viernes, 1 de enero de 2021

THE MANDALORIAN — TIENE LAS HORAS CONTADAS

 

Vistoso afiche cargado de contrastes.
Veamos cuánto dura esta calidad que
todos admiran ahora, para sumirla
en un barrizal de "tolerables
progresías"

Por noticias y comentarios que voy leyendo acá/allá, he advertido que tíos que han dado grandes éxitos a MARVEL (cine, porque en el TBO, va la cosa chunga —expertos dixit—) ahora están siendo apartados de escena en base a (supuestos, deben demostrarse) escándalos de índole sexual.

JAMES GUNN, que catapulta al taquillazo a LOS GUARDIANES DE LA GALAXIA, fuera por presuntos chistes pedófilos de hace años (cuando deciden destruir a alguien, ¡hay que ver hasta dónde son capaces de escarbar!); JOSS WHEDON largado por metemanos (según denuncia WONDER WOMAN). Siendo importante el triunfo que está registrando The Mandalorian (al punto de afirmar algún fan que puede barrer por completo su trama la de la Trilogía Patética —de apenas aprecio por los seguidores de la franquicia—), de JON FAVREAU, ¿cuánto tardarán en sacarle alguna cosa escabrosa a este hombre para cargárselo también?

Son malos tiempos para la lírica; quiero decir, el inspirado talento creativo.

Más que cruzada contra la inmoralidad o las conductas deplorables, parece caza de brujas organizada y sistemática emprendida contra los talentos que proveen éxitos. Surge esta fobia planificada desde las envidiosas masas de mediocres (¡cuánto abundan!) que han encontrado en el intolerante McCarthysmo misándrico forma óptima de sacudirse sus asfixiantes complejos de inferioridad e incompetencia, afiliándose con rabia de converso reciente a este movimiento de ¿depuración?, esperando empero reemplazar a sus víctimas en los puestos que ahora ocupan/estos tipos codician, para anegarnos en basura feministamente correcta, o similar.

Otra imagen promocional que
se inspira en DREW STRUZAN
(¡aclamad al ilustrador!)

No tardaremos en ver apilar leña en destacados enclaves para quemar a estos “herejes”. En plan aleccionador. Ni se te ocurra despuntar, vendría a ser el mensaje. Amalgámate con nosotros, los envidiosos nuncanada. En un océano de neutral mediocridad, nadie estará obligado a esforzarse o superarse. Seremos felices por fin.

Así que apuntáoslo los que estéis de rictus erectus con The Mandalorian. Ya mismo le ponen el bozal de la insignificancia, criticando su ausencia de diversidad sexual/racial, o similar zarandaja, porque las historias que funcionan, las de siempre, las de leyendas y héroes íntegros, están condenadas a la extinción por heteromachistas.

Vivimos la Era de Hierro del Imperio de la Envidiosa Mediocridad. Jaleada sin descanso por lo "cosmopolitamente progre" y demás defensores de “la libertad” (a su medida).