Portada española. Otro ejemplo de cuán CASANDRA puede ser la ciencia ficción, acertando de paso. Por desgracia, nadie atiende al augurio |
Gratísima sorpresa supuso leer esta novela
de WALTER TEVIS, de intenso mensaje social, cuyas secuelas, producto de una
observación personal, emplazó a finales del siglo XXV, aunque sus primeros efectos
están ya manifestándose en nuestro presente.
La ciencia ficción de los 60-70 (entiendo grosso modo por dos ejemplos), está
marcada por el postapoqueclipse nuclear o maltusiano (¡HAGAN
SITIO! ¡HAGAN SITIO!,
o NUEVA
YORK, 2012) y el
consumo de drogas. STEPHEN KING (¡aclamad al escritor!), en LA TORRE OSCURA/1 — LA HIERBA DEL DIABLO,
hace precisa denuncia del poder demoledor de la marihuana, la “hierba del
Diablo” (King empero tuvo problemas con la coca, tengo entendido); en la saga
de EL
MUNDO DEL RÍO, Los
Éticos incluyen drogas de diseño en la dieta de los Resucitados para obtener un
efecto terapéutico destinado a evolucionar su espíritu. También PHILIP JOSÉ
FARMER señala aspectos adversos sobre el consumo de estupefacientes, o sea: la
adictiva “goma de los sueños”.
Esta novela aborda la cuestión señalándola
como un poderoso mal capaz de destruirnos. Veamos: siglo XXV, pueblan la Tierra
menos de veinte millones de individuos, y, encima, en tríos van suicidándose a
lo bonzo. Todo por efecto acumulativo de los “soporíferos” y la marihuana que
les tienen totalmente embotados, faltos de impulso creativo, laboral,
intelectual y afectivo (asombra, constatado qué devastador efecto sobre el sexo
tienen las drogas, esta gente aún pueda tener “sexo rápido”.) Además, son
estériles, víctimas de un mal entendido y deficiente programa de control de la natalidad
que nadie repara.
El poderoso cyborg Modelo Nueve (el último, epítome de la creación humana) ROBERT SPOFFORTH, recreado como un atlético negro casi inmortal, tiene un oscuro deseo que su programación impide culmine. Así pues, contempla cómo languidece la Humanidad a la que debería ayudar, no servir, hasta perecer. Los restantes robots ejecutan funciones de mantenimiento cada vez más complicadas en ruinosas ciudades como Nueva York.
Los robots, cuando se averían, quedan arrumbados
en un rincón. Su limitada programación impide busquen ayuda. Así, cuando algo
se rompe, roto queda. Spofforth, capaz de solucionarlo, pasa. Dirige la NYU, a
sus profesores idiotizados por las drogas, y punto. Entonces aparece PAUL
BENTLEY, el último hombre capaz de leer, y adquiere su vida nueva dinámica. Por
considerar que invade la intimidad, enseñar lectura es delito.
Que Paul comete con MARY LOU BORNE, con la
que, encima, convive, cosa asimismo penada. Porque, en algún momento tras la
Tercera Guerra Mundial, la Humanidad decidió que lo óptimo era que los robots se ocupasen de todo según la dopada especie se entregaba a mejorar
el Yo Interior y la Iluminación Personal, consiguiendo una raza de egoístas autistas
centrados en la Interioridad y el aislamiento. Así, tocarse es grave tabú.
Que Paul y Mary Lou rechacen consumir drogas
les descubre los matices del mundo y su acelerado declive. Lúcidos, progresan, procuran
vivir de un modo, antiguo, pero mejor. Auténtico. En cierto modo, ambos son
mutaciones, capaces de cuestionar un invasivo control estatal del ciudadano, adoctrinado
en instituciones, no en familias, e hipnotizado por la televisión mediante el
orwelliano uso de ciertos programas “educativos”.
Portada foránea. Este edificio tiene una importancia capital en la obra, que recomiendo |
AHORA puedo ver indicios de esta situación. No debo ir al ocaso del siglo XXV. ¿Qué es internet, o las redes sociales, junto al deseo perverso de legalizar la marihuana, sino el bosquejo del mundo autoaislado preconizado por Tevis en esta novela, superconcordante con EL ALMA DEL ROBOT? (Spofforth y JASPERODUS aun parecen hermanos.) Las políticas educativas progres gubernamentales, ¿no expresan exponencial deficiencia? Los expertos ¿no denuncian su mala calidad, siendo desoída, desdeñada, su acusación? Planifican una “pedagogía del individuo”, de los sentimientos, del “Yo Interior Verde Femini-Nazionalista”, antes que forman para el futuro sujetos competentes capaces de solucionar problemas. Bienvenidos al mundo del ruiseñor. No al futuro. Al de AHORA.