éxitos, emulando a THE AVENGERS. Así que van rodando a toda prisa filmes de los
integrantes de La Liga para obtener
réditos.
Diana es una maternal luchadora por la paz,
insiste. Y ahí está, en los albores del siglo XX, dispuesta a desfacer
entuertos bélicos doquiera aparezcan. Te hemos visto en acción en la Gran
Guerra, maestra. ¿Cómo te fue durante la Segunda Guerra Mundial? Ah, ya. Steve
ROGERS, otro capitán, estaba allí para ganarla. No eras necesaria, imagino.
Y ésa sí sería un pedazo de historia que
contar.