Portada. Dentro, espléndido dibujo aparte, una muy competente trama |
Entre los atractivos de este recopilatorio
vendido como novela gráfica (el sagrado término que hace que los esnobs veletas
que desprecian al TBO ahora lo amen porque piensan que tiene algo superior, les
sitúa en la cresta de la ola) está el dibujo de JASON PEARSON (¡admirad al
dibujante!), quien presta su considerable talento para ilustrar una historia
que, en el fondo, es deudora de LA BROMA
ASESINA.
Por mor de su exitosa aparición en la
pantalla de plata, muchos hablan mucho de BATMAN.
Lo siguiente a apreciar es si, realmente, han seguido con profundidad o interés
la aventuras del Murciélago. Los entendidos enseguida habrán comprendido mi
alusión a la novela gráfica (esa, sí) de ALAN MOORE y BRIAN BOLLAND (¡más
aclamados!), con ese viraje final que aparece también en estas aventuras del
inefable DEADPOOL, quien, ante una comisión senatorial norteamericana,
presidida por un cameo de RONALD REAGAN (una deliberada mofa), cuenta a la
opinión pública estadounidense, in albis
de los trapos sucios de sus distintas Administraciones, cómo durante años una
cuadrilla secreta de personajes mutados ha cometido asesinatos de Estado,
propiciado golpes de estado y enturbiado la política internacional.
Trata el relato, en primera instancia, de
denunciar que la real politik carece
de escrúpulos con la decencia, la verdad, la moral, lo ético, lo justo.
Intereses oscuros, que se mueven en un espectro casi imposible de apreciar,
modifican nuestras vidas de un modo que puede ser irrevocable. Países amigos
pueden ser enemigos debido a esos tejemanejes que proporcionan en la
inestabilidad pingües beneficios a terceros; esto es, a naciones como EE.UU.,
que están detrás, muy en la sombra, moviendo los hilos.
Entre sarcásticas bromas, Estados Unidos hace uso de sus más peculiares agentes para imponer su Reich al margen de la ley, la moral, sin ahorrar violencia |
Rusia tiene también su parte. Es todavía
más peligrosa, porque lo lleva todo aún con más secretismo; carece de las
suficientes parcelas de libertad periodística como para, con cierta regularidad
(seguro que eso también forma parte del plan dentro del plan en el plan,
VLADIMIR HARKONNEN dixit), denunciar conductas
tan inmorales.
Crear un superenemigo islámico puede favorecer a los fabricantes
de armas y empujar a naciones dubitativas a buscar la ayuda de GEORGE W. BUSH y
su poderoso ejército…, a cambio de ganar una mayor presencia norteamericana en
la zona. Eso, de paso, permite a BILL GATES y adláteres vender lo que sea made in USA sobre lo made in EU.
Esto cuenta en esencia la historieta, un
esfuerzo a un tiempo lúdico y crítico de hablar de las mezquindades a las que
un puñado de personajes muy gris Grey pueden someter a una gran nación,
polarizando su opinión pública de modo lesivo para el resto de la comunidad
internacional, y exaltando “valores nacionales” que distorsionan hasta
transformarlos en algo digno del III
Reich. Lo norteamericano es lo mejor; el resto… bah.
Porque Norteamérica, para subsistir, ha ido
inventándose graves amenazas que tienen al populux en ese estado de neurosis
descrito por GEORGE ORWELL en 1984.
Primero, el Peligro Amarillo (tras la
amenaza que suponíamos los españoles durante la Guerra de Cuba y las Filipinas);
después, la Amenaza Roja stalinista,
que duró hasta que cayó el Muro de Berlín; luego, la Eurobasura de la Unión Europea. Retoman el Peligro Amarillo, y para bellum con China. Siempre hay un
Supervillano foráneo al que las cándidas, honestas, puras Barras y Estrellas
debe combatir... o morir. Deshacerse en un compendio de conflictos internos territoriales.
Un testimonio dispuesto a sanear el Reverso Tenebroso de la política USA |
Y la nación, ceñida a su gente, alienta con
susto cerrando las mentes, siguiendo ciega las consignas pregonadas por el
Gobierno, que medio consiente éste a LOS
SIMPSON hacer sorna al respecto para demostrar que la democracia, al menos
en USA, funciona como su Constitución afirma hace.
No es tan baladí este TBO como parecer
pudiera. E inesperado giro argumental final aparte, que impregna de duda,
Pearson es un talento nada desdeñable.