En justicia, debería titularse LA GUERRERO ROJA. Empero con ARNOLD S en pantalla, había que explotar su tirón. No hicieron un favor a este personaje, con tamaña película, por cierto |
The Encyclopedia of Fantasy considera (aparte de mala) homófoba (!!) esta inefable película de RICHARD FLEISCHER. ¿Motivo? Si una reina bollera (GEDREN) codicia a una granjera heteroX (Sonja) para integrarla en su serrallo, y atendiendo a su natural inclinación sexual la joven la rechaza, ¡eso es homofobia! O sea: mujer heteroX, si te tira los tejos una tortillera, lámela los bajos. Eso sí: las lesbianas luego deben rechazar cortejos coitales masculinos. Ofensivo es. ¿Podemos seguir hilando más fino las imbecilidades, en esta era de las hypersensibilidades comprometidas con el género? Un giro ingenioso al del clásico abuso del abusón de turno lo clasifican… ¡homofobia!
Tener además al guión a GEORGE MCDONALD
FRASER, famoso por la saga del cobarde heroico, FLASHMAN, explica los
desafortunados toques de comedia que bruñe un producción que parece aspiraba a
ser otra catedral estilo CONAN
EL BÁRBARO (la buena,
de JOHN MILIUS), empero con una sexy protagonista cuya intención parecía la de reivindicar
la capacidad de las féminas en esos tiempos prebíblicos donde la fuerza daba la
razón, contenida en el puño y punta de la espada de algún varón belicoso.
Trataba sin duda de aprovechar el filón
abierto por las aventuras del cimmerio. Habían filmado un artículo de gran calidad, muy
diferente de los péplum de su clase,
y de ahí que rematasen el esfuerzo incorporando en el set a ARNOLD SCHWARZENEGGER, como aburrido forzudo quasihierático con talento para la carnicería,
como demostraba al apiolarse a un número nutrido de secundarios cuya ropa y
tocados con los que figuraban les daban pinta de estrafalarios idiotas (en plan
vándalos de LOS
NUEVOS BÁRBAROS).
Claro, que si presentes así a Arnold S, ataviado de rojo, en postura tan bizarra, pues el título, encaja |
KALIDOR el Fuerte salva con frecuencia a Sonja, la que debería partir la pana, instruida por un venerable asiático en la esgrima. Y eso del maestro asiático tiende un sutil puente entre esta cinta y KILL BILL. Siendo como es TARANTINO, seguro que hay algo de esto. Una retorcida referencia burlesca.
Mas mientras la Red Sonja de los TBOs era una errante seminudista frígida que se las
veía, como LA COSA DEL PANTANO, o HELLBOY, con criaturas sobrenaturales en unas
aventuras que confirmaban, ante todo, la incapacidad de ROY THOMAS por crear
algo que no copiase a algún clásico (creo que tener de coguionista a CLARA NOTO
le impedía apoderarse de alguna idea de OSCAR WILDE para marvelizarla a favor de Sonja), la película tiene un relente de
trama que no elude parecer deshilachada. Con pretensiones un poco, si me
apuráis, a lo EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA.
Pues Sonja, ‘instada’ por su hada madrina, debía
arrebatar a la histriónica Gedren (mejor hizo SANDAHL BERGMAN de VALERIA) un
orbe repleto de kryptonita capaz de asolar reinos merced a tormentas
devastadoras (sugieren) y, además, vengar la muerte de su familia y la
violación a la que Gedren la sometió mediante sus tropas. Nada nuevo bajo el
sol. Quiero decir: tópico del western
spaguetti, dicen, donde prima la idea de la venganza sobre restantes
consideraciones (como el orgullo, o la codicia).
A modo, El
guerrero rojo es un western spaguetti,
como Conan el bárbaro. Un forastero
con deudas pendientes llega de sabe Dios dónde dispuesto a lavar con sangre agravios.
El núcleo sin embargo es el argumento eterno: el viaje. Tanto físico como la
exploración íntima del que toma la venganza. Cómo madura mediante el contacto
con personajes más/menos importantes (¡vaya paliza la del insufrible niñato
chino prepotente y su resignado esclavo! ¿No iba la película a naufragar con
tamaño “alivio cómico”?) y qué influencia ejercen en sus decisiones.
Todo esto ocultan las trivialidades, estupideces y faltas de respeto que Red Sonja sufre. No había ninguna intención real de empezar el “pre-empoderamiento” de marras que está estragando esta zoociedad, sino mostrar medio en bolas a una esbelta nórdica atractiva y así saciar fetichismos de freakies onanistas de las espadas. Fin.