Afiche foráneo; creo que esta cinta en su momento supuso una especie de conmoción... que no llegó a estremecer tanto como esperaban. Eso dicen |
Parece acertado sugerir que esta cinta de RICHARD
BROOKS es como un anticipo de LOS MERCENARIOS, la desbocada franquicia de
viejas glorias iniciada por SYLVESTER STALLONE hace años. Su trama: un empresario
estadounidense contrata a un cuarteto de especialistas en distintas armas, enviándolos
a rescatar a su esposa, retenida por un revolucionario mejicano secuestrada en
lo profundo de sus desérticos pagos.
La revolución
mejicana es de las más desgraciadas y fracasadas de la Historia moderna, si no
de todos los tiempos. Se rebelan contra los españoles, los franceses, el
Gobierno que sale de los rebelados, esos rebeldes que deponen son después
asediados por nuevos rebelados, creando una cadena sin fin-sin fin de matanzas.
La cosa es que el populux (caracterizado por el cine norteamericano con sus
pobres ropas indígenas biancas, casi siempre de jarana y tequila,
abrasados por el Sol, residentes en deprimidas aldeas de adobes) por el cual
dicen luchar nunca goce, de verdad, de las virtuosas ventajas de futuro mejor
que promete el tío del sombrero ancho y las cananas cruzadas en el pecho.
Y si le cuestionas, ya sabes: eres
juarista, de MADERO, de los españoles, de los gabachos, villista, te pegamos
dos tiros en la misma tapia donde fusilaron a tu hermano cualquiera de los
anteriores citados por revolucionario. ¡El populux, carnaza favorita de tiranos, dictadores y revolucionarios!
Este filme denuncia todo eso en el
parlamento que profiere a BURT LANCASTER el malherido JACK PALANCE, ese
revolucionario aparente carcelero para obtener los crédito$ que le permitan
seguir batallando contra el Poder (que él ayudó a instalar, ojo. Ahora combate
a sus antiguos camaradas, quienes descubre usaron la revolución para su
beneficio). Discurso que remata afirmando que la revolución es una (mala) puta.
A la que regresas, empero, porque te sientes perdido, o parecida excusa.
La síntesis de la situación no puede ser
más patética, por no decir dramática: peleaste por un venturoso porvenir junto
a gente que ahora se ha convertido en aquello que te sublevó (ejemplos:
Revolución Rusa, cubana, china… Toda comunista). Mantienes la batalla. ¿Qué has
ganado? Tu gente sigue pobre, o masacrada, o en permanente peligro de serlo ora
por tus enemigos, ora por tu gente (el ejemplo del cabrero) que considera que su
fidelidad a tu causa es feble, o directamente traidora. El ingenuo revolucionario
enardecido transformado en nuevo verdugo, no libertador equitativo.
¿Beneficios? Cero.
No sé hasta dónde esta cinta puede
calificarse de western crepuscular. Desde luego, está en línea con
conceptos de SERGIO LEONE, alguno que ya estableciera SAM PECKINPAH y que
cristalizarían enteritos en GRUPO SALVAJE. Un puñado de violentos antihéroes
interraciales cabalgan por un secarral torturado por la sal y el calor diurno,
su imagen diferente a la que el western “del pasado” (muy poco antes)
proyectaba en las nictitantes pantallas de plata: el cowboy del sombrero
bianco y las resonantes espuelas que disparaba sus revólveres por la
justicia, pacificando la pradera (no la frontera), con una novia vestal y un
villano que encarnaba los poderes económico- fácticos de la época, aunque
llevase corbata de lazo, no maletín, ni se desempeñara en Wall Street. Sutil
huella de lucha comunista en silla de montar de procedencia andaluza.
BURT LANCASTER no está para tonterías, CLAUDIA CARDINALE, apúntatelo. Será cosa del territorio y el clima; la compañía. Los peligros |
Y el granjero, la columna vertebral de la
moral, la religión, la política (conservadora) y la economía norteamericana,
hombre timorato que atisba el horizonte confiando en ver al del sombrero bianco
(héroe itinerante del que recela, no obstante) que le libre a tiros del cacique
y sus matones, estereotipos de villanía y vulgaridad alcoholizada.
Polvo, sudor, sangre… decepción y derrota en conjunto, desmitificación de las consagradas causas popular-populistas, para un poker de duros de la época donde LEE MARVIN parte la pana de verdad, mas muy seguido de cerca por el SARGENTO NEGRO.