viernes, 27 de noviembre de 2020

STAR TREK (2009) — LOS TREKKIES YA TIENEN SU ALDERAAN

 

Afiche. Los trekkies han ido
manifestando de forma tácita
carencias que les equipararan con
STAR WARS. Necesitaban su
resonante Alderaan y, en esta
cinta, se lo han dado. ¡Ya pueden
sentirse más
warsies!

Toda la roña y mugre que la franquicia ideada en Década 60 por GENE RODDENBERRY acumulaba desaparece de un eficaz plumazo por el equipo liderado por J.J. ABRAMS. Una película es un colosal esfuerzo de equipo. Empero sólo el director parece destinado a cosechar los laureles, si acierta, y algunos todavía logran esquivar las heces si fracasan.

Respalda al director un guión, más/menos acertado, inspirado, imaginativo, así como las sucesivas mejoras que sufre el libreto conforme avanza el proyecto; aun en el mismo plató. Mas no pienso entrar en detalles como éste con una audiencia de lectores como la mía, que están puestos en este pormenor. Pretendo dejar constancia del dato. Una cinta puede ser un ejercicio de individualismo (cuando tenemos un director tónico), el cual se comparte entre muchas más personas. Como el casting, para empezar. Debe proveer de la química adecuada o interpretaciones notables que consigan perduren en nuestra memoria para recordarlas con afecto más adelante, en diverso grado de agrado.

La médula del comentario está sin embargo en la primera frase del texto. Roña. Mugre. Soplapolleces. Una franquicia como Star Trek, a la que sus dueños han explotado hasta el enésimo grado de avara cutrería, inevitablemente acumula basura, por empeño que en alguna parte pongan para impedirlo, y es lo que terminas engullendo del serial. Que sus orígenes modestos impulsaran a vestir al elenco protagonista con pijamas y dotarles de maquetas baratas indica sólo la falta de fe de los productores en aquél proyecto.

La cosa sin embargo empieza a ponerse hot cuando esa idea atrapa el interés de mogollón de espectadores, un tanto desorientados, de débil personalidad, e inician un culto trekkie de fandom con pijamas, diccionarios klingon y demás tonterías asociadas y encuentran los productores un filón económico sustancioso que deben perpetuar. GEORGE LUCAS lo intuyó con LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, y ya conocen ustedes el resultado.

Un choque de fuertes individualidades, por mucho
que los
trekkies presuman de diversidad sensible;
detalle curioso que al SR. SPOCK puedas llamarle
"hijo de puta", a la cara, que se queda frío como
el hielo; empero si le llamas "hijo de padre traidor"
te parte la cara. Interesante detalle es, además, que
le afeen su naturaleza mestiza (que le hace más
poderoso; tiene lo mejor de dos razas). Vulcano
practica el racismo. En una Federación espacial
que está por la diversidad y demás memeces
progresistas

Algo, bastante bendecido por el azar, que rivalizó y derrotó a Star Trek mediante una simple argucia: la Fuerza (y mejores efectos especiales, además de naves más chulas y personajes carismáticos). El resto son leyendas más mito artúrico, incorporado al espacio, con un supervillano lleno de carisma que el avance de la trama muestra es un ser dolorido que busca redención, aunque considera que no puede ya obtenerla.

Eso diferenciaba a STAR WARS de Star Trek: el misticismo. Porque Star Trek no deja de ser una administrativa fantasía militarista a lo SAN ISAAC ASIMOV que pretende negar TROPAS DEL ESPACIO desde un presunto/presuntuoso plano de moral y civilización, hasta ética (que equivalga a la Fuerza), así como la reinterpretación de problemas sociales o políticos en clave ciencia ficción espacial.

Abrams brinda salida espectacular y honrosa a una maraña de aburridos “conceptos superiores” abarrotando la pantalla de píxeles, batallas, aventura desenfrenada mas no alocada, consiguiendo sientas respeto por su trabajo y los protagonistas, aunque no sean de Star Wars. Iconos a quienes refrescan y presentan desde nuevas perspectivas más próximas a lo que escribiera HEINLEIN, o aun Lucas, que Roddenberry.

La fuerza de los píxeles aumenta la intensidad
de los momentos peculiares de las actuales cintas
de fantasía. Por suerte, en esta película hay un
contenido; porque los SFX están supliendo, ya,
la falta de trama, actuación, dramatismo. ¡Todo
sea por el feminismo de OPRAH WINFRIED!

Claro que hay trampa en el efecto de asombro que produce esta reconstrucción de la saga. Primero, aprovechan lo que ya había, eliminan la roña y mugre, y toman más de una idea “prestada” a la distinguida competencia. Abrams (que hundirá los nuevos Episodios de Star Wars, quizás por la mierda del empoderamiento femenino) juega con esa ventaja. Así, no podía sino sacar redondo el producto. Cumple, con mérito, dejándonos con ganas de más aventura…, siempre y cuando esté tratada de este afortunado modo.

Al purista trekkie pudo disgustar esta arriesgada apuesta (el trekkie es intransigente, aparte de escandaloso sin necesidad); aunque nos convenció al resto, que podemos ver Star Trek con un grado más/menos grande de aprecio. Sentíamos era lo que necesitaba.