viernes, 10 de julio de 2020

EN LA CRIPTA — EL QUE TEMÍA A LOS ABISMOS

Portada. Los libros de Alianza, pese a
ser "de bolsillo", siempre me han
parecido de prestigio. Cuidada selección
de autores y formal presentación de los
textos

Atisbo en el cuento El ser en el umbral rasgos biográficos del atormentado autor, HOWARD PHILLIPS LOVECRAFT, a quien considera cierta “progresista” intelligentsia oficialmente racista. No a un escritor al que la bomba atómica popularizó.

Son estos tiempos, ‘iluminados’ por una nueva puritana “pureza” ideológica (nada de machismo, todo feminismo; nada de racismo, todo multicultural...) que tiene un efecto pernicioso: convence al joven lector inexperto, inmaduro, con las ideas “progresistas” de constante rictus erectus, superpopulista (multicultural/sexual, funambulista-feminista, sectario como el peor fanático conservador, intransigente con todo quien no siga su liturgia, prodigada por biliosos líderes tan mezquinos como rencorosos/retorcidos, que ven en el comunismo censor y violador de derechos humanos, supresor de libertades, panacea a todo problema —mas feroz con sus intocables privilegios—) que es una AMENAZA leer a Lovecraft, sin reparar en la época del autor o que, éste, ni siquiera hace política. Lo que nos llega de él, de verdad: es su obra (que contactó mejor con el Hombre que ya viajaba al espacio y “convivía” con mutaciones radiactivas).

Por tanto, signado el SOLITARIO DE PROVIDENCE como racista (y fascista, y onanista, y toda cosa mala acabada en “ista”), ¿qué hacemos con su obra? Porque Lovecraft, al menos, es de las firmas pilares de la reciente literatura universal, si no de la CultuPop. Para empezar, notable es la inspiración que ha generado (y seguirá haciendo), como testimonian ROBERT E. HOWARD, o ROBERT BLOCH, aun MIKE MIGNOLA, o SAM RAIMI. ¿Logran tanto TANTO los escritores progres?

El poco favorecido HOWARD PHILLIPS
LOVECRAFT, un hombre que inspiró a una
saga de autores de más/menos resonancia en
la posteridad. Un mérito que se le está
despreciando, por cierto. (Eran otros tiempos.
El hambre de ilusión y fantasía, mayores)
 
¿Se quema, se esconde (recordemos: CAPERUCITA ROJA se considera machista y debe desaparecer, como PETER PAN y no sé qué más), se sataniza, se reescribe para adaptarlo a lo políticamente correcto de esta Caza de Brujas Inquisitorial Izquierdista, emprendida por quienes siempre condenan las censuras, empero ansían practicarlas? ¿Qué hacemos con sus relatos, siendo tan tóxicamente xenófobos? Para leerlos, ¿los pasaremos, clandestinos, debiendo preservarlos como en FARENHEIT 451, temiendo nos aprese la Policía del Pensamiento Comunistamente Correcto? ¿Qué vamos a hacer, Howard?

Suena a exagerada sátira escabrosa, mas los tiros ya van por ahí. Un mameluco de Izquierdas/Progresista (los peleles de Derechas ni merecen mención) suelta una perla parecida sobre un escritor, y lo condena por los restos, porque aquellos que siguen al memo tienen tan carcomido el cacumen por las consignas desvariadas que ni se plantean investigar por su cuenta; acatan, serviles, las doctas injurias extraviadas.

Lo que nos interesa, empero, es el sondeo a la obra de Lovecraft, como la presente en este recopilatorio. Revela, aparte su erudita y prolija prosa, su “preferencia” por lo arcaico y deforme, físico o mental, junto a qué pánico tenía a los abismos, subterráneos, siderales, oceánicos, boscosos, temporales, sigul de intensa agorafobia personal. Va ese detalle de que paseaba de noche para evitar a la gente, pues quizás su poco agraciado aspecto produjese, si no repulsión, muestras de repelencia. Un glorioso apocado era, el autor.

Donde se forjó la mitología "ocultista"
de Lovecraft, alimentada por su escuela
con abundancia. Por los cánones del
relanzado título, esta portada es ahora
inadmisible por sexista., Las tonterías
con que están estrangulándonos
Repelencia que Lovecraft exponía por los extranjeros (el racismo que le imputan) que mancillaban la puritana y aun virginal Norteamérica que sólo existía en su cerebro, que anhelaba el siglo XVIII por ignoro qué motivo. Entendería en clave steampunk el XIX, pero ¿el XVIII? Da igual. Manías.

En todo caso, Lovecraft es un campeón de la literatura; cuando menos, fantástica. Desde sus influencias (POE, MACHEN, DUNSANY…), edificó un poderoso imperio de terrores basados, sobre todo, en su pavor por lo gigantesco, lo cósmico, los cultos pasados cuyo légamo era tangible, no sobrenatural, fe en amorfos astronautas de estrellas remotas que, como PREDATORS, cayeran cuan indescriptible color a tierra para dominarnos.

El ser en el umbral le retrata, grosso modo, así: el débil coprotagonista, escritor ocultista, cuyas siglas tienen también tres letras; su esposa, a la cual va caracterizando como ente usurpador (la mujer, que va mutando la conducta del marido-soltero), cosa que quizás Lovecraft temiera le pasara (recordemos su matrimonio bianco, poeiano…); la posesión del sujeto, cuan analogía de su cáncer fatal.

No veo nada maligno (sí ameno) en estos relatos, germen de esa fantástica Era Hyboria o Valusiana. Interesa parar a estos mentecatos de la intelligentsia cultureta, porque, de dejarles, cuanto gustamos y es viejo, como CTHULUH, lo reemplazará no sé qué mierda genérica zombificante homoX-minista. Esos sí son la amenaza. No HPL.