viernes, 16 de abril de 2021

PULP FICTION — TARANTINO SE CONSAGRA (CON PERMISO DE ROGER AVARY)

 

Un audaz homenaje al hard-boiled
que encandiló al mundo y coronó
a su autor; debía prestársele más
atención en lo sucesivo

Dos óperas primas consecutivas filma QUENTIN Tarantino. Se estrena con RESERVOIR DOGS, plagada en gran parte de sus manías freakies como las frases y actuación de los integrantes del grupo de peligrosos atracadores manifiestan en su sigul característico: el diálogo. Algo cortante/incisivo que dona a sus personajes ciertos rasgos definidos/definitivos, alejándoles de la ambigüedad o doble interpretación de otros casos. Tarantino describe bien un hampa un tanto novelizada, que no rehúye ni el sadismo ni la brutalidad, empero que muestra diversos tics de… elegancia, digamos, que les aparta del vulgar matón que sí es constituye al auténtico hampa.

Muestran sutil refinamiento junto a determinada escala de valores que incrementan más la imagen de personajes únicos por la cual Tarantino quiere que se les conozcan.

El mismo título del filme rinde homenaje a la literatura “barata” que le ‘alimentó’ durante su infancia (tampoco de niño bien de clase burguesa estilo película de JOHN HUGUES, por cierto), un reconocimiento a que si bien los clásicos universales tienen una estela o relumbrón de grandeza, de poder enaltecer las ánimas de los espectadores, éste público es sin embargo una concreta y elitista franja de personas. Quienes terminan llenando los cines son gente corriente y moliente que busca esparcimiento, sujetos a los que los elevados ejercicios estilísticos, los encuadres extraños o los personajes que no comprenden, con nebulosas motivaciones, aun contradictorias, sólo confunden, aburren.

Gran parte de la trama pivota sobre estos dos
sujetos ataviados de Testigos de Jehová. Pocas
tonterías con JULIUS WINFIEL, por cierto

Ese populux, viendo un STAR WARS, o MAD MAX o un THE TERMINATOR, es el que sufraga en taquilla la siguiente grandilocuencia artística de, no sé, SOPHIA COPPOLA, que pone de rictus erectus a la selecta crítica neoyorkina. Evasión contraria a la que esa estirada crítica estima debe ser el Arte y lo que usted debe ver. Ya sabe: mareo filmado de forma enrevesada con actores cuyo parlamento puede ser hasta delirante, plagado de oscuras metáforas que aun así estremecen al sibarita, al FRASIER CRANE de turno.

Aunque Tarantino homenajease al pulp, esto no significa que la veleidosa masa se volcase a rescatar a LESTER DENT o MAXWELL GRANT, por citar dos, de los olvidados abismos de la literatura. Hizo que la gente, el sibaritismo, recordasen las novelitas de a duro, como mucho, para pasar a lo siguiente con aspecto intelectual que estrenasen.

Este fotograma tiene interés, aparte de que
procede del prólogo de la película. Como
sucediera en
RESERVOIR DOGS, el
director reconoció basarse en los diálogos
de la cafetería de 
SEINFELD

Coloquios e interpretaciones aparte (todos recordamos el polémico episodio de El reloj de oro, con el párrafo que suelta CHRISTOPHER WALKEN al joven BUCH sobre la suerte del reloj de su padre, o cómo pensaban hacérselas pasar putas a BRUCE WILLIS los tres maricas sadomaso), lo que impactó de Pulp Fiction fue su montaje arriesgado, desorganizado, que luego encajaba a la perfección al concluir la película. Así que el último episodio es el primero y por eso estos tíos que antes vestían de Testigos de Jehová ahora van de surfistas y está lo del atraco al restaurante…

Pasmoso. Con razón los premios llovieron sobre la cinta. Pues aunque la impresión que trasladaba Pulp Fiction, por mor de su dislocada estructura, era de una deslavazada locura, cada episodio en sí era un eficiente microcosmos que no dependía, en principio, de la vasta visión del conjunto final. Estaban construidos de modo que podían entenderse independientemente, como momentos específicos de VINCE VEGA, o Buch.

¿Spin-off? que nunca verá la luz y
enlaza ambas óperas prima. Sabéis
por qué, ¿no?

Lo grandioso llegaba al final, cuando encajabas piezas que, todavía más pasmoso, no sabías que debías enlazar. Los tíos recuperan el misterioso maletín, explotan la cabeza al menda aquél de modo accidental, luego se atavían de sufistas… vale, sí, ajá. Son cosas de delincuentes. 

Historias de la frontera que les pasan por gajes de su “oficio”. No pensabas que fuesen eslabones a integrar en una cadena que consiguió, pese a miedos iniciales de los productores sobre el rendimiento en taquilla de la cinta, consagrar al inefable sujeto Quentin Tarantino… otra víctima del moderno fememccarthismo, apuntan por ahí, y la nueva “política de la cancelación” (más bobadas políticamente correctas, o sea).