viernes, 27 de octubre de 2023

LOS PROFESIONALES — POLVO, SUDOR, HIERRO, SANGRE… DERROTA

 

Afiche foráneo; creo que esta
cinta en su momento supuso
una especie de conmoción...
que no llegó a estremecer tanto
como esperaban. Eso dicen

Parece acertado sugerir que esta cinta de RICHARD BROOKS es como un anticipo de LOS MERCENARIOS, la desbocada franquicia de viejas glorias iniciada por SYLVESTER STALLONE hace años. Su trama: un empresario estadounidense contrata a un cuarteto de especialistas en distintas armas, enviándolos a rescatar a su esposa, retenida por un revolucionario mejicano secuestrada en lo profundo de sus desérticos pagos.

La revolución mejicana es de las más desgraciadas y fracasadas de la Historia moderna, si no de todos los tiempos. Se rebelan contra los españoles, los franceses, el Gobierno que sale de los rebelados, esos rebeldes que deponen son después asediados por nuevos rebelados, creando una cadena sin fin-sin fin de matanzas. La cosa es que el populux (caracterizado por el cine norteamericano con sus pobres ropas indígenas biancas, casi siempre de jarana y tequila, abrasados por el Sol, residentes en deprimidas aldeas de adobes) por el cual dicen luchar nunca goce, de verdad, de las virtuosas ventajas de futuro mejor que promete el tío del sombrero ancho y las cananas cruzadas en el pecho.

Y si le cuestionas, ya sabes: eres juarista, de MADERO, de los españoles, de los gabachos, villista, te pegamos dos tiros en la misma tapia donde fusilaron a tu hermano cualquiera de los anteriores citados por revolucionario. ¡El populux, carnaza favorita de tiranos, dictadores y revolucionarios!

Este filme denuncia todo eso en el parlamento que profiere a BURT LANCASTER el malherido JACK PALANCE, ese revolucionario aparente carcelero para obtener los crédito$ que le permitan seguir batallando contra el Poder (que él ayudó a instalar, ojo. Ahora combate a sus antiguos camaradas, quienes descubre usaron la revolución para su beneficio). Discurso que remata afirmando que la revolución es una (mala) puta. A la que regresas, empero, porque te sientes perdido, o parecida excusa.

El abigarrado cuarteto otea los problemas que se
insinúan por el horizonte cercano. Es vigoroso el
planteamiento de la obra y la respaldan duros de
probada experiencia. Como mínimo, el rato de
ocio lo proporciona este western crepuscular

La síntesis de la situación no puede ser más patética, por no decir dramática: peleaste por un venturoso porvenir junto a gente que ahora se ha convertido en aquello que te sublevó (ejemplos: Revolución Rusa, cubana, china… Toda comunista). Mantienes la batalla. ¿Qué has ganado? Tu gente sigue pobre, o masacrada, o en permanente peligro de serlo ora por tus enemigos, ora por tu gente (el ejemplo del cabrero) que considera que su fidelidad a tu causa es feble, o directamente traidora. El ingenuo revolucionario enardecido transformado en nuevo verdugo, no libertador equitativo. ¿Beneficios? Cero.

No sé hasta dónde esta cinta puede calificarse de western crepuscular. Desde luego, está en línea con conceptos de SERGIO LEONE, alguno que ya estableciera SAM PECKINPAH y que cristalizarían enteritos en GRUPO SALVAJE. Un puñado de violentos antihéroes interraciales cabalgan por un secarral torturado por la sal y el calor diurno, su imagen diferente a la que el western “del pasado” (muy poco antes) proyectaba en las nictitantes pantallas de plata: el cowboy del sombrero bianco y las resonantes espuelas que disparaba sus revólveres por la justicia, pacificando la pradera (no la frontera), con una novia vestal y un villano que encarnaba los poderes económico- fácticos de la época, aunque llevase corbata de lazo, no maletín, ni se desempeñara en Wall Street. Sutil huella de lucha comunista en silla de montar de procedencia andaluza.

BURT LANCASTER no está para tonterías,
CLAUDIA CARDINALE, apúntatelo. Será cosa
del territorio y el clima; la compañía. Los peligros

Y el granjero, la columna vertebral de la moral, la religión, la política (conservadora) y la economía norteamericana, hombre timorato que atisba el horizonte confiando en ver al del sombrero bianco (héroe itinerante del que recela, no obstante) que le libre a tiros del cacique y sus matones, estereotipos de villanía y vulgaridad alcoholizada.

Polvo, sudor, sangre… decepción y derrota en conjunto, desmitificación de las consagradas causas popular-populistas, para un poker de duros de la época donde LEE MARVIN parte la pana de verdad, mas muy seguido de cerca por el SARGENTO NEGRO.