viernes, 16 de agosto de 2024

MARS ATTACKS! — LA DE LAS COLIFLORES ALIENÍGENAS

 

Otro afiche (de tantos).¿De veras
es de fiar alguien con semejante
jeta? ¡Lleva la maldad y la traicióm
estampada en cada arruga facial!

No creo, a estas alturas, deba recordar lo de que TIM BURTON se basó en los satíricos cromos de los 50 sobre unos invasores marcianos con cerebro de nuez superdesarrollada y que, al parecer, criticaban así aspectos ultraconservadores de la Era EISENHOWER, glamourizados empero en películas como REGRESO AL FUTURO, donde suavizan más la crítica.

Primero, esos autores no tienen ganas de bronca; segundo, no les va; tercero, deben rentabilizar la inversión, que de eso dependería siguieran filmando películas o acabaran en un Burger King friendo patatas. Y viendo cómo de extraños, convulsos y complejos son los Estados Unidos de las Américas, especialmente en los últimos años, pisar un callo es muy fácil allí, aun sin proponerlo. Y más desde que impera la infecta Dictadura WOKE prejuiciosa, hostil contra todo lo caucásico y varón/viril.

[El WOKE es el neoMCCARTHYSMO; cualquiera a comienzos de Década 50 tosía al Senador, obsesionado con los comunistas. Llevó el delirio tan lejos-lejos, que Estados Unidos descubrió el abismo de totalitarismo y paranoia al que les empujaba y acabaron defenestrándolo. McCarthy es hoy día objeto de mofa. Pues al WOKE ya está en capilla con eso: sus absolutismos, prejuicios, delirios, fraca$o$, hartarán de tal manera que será inevitable la rebelión (iniciada, apuntan ciertos indicadores), y de feroz dragón cancerbero de los WOKISMOS y demás transmariconadas, se convertirá en carnaza de la peor parodia imaginable.]

PIERCE BROSNAN interpreta al científico listillo
de turno; la ciencia y sus resultados son maravillosos;
pero cuando te toca un experto oportunista de éstos
¡multiplican por miopía el peligro por mil!.

Burton no entra a barrenar con su barroca comedia de ciencia ficción de estos marcianos del melondro de coliflor verde a McCarthy, a FREDRICK WERTHAN, aun Eisenhower… prefiere atacar idiosincrasias culturales desmedidas de la población estadounidense. En este filme de protagonismo coral, descubrimos que los héroes que salvan de la hecatombe son lo más radicalmente opuesto a la imagen del salvador combatiente habitual; es de esas iconoclastas vueltas de tuerca que Burton imprime a sus trabajos.

Ridiculiza al que pudiera ser el Gran Héroe del Momento, el hermano del chaval que trabaja donde los dónuts, cuya familia tiene una terrible pinta de ser desestructurada. Apedrea al sueño americano de esplendor y lujos, pues habitan en una barraca con rasgos de estar apiñados. Llama la atención sobre el hermano hercúleo que monta/desmonta el rifle en tiempo récord para orgullo del gárrulo papá… mas cuando aterriza la armada marciana, le encargan una minúscula tarea marginal. No hay heroísmo ni primera línea de combate donde la muerte le alcance de tal modo que el más inspirado NORMAN ROCKWELL le inmortalice en una vibrante pintura.

Otro que igual  baila; el oportunista político que
ofrece una alianza de co-gobierno global a un ente
que sin tregua ha dado muestra de su capacidad 
para traicionar. Y acaba pasando lo consecuente.
La primera ley del político: sobrevivir yo a toda 
costa; eso hace este Presidente

JACK NICHOLSON encarna varios papeles, como el del Presidente, preso se indecisiones de cómo proceder, aconsejado por militares que ocupan los extremos del espectro, desdeñando los ¡aclamados! grises tan queridos por la progresía. Acierta más el militar beligerante sobre cómo tratar a los invasores (que enseguida manifiestan sus auténticas intenciones; lo de la paloma es mero pretexto —cualquiera hubiera servido— para desintegrar gente), pero el militar pacifista (no sé si el ser negro es casualidad, o lleva secreta puya crítica; algo como: prejuzgan a los marcianos por ser verdes; y se esos prejuicios raciales sé un wevo) es el que bien la caga con sus postulados “buenistas”. Tarda demasiado (como WOKEprogre) en entender que con cierta gente ningún diálogo vale, sino garrotazo y tentetieso.

En resumen, la moraleja que incrusta Burton en esta (a veces) siniestra producción, donde los auténticos protagonistas son los marcianos y sus artefactos “a lo años 50”, propios de la locura postsucesos de Roswell y todo eso de los platillos volantes que ED WOOD explotó en PLAN DEL ESPACIO NUEVE (o como sea), es que el heroísmo y la victoria brotarán del punto, persona y momento más inesperado; el Mesías es aleatorio, y, como PAM GRIER demuestra al final, finalizado todo, lo doméstico volverá a dominar nuestras vidas; empezará por barrer los escombros, junto con los tóxicos oportunistas postureos progres y anejos.