La prestigiosa revista honró más relatos de CLIFFORD D. SIMAK al publicárselos. Sospecho, que del mismo presuntuoso tenor tedioso que ESTACIÓN DE TRÁNSITO. Porque Dios los cría... |
[Caveat Lector: aquí acabamos. Gracias
por tu paciencia.]
Pese a todo, Estación de Tránsito me ha sugerido que eso de que las
Civilizaciones Extraterranas no quieren rollo con nosotros debido a
nuestro presunto atraso, más que tecnológico, filosófico-moral, es un pretexto
de mierda para negarse admitir que no hay vida en otras estrellas, los OVNIS
son mentira, o no están más avanzados que nosotros. Que en realidad son un
puñado de pestilentes coles desarrolladas en Titán que no pueden moverse de su
parterre ni idear medios de comunicación porque son letárgicos vegetales
inconscientes. Y así, paradigmas iguales por toda la Galaxia. Sí, en efecto, hay
vida ahí afuera, FOX
MULDER, empero ¿de qué tipo? Los camarones de los supuestos océanos de Io,
¿pueden enviarnos señales de radio para informar de su existencia? No. Por
tanto, si el canon para aceptar vida cósmica es: tienen HITECH-radiodesplazamiento,
si no cumplen con ese apartado, la Galaxia está vacía. Estamos aquí solos.
[Por otra parte, a ver qué entienden por
filosófico y moral esas Civilizaciones. A ver si encuentran óptimo hacer
como los espartanos, arrojando escuálidos al fondo del barranco, mientras les
escandaliza nuestra solidaridad con los desvalidos…]
Escojo ésta entre otras tantas al azar; Simak jamás podría ni imaginar la ambiciosa imaginación que contienen estos párrafos |
Porque, razonemos, a una Civilización como la del Imperio nuestro presunto atraso le importa tres carajos (la palabra política de moda). Su poderío técnico y militar es tal que no temerían mostrarse. No van acomplejados por ahí, en platillos volantes zigzagueantes, para flipar a pilotos de 747 o cazas norteamericanos. ¡Se revelarían en toda su magnificencia! Lo mismo nos hacen hasta un favor; la Tierra cobraría nueva consciencia de su situación cósmica y empezaríamos a hacer las cosas bien, en unidad. Puede, claro, que eso provoque un militarismo rampante al temer que no todos esos aliens sean los bienhechores trekkies que quieren incluirnos en sus ágoras espaciales. Piensa mal…
Mas SIMAK insiste en lo de: somos los
purriosos del Cosmos, los belicistas de la Galaxia; para que nos acojan los
otros, debemos mejorar éticamente lo que no pedían en EL MUNDO DEL RÍO. Progrepayasadas de liberal de limousina,
vaya.
Repito que ODIO profundamente este tipo de
obras que, POR DESGRACIA, son las que vanaglorian un amplio sector de los
“expertos” de un género que así vuelven clasista y discriminatorio, por razón
de ideología encima. No todo debe ser TROPAS DEL ESPACIO, por supuesto. Lo irritante es que
desprecian obras como esa o UN FANTASMA RECORRE TEXAS para imponernos relatos amariconados, de
feble carácter e interés, como Estación de Tránsito, para venderlas como
excelencias absolutas del género.
No: no creo existan ETs, menos, OVNIS. Que son buen motivo de plática, sí; empero ¿verdad? No. Estamos muy solos en la Galaxia. Seamos realistas |
Llevo una espantosa racha con lo que, a
priori, debería ser “mi género” favorito; MUNDOS, CAMPO DE BATALLA: LA TIERRA/2, LOS JUGADORES DE NO-A, Estación de Tránsito… una cadena
de basuras que están empujándome a otros géneros literarios (policíaco, pulp)
desencantado con algo por lo que siempre mostré tanto interés. Porque insisito:
la ciencia ficción es el género despreciado por sistema. Prefieren ignorar que
otros géneros (romántico, policíaco, político…) también tienen retumbantes
truños, mas se les condona beatíficamente para descarnar sin embargo el género
de las naves espaciales y los viajes espaciotemporales. Ahí, a hierro, jodeos, freakies
de las convenciones llenas de disfraces raros. La ciencia ficción no sólo debe
trabajar más: no puede cometer errores. Y esta obras son mayúsculos defectos…
¡ensalzados!
Títulos como los citados, y extremistas posturas intolerantes intransigentes, de lectores autonominados jueces y verdugos del género, perjudican su salubridad y difusión. Lo encierran en un guetto endogámico donde sólo iniciados (ríanse ustedes de masones e Iluminatis) tienen derecho a opinar, encumbrar, censurar, instalados en una ciudadela de “superior” autoridad y presuntuoso conocimiento que ni Asgard o el Olimpo podrían rivalizar en esplendor, altura… o mezquindad.