Afiche. Gente forever young, de pago la inmortalidad,, calibres, bugas potentes. El desenlace dispara el frenesí. No apta para niños de mimbre ansiolíticos |
Un par de cosas me desconciertan de esta
película, que sugiere se inspira en LA
FUGA DE LOGAN; la
principal es la moneda de curso legal como esta Sociedad se gestiona: el tiempo
de vida. Supongo que estoy tan habituado a que haya una transacción basada en lo físico (dinero) que abonar lo que
consumes en minutos, horas, días, etc., de tu existencia, algo en el fondo
intangible, me cuesta aceptarlo. Cierto que, durante un tiempo, los Países
Bajos usaron como metálico los tulipanes (qué gilipollez, ¿verdad?), así que
¿por qué no tu tiempo?
Cuando empero vives en un mundo donde la
vida se limita a veintiséis años, para gozar de la perpetua juventud exenta de
enfermedades (no de muerte, que puede ser accidental o violenta), y que para continuarla
debes comprarla, sobre todo con tu trabajo (que así se vuelve la manera más
agresiva de esclavitud, más que el actual capitalismo salvaje, o la barbaridad
del comunismo donde todos eran igualmente pobres, en equitativo reparto de la
miseria —excepto sus capitostes—), pues es una fórmula como cualquier otra para
granjearte lujos o cubrir tus necesidades. Quizás sea el modelo definitivo de
la esclavitud, la analogía de CHAPLIN de TIEMPOS
MODERNOS donde el obrero era engullido por la máquina. En este caso: el
Sistema fagocita sin compasión alguna al empleado.
Hoy día puedes volverte uno de esos
sargazos que mendigan o duermen en portales, en sus “casas de cartón”, pero
vives, a la espera de la dickensiana redención. Un golpe de suerte o bondad
pueden mejorar tu desamparada situación. Mas en este mundo del tiempo-por-vida,
si caes, es para siempre. Revientas sin esperanza de remisión.
El ritmo de la película, que se vuelve más dinámico
conforme avanza el metraje, se hace angustioso considerando que WILL SALAS, el
proletario que hereda un siglo y decide emplearlo haciéndole pagar a los
potentados de esta Sociedad la muerte de su madre (por sólo segundos no
consigue donarla un plazo que pudiera haber prolongado su existencia), vive al
minuto. El tío además se jacta de semejante hazaña.
Hasta que aparece una suerte de JOHN DILLINGER y ROBIN HOOD con su novia sobrevenida, que padece Síndrome de Estocolmo. ¿Resultado? BONNY AND CLYDE |
Y aumenta ese desasosiego viendo en qué
apuros se mete con su BONNIE PARKER de acomodada familia (resentida con su
padre, magnate del atesoramiento bancario del tiempo), pensando que no, ¡imposible
pueda conseguirlo! Los dígitos del reloj tatuado en su piel, activado como el
de todos a los veinticinco años de edad, se pondrán todos a cero, concluyendo esta
historia. La gente fallece así: de golpe. Merced a esa modificación del ADN que
les hace forever young.
Es sin duda un perverso (aunque eficaz)
sistema de pacificar a las masas, porque nada, salvo la donación de tiempo, prolonga
tu existencia. ¿Te vuelves un indeseable? Impiden renueves tu cuota. ¿Quieres
vivir más? Produce más. Paga mis impuestos, por elevados que sean. ¿Cómo lo
hago? Currando más. ¿No puedes? Extínguete. Deja tu lugar a quien sí pueda. Es
otro modo de evitar la superpoblación, que permite gozar a la elite de sus
privilegios. Una cadena de brutalidad empresarial (que los comunistas adoptarían sin vacilar un segundo) que
acaba consumiendo al empleado, que vive sólo para producir, no para existir
como individuo, con sus ventajas e inconvenientes.
El tiempo en sus manos, literalmente. Y, con el tiempo, infinidad de vidas. El banquero sin escrúpulos, o tan roído por el cinismo que olvidó lo que es la compasión. Su supervivencia, por encima de todo |
¿Cuánto puede durar una Sociedad así?
¿Cuántos esclavos pueden producirse antes de descubrir que tan alta tasa de
impuestos les consumen más deprisa de lo que se reponen los empleados? Los
ricos menos solventes: ¿se convierten en neoproletariado?
La situación no obstante elude la solución de estas preguntas; se transforma en
una ágil road movie de atracos a
bancos de tiempo cuyo fruto se revierte a los más desfavorecidos, en un intento
de colapsar un Sistema que fermenta ideas para interesante secuela.