Siendo Agosto, más sobre TV. Una excelente recomendación para recordar y cubrir el tiempo de ocio del que gocemos |
De todo el fárrago sobre investigadores
policiales, ésta era mi serie preferida. Me gustaba en especial la actuación de
VINCENT D´ONOFRIO como el singular detective ROBERT GOREN. Era distinto al habitual
“canon” que la repelente franquicia de CSI:DONDE-SEA
ha estandarizado. Si apreciamos los contrastes entre ambas franquicias, Goren triunfa.
Sus peculiaridades le matizaban, le daban color, idiosincrasia. Personalidad.
Los de CSI
eran de palo: estereotipos de “peritos” ‘profundamente’ “sabios” armados de una
concluyente sentencia verbal similar a un fustazo que endilgarle al culpable.
Carecían sin embargo (digan lo que digan sus intérpretes) de fondo; parecían
marionetas movidas por la voraz codicia del productor de las pelis de MICHAEL
BAY en cualquier dirección que el dinero olfatease sin contemplar si la más
mínima-nimia coherencia se ajustaba al episodio que estaban rodando.
Me recordaban a sofisticados juguetes de
cuerda estilo MAETZEL que, durante el tiempo de tuvieran que actuar, se movían,
expelían sus diálogos de mierda (óiganlos, verán que sarta de huecos disparates
son) y ocupaban campo ante la cámara en pose chulesca de absoluto vencedor
cortando la pana.
Con este espontáneo gesto, VINCENT D´ONOFRIO hizo popular, nuevo y distinto al detective ROBERT GOREN |
Goren era distinto. Acompañándole, la detective
EAMES ayudaba un tanto a realzar ante nuestros ojos su figura; pero no se
trataba de la WATSON usual. Por poco que fuese, sacaba sus garras, dibujaba independencia
acusada. Desde su aparente aire de secundaria ramplón, daba sorpresas esbozando
notable inteligencia. Cuando Goren erraba, estaba allí Eames para rectificarle.
Sabía de qué iba el tema. No lo fingía.
Acción
Criminal, empero, acabó
pecando de CSIitis. En algún momento,
una franquicia con autónomo aliento propio que, para nada, debía imitar a la
competencia, ¡la copió! Gente de CSI
empezó a producir sus episodios. El bajón se hizo clamoroso. Goren se
transformó, o casi, en la figura unidimensional que parecía tener carácter
porque algo del guión sugería lo tuviese. También el personaje, per se, poseía tal peso que no podía
convertirse en otro insufrible HORATIO CAINE o GIL GRISSOM (que ascendió en
algún momento a inaguantable Maestro Jedi). Trataron de machacarlo, adjudicarle
demencia, tonterías mil. No: Goren sobrevivió. Siguió siendo él.
Y no quiero desdibujar la importancia de su compañera, la detective ALEXANDRA EAMES. Importante contrapeso de las presunta chifladuras de Goren |
Ninguna otra serie policial me ha llamado
la atención después; veo el purrioso patrón CSI
en cuanto ha venido luego. Personajes estrambóticos de presunta inteligencia
privilegiada que resuelven crímenes incongruentes fijándose en chorradas
microscópicas a través de flashbacks.
Lo peor PEOR de todo: las porquerías de diálogos con los cuales nos martirizan.
Y esas series de dos hombrunas policías femeninas temerosas de su lesbianismo…
¡BRRR!
Ley
y Orden tenía un apéndice:
VÍCTIMAS ESPECIALES. Ésta iba de
crímenes sexuales. Pederastia. Violaciones. Perversiones fetichistas tontas. No
me agradaba tanto porque se tiraban al cliché del depravado sin perforar más.
Goren lo haría. Preguntaría qué, por qué, si de verdad alguien con esas inclinaciones
haría algo que se desviaba de la norma.
En Víctimas
Especiales no obstante con frecuencia trataban la pederastia. No sé en qué estudio
se apoyaban (de hacerlo), pero insistían Insistía INSISTÍAN en que la víctima
de una violación infantil era, de adulto, pedófilo.
Deshilvanaban la madeja,
mostrándote qué pasos daba ahora esa otrora víctima, desde su pudridero gay, para
ser el predador; enseñaban los trucos como captaba a sus víctimas: un juguete,
una red social, bajo alias, o montándose una web o blog presuntamente
humanitario donde, sin desdoro, exponía a menores y sus “dramáticas historias”…
menores a los que, sin duda, estaba subastando a otros como él… so pretexto de “ayudarles”.
Por como incidían en el asunto, debe ser cierto. ¡Cuántos góticos follaniños
deben ocultarse bajo el disfraz de web solidaria! Conviene pensarlo. Podríamos
estar ayudándoles por razones buenas mas equivocadas.