Esta puede ser una muestra de que el cine indie puede ser patatero, decepcionante. Empero, si cae en gracia de esa siempre sublime crítica de gilipollas engreídos... |
Hubo un tiempo en que este largometraje
“policíaco” de ABEL FERRARA tenía a medio mundo con el culo encogido; TARANTINO
había estrenado RESERVOIR
DOGS y mucha crítica estaba
emperrada en verles paralelismos y esperanzas de una revolución del noir que, si se ha producido, ha ignorado
por completo a esta decepcionante cinta.
Pues, mientras que R.D. tiene una coherencia argumental, una agresión oral-visual que
noquea al espectador, Teniente Corrupto
sólo muestra a HARVEY KEITEL drogándose de dos millones de formas distintas. Y
eso que, a priori, había una
estructura narrativa sobre la que diseñar la destrucción degenerativa de un
pasma, el enemigo, obsesionado con las Series Mundiales y una apuesta
definitiva que le enriquecería.
Lo de la monja violada y demás tonterías
anejas son endeble excusa para que Ferrara (fogueado en episodios de CORRUPCIÓN EN MIAMI, señalo) te lleve a
los antros donde una aguja, una cuchara, una pipa, cargada de droga, esperan a
Keitel, que se monta el cochino numerito de la masturbación avasallando con su
cargo a aquellas dos chavalas, que con sólo pillarle el número de placa,
denunciarle, e iniciar una investigación Asuntos Internos, fulminan rápido al
poli corrupto.
Aquí, el menda se luce. Un eslabón más, sin embargo, de la larga cadena de devastación moral que lo va asfixiando |
Tío encocado/empastillado todo el día/a todas horas y que consigue empero confundir a sus compañeros, quienes sin duda deberían tener vista para eso y tratar de remediarlo. El Departamento procede de dos modos en tales casos: con un paternalismo protector que puede tildarse de machista, relegando al Teniente a puestos donde su corrupción no cause problemas/dañe la imagen del Cuerpo, o lo larga de fulminante patada. Dependiendo del clima electoral, o popular, seguro que lo segundo sobre todo.
La historia prometía; montas un caso de persecución
hard boiled de los agresores sexuales
que enseñara rincones muy sórdidos de Nueva York, los fumaderos y todas esas
mierdas, según se adorna con la devastación del Teniente y qué relación con
terceros tiene esa caída a plomo al infierno. Pero, entre tanto, investigas. Haces lo que todo filme noir decente persigue: mostrar
personajes/personalidades, ambigüedades, hipocresías, grandezas anubladas por
miserias, crimen, redención.
El mismo HARVEY KEITEL que nos deslumbra en RESERVOIR DOGS aquí no para de ir de una situación narcótica a otra... sin más objeto en el contexto de una "historia" que apenas existe |
No. Ferrara, a quien estimo la crítica lo había
sobrevalorado, considerándolo su
Tarantino de repuesto, impulsa al caótico personaje que eleva sin cesar las
primas de su apuesta ilegal de un fumadero a otro, presumiendo cuando le
interesa de placa, para, a continuación, verle ir a un rincón a esnifar coca. O
ingerir Pastillas Potentes. O chutarse.
¿Y la historia,
señor Ferrara? Usted está exponiendo consecuencias.
Efectos especiales destructivos. Teniente
Corrupto es como una de esas películas de tiroteos donde buscan estúpidas
excusas para disparar balas sin parar diez minutos seguidos, diciendo chorradas
criminales. Hasta las cintas de Hong Kong que popularizaron eso bruñían un
relente de trama que justificaba los interminables duelos. ¿Y usted? ¿Lo hace?
Para nada.
Y mire, señor, que acabo de darle una serie
de elementos sobre los cuales ir construyendo la historia sin menoscabar lo que
parece su polémica intención principal: enseñar que un agente de policía puede
ser tan sórdido como muchos de los sujetos a los que arresta.
Una forma de masoquismo que causa un momento de profesional lucidez al corrupto. Luego, se deja atrapar por la extática visión, y... |
Los delirios de los minutos finales, la masoquista confesión de la monja vejada, que disfuuuta con lo que la ha sucedido, estimándolo prueba de Dios, la iconoclasta imagen del Crucificado, y la aceptación última del Teniente por encontrar su redención o blaze of glory, liberando a los violadores (o sea, dándoles la impresión de impunidad; no serán castigados, hagan lo que hagan), llegan tarde para salvar la película. Creo que debió haber negociado Ferrara con JAMES ELLROY cómo mejorar su guión. Hoy, Teniente Corrupto sería recordada por algo más que por ver colocado a Keitel… Y nada más.