viernes, 31 de mayo de 2019

BRAZIL — SO PRETEXTO DEL TERRORISMO

Afiche alegórico; el alma libre huye del
encasillamiento burocrático. Distopía con
aire británico que contiene elementos
políticos que merecen comentarse

TERRY GILLIAM abandona el humor MONTY PHYTON estilo LA VIDA DE BRIAN para filmar esta parábola sobre nuestra insignificancia con momentos de perverso humor negro que sucede en un Estado orwelliano-kafkiano (no falte el adjetivo) protagonizada por un funcionario gris Grey que desdeña los ascensos al hallarse cómodo en su oficina, donde todos se escaquean para ver películas en las pantallas de sus computadoras apenas su inepto, nervioso y acomplejado supervisor deja de mirarles.

Acaso está contento en su puesto por ser la lumbrera del despacho, hombre útil/de confianza al que el socavado jefe acude cuando el más mínimo-nimio obstáculo le amarga el rutinario día. Está estructurado. Cuadriculado del todo/completamente. Lo estresa cualquier cosa que subvierta la norma preestablecida.

A nuestro galán no parece tampoco perjudicarle su estatus de hombre útil/de confianza entre los compañeros; aun le granjea estima. Empero este hombre irá deslizándose por una delirante pendiente de formularios, maliciosos obreros y técnicos de reparaciones de equipos pirata en la búsqueda del amor de su vida, una camionera que se rebela ante un Estado de brodignaniana administración compuesta por conserjes, formularios, sellos y firmas diseñada para desalentar al ciudadano cuando decide reclamar.

Nuestro funcionario metido a héroe; su ruina comienza en
el momento en que le remuerde la conciencia e intenta hacer
algo justo. Peligroso, en su entorno
Este héroe: sueña. Es un ÍCARO argentino armado con una suerte de Excalibur que debe liberar a su cautiva GINEBRA (de feos monstruos gibados harapientos de aire asiático) y combate a un titán samurai que representa al Estado al que sirve y sostiene.

Ginebra y la chica del camión son idénticas. Por tanto, fundiéndose ficción y realidad, este hombre no puede sino abocarse a culminar sus sueños.

Gilliam emplea estos elementos para criticar las modas sociales de la elite, obsesionada con la belleza y juventud eternas, las triquiñuelas estatales para ahogar en aburrimiento al ciudadano común cuando pretende reclamar, la velocidad como la represión puede llegar de manos de agentes obtusos que, para enmascarar sus letales errores, se parapetan tras el papeleo interminable o un error ortográfico. La moraleja, tal como acaba Brazil, es deprimente. Esto no tiene arreglo. Ruega al Dios de tu elección porque jamás te pase algo parecido.

Su acritud quijotesca acaso la inspire su recurrente onirismo,
en que se ve un galante plateado caballero volante
Brazil goza de cierta reputación, y en parte Gilliam la recicló en 12 MONOS, donde ves indicios de algunos de sus elementos. Desarrolla su acción en un entorno de postguerra (Década 40, 50 quizás) como sugiriéndonos que esto viene de lejos, pero que sólo ahora se atreven a denunciarlo, aunque al coloso al que se señala le importa una higa lo hagan porque no va a cambiar, al menos de forma profunda, real, para solucionar lo despiadado que hay en sí.

El Estado stalinista (ese que nunca queremos denunciar por ser socialista, y aquí somos más socialistas que la madre que parió al socialismo, pues el socialismo jamás comete errores, o atropellos, o construye Gulags) tiene su émulo, helo aquí, en los Estados democráticos, que lo enmascaran de rituales, apariencias de libertades y derechos. Un dato lo apunta: esta Gran Bretaña que sueña con playas tropicales vive desde hace años amenazada por una plaga terrorista. Esto permite al Estado intervenir cuando desee en la privacidad del ciudadano, encerrarlo en sus mazmorras y, encima, exigirle el pago de los interrogatorios (o torturas) a los que los somete.

Y ésta es su GINEBRA, una obrera del volante que también
decide enfrentarse al monolito inconmovible del Estado
buscando una aclaración
La democracia ha encontrado una fórmula infalible para sojuzgarnos: la Guerra contra el Terror. ¿Les suena? Norteamérica vive bajo la Ley Patriótica (que anula derechos) que se honra de eliminar también libros de las bibliotecas. El FBI puede interferir cuando le parezca en tu existencia, so pretexto del antiterrorismo. Y es la Tierra de la Libertad…

Brazil demuestra que no somos nada/nadie ante el Gobierno. Sólo permite soñar con ser gladiadores oníricos, y ganar la batalla, al menos ahí, hoy todavía. Mañana…