Afiche; podemos quejarnos mucho, pero THOR le da mil vueltas a GREEN LANTERN |
No tengo ninguna fe en guionistas como MARK VERHEIDEN, WARREN ELLIS o J.M. STRACZINSKY: de los dos últimos podemos esperar algún bombazo. Pero no sería más que un fogonazo sin esperanza de continuidad o progreso. Tampoco aguardo grandes épicas de ALAN MOORE o FRANK MILLER. Algo le ha pasado a la historieta que ha castrado las sagas gloriosas.
Straczinsky es autor de un guión, escrito, con la suya, a cinco manos y donde creo haber detectado que el fallo de esta potente producción de PARAMOUNT reposa tanto en él como en la ampulosa, solemne, suntuosa, coral-isabelina, dirección de KENNETH BRANAGH. ANTHONY HOPKINS, como ODÍN, es la carne de cómo el “escólico de SHAKESPEARE” ha planteado la película: como una gran ópera, sí, pero a base de ‘wagnerianismo’ de hamburguesería, lenta-lenta para no agotar al inefable PADRE DE TODOS, que no es plan.
ANTHONY HOPKINS como ODÍN, muermo divino. No pudimos librarnos de la parida del "sueño de Odín". En fin |
¿Por qué creo que la culpa es de Straczinsky, en primer lugar? Su nombre destaca en un grupo de escritores que, en un momento dado, lo más que saben es tabular de puta madre y delimitar los márgenes. Desarrollaron la semilla plantada por Straczinsky y luego la retorcieron, podaron y malearon hasta que encajase en: el ego de Branagh; el ego de Paramount. Son expertos en eso, no en crear épicas.
Y Straczinsky procede (entiendo) de una generación de autores con psicodramas a mogollón y pajas mentales surtidas que un séquito mundial aplaude aunque no entiendan una papa de lo leído y, francamente, ¡vaya tostón de tebeo me han vendido! Pero es de Straczinsky, tío, ¡Straczinsky! ¡Aclamad al escritor! Prohibido protestar.
"Aquél que arranque el martillo de la piedra..." CHRIS HEMSWORTH es un convincente Thor |
Thor (CHRIS HEMSWORTH), aparte de mito nórdico y propietario del día jueves, tormentas incluidas, es una serie a la que STAN LEE intentó sacarle unas perras. La ocasión lo permitía y no hay gestión más inútil que la no hecha. Lee entendía la Industria del tebeo. Al público. Sus personajes son violentos hombres de la frontera que se enfrentaban, en plan OK Corral, a energúmenos idénticos. Y el lenguaje que ambos entendían era el de la paliza mala y de verdad.
Stan Lee, ROY THOMAS, LEN WEIN, eran currantes que ganaban un salario más o menos modesto. En veinte páginas de guión clavaban ilusión, maravilla, fantasía y una tunda. Los PETER DAVID, Straczinsky, Ellis, BENDIS, tienen el tarro amueblado con complejos de WOODY ALLEN y los liberan en las viñetas de las colecciones que tocan. Los héroes, tipos de acción con un infalible código sobre lo que es o no bueno, desfilan por sus guiones a la espera de la consulta con FRASIER. Algún amago de pelea, un engañoso enfrentamiento, un “ya te pillaré”. Pero son más las neuras, problemas y pamplinas que venden como una insólita profundización de la vida de STEVE ROGERS que otra cosa. ¿Lo necesitamos? No. Pero ¡es lo que nos han impuesto!
CLARK GREGG como el AGENTE COULSON de SHIELD , la cara oscura de una organización paramilitar |
Y eso le pasa a Thor: una puesta en escena brutal, un ASGARD impregnado de portento a lo BUCKMINSTER FULLER, un paralizante conjunto de FX que no rinden cuando deben: la pelea Thor-EL DESTRUCTOR. Toda la miga del filme se enfocaba en ese choque. Lo intuyes, porque la lucha contra LOKI (TOM HIDDELSTON) carece de sustancia. Ningún enfrentamiento suyo lo ha tenido. Loki, como aquí, interpone un enemigo que aplaste a Thor por él. Ladino, astuto, traicionero, alejado del peligro, aunque, como en la ficción el Bien siempre prevalece, el castigo termina atrapándolo. Todo esto nos permite asegurar que Thor es pura apariencia, sin médula.
Las mierdas de lo "políticamente correcto" engendran errores como éste: ¡un HEIMDALL negro (IDRIS ELBA)! |
Rebosa millones que sirven sólo para que mantenga el tipo. No aburre, pero tampoco exalta. (Los IRON MAN, por ejemplo, tienen “algo” que no posee Thor. Siguen siendo las mejores adaptaciones, hasta ahora.) Es impresionante, asienta las bases para la cinta de LOS VENGADORES, nutre de fantasía corazones in albis de la larga trayectoria del As asgardiano. Aunque, de conocerla, descubrirían cuán pobre, argumentalmente, es Thor.
NATALIE PORTMAN “actualiza” a JANE FOSTER; de cándida enfermera enamorada del tullido DONALD BLAKE, alter ego de Thor, un pastel tipo SOAP STORY que Stan Lee horneaba en las ‘primitivas’ colecciones para darles “tensión emotiva” a los personajes (hoy son las “paranoias Straczinsky”), se convierte en audaz científica que rastrea misteriosas energías en Nuevo Méjico (por donde Roswell, ¿no?). Aquellos áridos pagos permiten a Branagh transformar Thor en un drama agrícola, alejándole de los cañones de acero y cristal de Nueva York, escenario usual de Thor. Desterrado y sin poderes, intenta sobrevivir entre los mortales donde, sin saberlo, adquirirá todo cuanto le hará digno poseedor del martillo MJOLNIR (pronunciado de un modo u otro según la secuencia).
NATALIE PORTMAN es JANE FOSTER; destapado el pastel, se descubre novia del Dios del Trueno |
Este remozado, a feminista moderna, independiente, activa, implicada (como si antaño no hubieran existido ni BOUDICA ni AGUSTINA DE ARAGÓN) es tanto un cliché que exige el “nuevo cine” gobernado por la parida de la paridad como un cebo emotivo para que Thor se abrume a las astilladas lindes del BIFROST (eso de un negro -IDRIS ELBA- haciendo de HEIMDALL no tiene perdón de Dios) y se nos haga humano. Fíjate: los dioses también lloran. Pobrecito.
EL DESTRUCTOR (ese grandote) ante Thor: mítica de western en este fotograma. Se esperaba un titánico enfrentamiento, como siempre lo fueron en los tebeos, pero... |
La motivación que esgrime Loki es aberrante, absurda. Insulta la inteligencia. Se recrea, en la rivalidad Thor-Loki, la de CAÍN y ABEL, RÓMULO y REMO, PROMETEO y EPIMETEO. Straczinsky quizás lo vio una paranoia interesante/justificadora; lo que sea por negar que haya gente mala por ADN chungo.
Y la guinda: los TRES GUERREROS, HOGUN (TABADOU ASANO), FANDRAL (JOSH DALLAS) y VOLSTAGG (RAY STEVENSON). Para lo que hacen en Nuevo Méjico, ¡haberse quedado en Asgard viéndolo por TV! (Por cierto, ¿y BALDER EL BRAVO? Ese siempre anda dando por culo en los tebeos.) Son bultos que tratan de adornarse con SIF (JAIMIE ALEXANDER) que, en el fondo, no es sino otra marimacho de las que andamos surtidos últimamente. ¿No hace Jane Foster su papel de aguerrida?
El filme reproduce cuantioso material “clásico” que, en gran medida, procede de la época en que WALTER SIMONSON llevaba la serie adelante; la refrescó y dimensionó, y lo hizo bien, no como este Thor ampliamente desaprovechado. La grandilocuencia de cartón piedra de un frío entretenimiento, a momentos tan abúlico como la parsimoniosa voz de Hopkins relatando su triunfo sobre los SKRULLS, digo, LOS GIGANTES DE HIELO, promete, pero no convence. Quizás porque Branagh creía estar con Shakespeare, una vez más, y no en el siglo de los TERMINATOR y los MAD MAX.
Vuestro Scriptor.