viernes, 12 de julio de 2019

JOHN WICK - CAPÍTULO DOS – DEUDA DE SANGRE — TODAVÍA, EL COCHE DE JOHN WICK

Afiche. Multiplicación de enemigos que
ponen a JOHN WICK esta cara de intenso
estrés. Esto no le pasaba cuando era un
STREET KING

Al parecer, el primer episodio dio para financiar secuelas (pronto estrenan el tercero) y KEANU REEVES vuelve a fruncir el pellejo del lacónico supersicario inmune a las balas y resistente a las palizas John Wick, el hombre comprometido/tenaz que peleaba por su perrito acuchillado y su coche. En realidad, lo hacía porque la mascota representaba su última oportunidad de redención, que un engreído mal parido-mal criado le arrebató.

Era cuestión de principios. Es importante tenerlos. Sobre todo cuando lo restante se ha perdido, o no tienes otra forma de desear vivir esta putrefacta vida. En ningún momento Wick persigue el suicidio, como podrían hacer algunos personajes de JACK HIGGINS, una inmolación necesaria para la regeneración. Le han puteado. Toca vengarse. De mala manera, quizás no. Expeditivamente: sí, ajá.

Ese elemento daba al Primer Capítulo un aire de romántico dramatismo que disimulaba un poco los demás tics de TBO que ofrece John Wick. Un individuo arquetípico. Experto en todo tipo de matanzas: cuerpo-a-cuerpo, a cuchillo, con armas de fuego, experto en distintas artes de infiltración, idiomas, etc. No necesita pasado específico. Es leyenda urbana acrecentada por el pánico que le tienen sus víctimas o conocidos. Cuatro frases referentes a un acontecimiento del ayer imposible de superar que él no obstante superó, y he voilà! Ya tienes montado un tenebroso currículum.

La Mafia, que no Avon, llama a su puerta. Dista este
sujeto de aire sofisticado e impecable aspecto de ser
el modelo de capo de una película de SCORSESE.
Pero es igual de letal
Empero, el Capítulo Dos ya es un cómic per se de humor muy negro donde el propio John Wick se autoparodia en algunos momentos. Se convierte en un videojuego con un elenco de personajes otromundianos más acusado que en la primera entrega. Allí nos bosquejaban un poco la organización de asesinos de elite, sus normas y santuarios. Aquí, el número de tales crece. Especifican los rituales. Wick debe esforzarse todavía más para sobrevivir al creciente número de oponentes, magnificados incluso en facultades.

Al principio sin embargo la cinta se encadena con la predecesora, creando  factible continuidad. Aún estamos con lo del coche, asunto resuelto con una masacre. Tras recuperarlo, ahora ¿qué? Wick vuelve a su viuda rutina restañando sus heridas. A inventarse la forma de vivir día-a-día como RAMBO e intentar no acabar deprimido, como TONY SOPRANO. Entonces llama la mafia a su puerta (una mafia distinta a la que filma MARTIN SCORSESE. —Es cuando empiezas a detectar lo de TBO que esto está poniéndose, por la estilizada concepción de capos ataviados con elegantes trajes y guardaespaldas bondianos—) y lo embarca en otra sangrienta cruzada cuya meta es su supervivencia.

Repiten argumento, vaya. En el primer episodio era lógico que los mafiosos rusos quisieran apiolárselo. Había un elemento de consanguinidad en el asunto. En este lo renuevan, procurando disimularlo haciéndote entender que Wick era un trágico peón en un juego de tronos y, concluida su utilidad, debe desaparecer, so pretexto de que te has cargado a mi hermana, cabrón, tal como te mandé hacer no obstante.

Uno de los reyes del otromundo por el cual Wick y sus rivales
se mueven, aprovechando la porosidad de nuestra Sociedad.
Habría divertida ironía en el reencuentro de estos dos
actores, imagino
La batalla siguiente ya es pura historieta. Alcanza el clímax autoparódico en el metro. Cuando Wick y CASSIAN se tirotean como tal cosa, evitando aún herir a algún pasajero, empotrando proyectiles en el mobiliario urbano. (Es también notoria la ausencia de policías en todo este asunto, pues Wick derrama asesinos asesinados por las calles de una Nueva York gris Grey que resulta tan fría a la vista como al tacto como si nada.)

Esto evoca un tanto el largo duelo que el LOBO SOLITARIO sostuvo en su lucha por destruir al clan que pretendió matarlo. No conviene tomarse John Wick, Capítulo Dos en serio. Sólo disfrutar de sus viñetas-secuencia. Porque para eso está pensado. Una vez lo aceptes, la película rueda soooola, dejando que MORPHEO de nuevo instruya a NEO en las complejidades de su realidad otromundiana